domingo, 30 de octubre de 2016

Don Juan, Un Musical A Sangre Y Fuego, El Mito Canta.

La antigua tradición de asistir a ver el Tenorio por estas fechas se remonta a mas de un siglo y medio atrás. Cuenta la leyenda que la cosa empezó la segunda vez que se representó Don Juan Tenorio, que casualmente fue un 1 de noviembre. Para quien no lo sepa, el Tenorio no gozó de mucho éxito en su estreno, y parece ser que en esta reposición su popularidad subió como la espuma, y a partir de ahí, cualquier aficionado al teatro todos los años acudía a ver las cuitas de Don Juan con los muertos que lleva en la conciencia y que vienen a rendirle cuentas. Por motivos obvios, y por ser Don Juan el único hombre al que se le permitió ver su propio entierro, la obra es de lo mas propio para estos días en los que lo sobrenatural y lo religioso se funden con cierto aire morboso. Hace un tiempo hice un monográfico sobre Don Juan Tenorio, en el que hablo de la obra y su simbología, lo cuelgo de nuevo por si os apetece ir mas allá sobre el material original escrito por Zorrilla.

 http://yovoyalteatro.blogspot.com.es/2013/10/no-es-cierto-angel-de-amor.html   

Me surgió poder asistir este fin de semana a Don Juan, Un Musical a Sangre y Fuego, y me pareció muy oportuno la verdad. No se me ocurrió mejor fecha que ésta para revisar el mito patrio por excelencia. Sentía mucha curiosidad por la versión musical del universal texto de José Zorrilla. Me hacía varias preguntas sobre esta versión, y reconozco que también tenía alguna reserva, musicalizar una obra ya escrita, tan conocida y con unos versos tan marcados no se me antojaba tarea fácil. Así que no me lo pensé dos veces y el pasado día 28 me acerqué al Teatro Gran Vía dispuesto a pasar una agradable velada de teatro musical. Salí satisfecho y gratamente sorprendido como mas abajo iré contando.



Don Juan, Un Musical a Sangre y Fuego, compuesto por Antonio Calvo, mas que un musical en el término estricto de la palabra se le podría denominar como una ópera, ya que practicamente no hay diálogos y todo el texto de Zorrilla, mas algunos añadidos, están musicalizados. Veinte años nada menos le ha costado al compositor poner en pie la partitura, trabajo sin duda encomiable y a tener en cuenta.
La partitura ciertamente ecléctica, tiene momentos de gran brillo, aunque es un poco irregular, quizás los recitativos lastran un poquito el resultado final, a lo mejor ( y esto es apreciación mía) si en vez de ser toda la obra cantada, se hubiese recurrido a mezclar música con diálogos hablados se hubiese aligerado el resultado final. De todos modos, lo arriba expuesto no es obstáculo para que nos encontremos con una obra fácil de ver, que no se hace nada pesada y que es un ejemplo estupendo de intento de acercamiento de nuestros clásicos al público mas joven y si bien es cierto no es la ortodoxia pura en su planteamiento, si estamos ante una versión muy respetuosa con la obra de Zorrilla, y en la que basicamente está todo lo que el escritor vallisoletano quiso plasmar en su inmortal obra.



Vayamos con el elenco:

La obra está plagada de pequeños personajes todos ellos muy atinados tanto vocal como actoralmente. Mención especial para Patrizia Ruiz como Lucía de gran presencia escénica, bonita voz y sensual interpretación cualidades que hacen que su trabajo brille mucho.Es de justicia otra mención para el magnífico Capitán Centellas de Carlos Salgado de bello y amplio agudo que me sorprendió gratamente dotando de bastante entidad a un personaje que normalmente pasa muy desapercibido, pero que junto con Avellaneda son cruciales para el desarrollo de la trama. También destaco el trabajo de Gonzalo Larrazabal como Ciutti con una gran acierto de enfoque del personaje y donde dejó entrever sus aptitudes para el claqué.

David Velardo, como Don Luis Mejía:
Velardo sirve una interpretación de altura tanto en lo musical como en lo actoral, dotando de gran fuerza a su Don Luis, y consiguiendo mucha entidad a un papel que si de otro artista se tratase no tendría el peso que en esta producción tiene. Vocalmente está magnífico con un bello timbre abaritonado que me dejó gratamente sorprendido. Velardo es un conocido para todos los aficionados a los musicales, que duda cabe, este Don Luis deja mas que claro que su hueco en la profesión lo es por derecho propio. 

Patricia Clark, como Brígida:
Deliciosa, en una lectura distinta a lo que suele ser Brígida, ya que la partitura dulcifica el duro carácter de la alcahueta, convirtiéndola en un aya de tintes shakesperianos, como apuesta es válida y da un contrapunto por otra parte necesario para aligerar un poco el drama.
Clark disfruta mucho de su papel, y aprovecha al máximo su corta pero jugosa intervención, siendo su trabajo estupendo. Mostrando un poderío vocal y escénico prodigioso, hizo las delicias del respetable, y demostró su altura artística, en una magnífica lectura del tema que le ha tocado en suerte, y que permite que se luzca como ella sabe hacer, en un papel que parece escrito a su medida.

