lunes, 2 de febrero de 2015

Lady, Be Good En El Cairo

He de reconocer, que estaba emocionadísimo desde el año pasado con la inclusión de Luna De Miel En El Cairo, en la presente programación del Teatro De La Zarzuela. Ver revista u opereta española es practicamente imposible hoy en día. Yo aficionadísimo al género, desde pequeñito, no podía perderme esta producción acompañada en programa doble con un Gershwin poco conocido por estos lares como es Lady, Be Good, no tan desconocido, ya que algunas de sus canciones, son reconocibles a la primera, gracias a las múltiples versiones de las mismas que hemos escuchado.
La revista y opereta patria, son tremendamente desconocidas, e injustamente denostadas, por obra y gracia de empresarios que sin ningún amor al género, se dedicaron a destrozar con presupuestos paupérrimos e interpretadas con elencos penosos, el repertorio mas clásico de nuestras comedias musicales. El declive total del género llegó con el Destape, donde las revistas se volvieron mas groseras, de escaso valor musical, y mucho menos valor literario, que no hicieron otra cosa que darle la puntilla a un género que por descuido de la misma industria, desapareció de nuestras carteleras.
Hoy en día es imposible escuchar revista u opereta con gran orquesta y verla puesta en pie con la suntuosidad necesaria, y elencos de primerísimo nivel.


A mi me gusta la revista de Alonso y Guerrero, fina, de pegadiza y elaborada musicalización, chispeante argumento, y gracejo antiguo pero que todavía funciona sin problemas. Estas revistas entroncan directamente con la zarzuela como derivación lógica del género lírico hacia la comedia musical y que en muchos casos andan a caballo entre los dos géneros, combinación deliciosa y muy difícil de llevar a cabo de forma correcta.
Es importante y necesario, que estas obras o al menos las mas emblemáticas, mejores partituras y mas inspirados libretos, se revisen y se pongan en pie tal y como se concibieron, como un gran espectáculo, elegante y sin duda de primer nivel. A fin de cuentas forman parte de nuestro legado musical, y en muchos casos sus melodías todavía están incrustadas en el saber popular, sin saber muy bien su procedencia.
Os podéis imaginar mi emoción ante esta Luna De Miel En El Cairo, mítica y mitificada, ante el escaso material original existente, que no versionado, evocador nombre, y tremendamente atractiva para el aficionado.
Ayer me acerqué al coliseo de la Calle Jovellanos, subí a mi amado gallinero con emoción contenida y empezó una noche un tanto dispar, pero mas que interesante, y sin lugar a dudas histórica por lo que íbamos a presenciar, muchas generaciones llevan sin escuchar este tipo de música en todo su glorioso esplendor, y ya puedo decir que yo he tenido la suerte de ser uno de los que lo han hecho.







Lady, Be Good! estrenado en 1924, es un musical de los Hermanos Gershwin, de poquito interés literario, y muchito interés musical, que supuso un antes y un después en la producción de George Gershwin, y que supuso las bases de lo que posteriormente sería reconocido como el Broadway mas clásico, de sensual y arrolladora partitura, grandiosa orquestación y números mas que inspirados, hoy en día puede parecer una mas de cualquiera de las comedias musicales que en los años 20 y 30 proliferaron en Estados Unidos, pero la realidad es que Lady, be Good! si bien no fue la primera, si fue un hito de fórmula y música copiada hasta la saciedad, por tanto en el pecado lleva la penitencia, uno tiene la sensación de estar viendo algo que ya ha visto y escuchando algo que ya ha escuchado, si a eso le añadimos un poco inspirado libreto, hacen que la propuesta no acabe de atrapar al espectador de hoy en día al cien por cien.



Vayamos con el elenco, en líneas generales irregular, y escaso en cuanto a voces se refiere, al ser muy extenso iré  los principales, que esto tiene visos de testamento, je, je je.

Letitia Singleton y Sebastiá Peris como Daisy y Bertie, ofrecieron un Dúo muy escasito de volumen, en el que solo asomaban los agudos, y una zona central inaudible ante la orquestación tan tremenda de la obra sobre todo en el caso de Singleton, en casos como estos, y dado que  se trata de una comedia musical, yo casi optaría por la microfonación, ya que el dúo quedó completamente deslucido, o bien optaría por cantantes de mas enjundia.

Talia Del Val, y Gurutze Beitia como Sherley y Jo, Ofrecieron a tres voces junto con Letitia Singleton uno de los temas emblemáticos de la función, The Man I Love. Estuvieron un tanto destempladas en su interpretación y no todo lo empastadas que se hubiese desado, pero cumplieron dignamente, con los mismo problemas en el volumen aunque menos marcados. Beitia actoralmente está mas que correcta dotando de mucho empaque a esta rotunda millonaria que es Jo.

Troy Cook como Watty Watkins, sirvió un estupendo Lady Be Good, otra de las páginas memorables de la partitura, actoralmente está correcto y vocalmente estupendo. Bonito timbre, mas lírico en toda la extensión de la palabra, buena técnica de impostación y mas que correcto volumen, su momento estelar fue uno de los mejores de la velada.

Jani Bern, como Susie, en mi humilde opinión la mejor de la producción, ofreció momentos estupendos en su interpretación de The Man I Love, bonito timbre, estupendo fraseo y correcta en el volumen, sin duda era a la que mas y mejor se la escuchaba, actoralmente también está correcta, sobre todo en el último cuarto de la función, donde su personaje va tomando mas peso.

Nicholas Garret como Dick, también correcto, y sin duda el que posee mas entidad en la voz, tanto en volumen como en técnica. El papel le pilla un poco grave, pero lo solventa sin demasiados problemas y actoralmente también cumple.

El resto del elenco en la tónica de la función, voces pequeñas y mas enfocadas con toda lógica hacia el musical, por su extensión, insisto en la necesidad de microfonación en la mayoría del elenco.




Emilio Sagi, ofrece una estupenda producción, cuidadísima en la estética, de gran belleza visual, sentido bastante ortodoxo dentro del género y aunque clásica nada rancia.

La dirección actoral la encontré menos inspirada que en Luna De Miel como luego explicaré, siendo el resultado final no del todo satisfactorio y ciertamente premioso en algunos momentos. No fui capaz de dilucidar si el problema estaba en el material de base, que francamente no encontré interesante, o en unos ritmos no del todo conseguidos, y unos gags que no acaban de cuajar. En resumen una propuesta no redonda del todo, impecablemente servida, elegantemente presentada, exquisitamente refinada, pero con poca chispa en líneas generales. Encontré la función aburrida, y me pareció mas bien una sucesión de números musicales muy inspirados, pero con muy poca chicha en su nexo de unión. El poco afortunado elenco tampoco ayuda mucho en su resultado final, quedando un espectáculo cuyas carencias empañan