Gonzalo Montes, como El Comendador:
Montes sirvió una estupenda función en un código netamente lírico, brillando mucho en el último acto. Montes de opulenta voz, sonó como un trueno y con eficiente dramatismo en los momentos que su personaje lo requiere, y realmente consigue un trabajo de altura que por momentos impone por su fuerza y dureza. Actoralmente consiguió dotar de la dureza que el personaje requiere y muchísima autoridad tal y como mandan los cánones.

Estíbaliz Martyn, como Doña Inés:
Fantástica, con técnica de canto mixta, ofreció una interpretación muy sólida, de un personaje de ciertas dificultades vocales y que precisa de una voz con agudo grande y fácil, para que funcione en toda su extensión. Su Doña Inés está muy lograda a todos los niveles consiguiendo el grado de candidez necesaria sin caer en lo melifluo, y perfectamente apoyada en su trabajo vocal. No conocía a Martyn y me ha sorprendido mucho y para bien.

Tony Bernetti, como Don Juan Tenorio:
Magnífico, en una esforzadísima interpretación actoral apoyada en una mas que solvente interpretación vocal, de un papel muy duro y que requiere de unas buenas facultades a todos los niveles para ser ejecutado de forma correcta. Bernetty con un viril timbre de atenorado color, da perfectamente todo lo que el personaje pide, resultando muy convincente en el comprometidísimo cuarto final de la obra, donde la completa psicología de Don Juan aflora, y donde el arco del personaje va tomando forma hasta llegar a la resolución final de forma mas que satisfactoria. Bernetty sabedor de la importancia del papel que lleva a cabo,  lo trata con gran respeto y entrega, y conscientemente pone absolutamente todo lo que tiene al servicio de Don Juan. Bernetty tiene mucho que decir en el mundo del musical, no me cabe ninguna duda, muy artista y muy completo, se me antoja un gran activo en el panorama musical patrio que sin duda merece abordar papeles de esta envergadura.



Coro y ballet correctos, con momentos de gran brillo, dotando a la producción de mucho empaque en los momentos de conjunto, y dando gran espectacularidad a todos los números. Si bien es cierto que su trabajo se ve un poco empañado por alguna deficiencia en el diseño del sonido,  donde se pierde parte de lo que se está cantando.

Julio Awad fue el encargado de la dirección musical, consiguiendo una lectura muy dinámica de la función de gran efecto dramático y con momentos de gran sabor teatral. Awad sabe exactamente donde están los "momentos" de la obra y sabe como potenciarlos, siempre al servicio de los cantantes y consiguiendo unas atmósferas mas que eficientes, que apoyan perfectamente lo que ocurre en escena.




Vayamos ahora con la propuesta escénica:
Tino Sánchez firma la producción, y realmente es uno de los grandes aciertos del espectáculo. Sánchez consigue una función de asombrosa estética, interesantísimos juegos escénicos, y con una acabado digno de las grandes capitales del teatro musical. Para ello Sánchez se sirve de unas inteligentes evoluciones de gran dinamismo, y logradas atmósferas, en las que el trabajo con Ignacio García como director artístico funciona a la perfección. García dirige a sus actores con gran intensidad y con unas líneas muy claras, siguiendo como referente de forma muy acertada lo que la partitura dicta, ya que el carácter de cada escena y de cada rol que el compositor de la obra quiso dar, están perfectamente definidos en la música. El resultado final resulta muy fresco en líneas generales, y sobre todo muy diferente a todo lo presentado hasta el día de hoy en Madrid. La producción se mueve en unos parámetros de primer nivel escénico y en un código de musical de gran formato realmente inesperado y que sorprende por la inversión realizada. La magnífica escenografía de Miguel Brayda tiene arte y parte muy destacada en lo que planteo en esta crítica, muy bien pensada y muy bien apoyada en las estupendas y mas que justificadas, proyecciones de Pepe Carballo.



En resumen una propuesta sorprendente y recomendable, que es una buena oportunidad para acercarse al Tenorio desde un prisma diferente, nuevo y de gran nivel artístico y escénico. Estamos ante una producción de gran formato que no defraudará al espectador de musicales, moviéndose a la perfección en los códigos que el género ofrece, y que seguro que os resultará mas que satisfactorio en caso de que vayáis a verlo.




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1 comentario:

  1. Me fio 100% de Jonathan Fernández.Una crítica del musical muy sugerente, que anima a ir al teatro.
    Espero esté aún en cartel. Gracias, como siempre. Es un placer leerte.

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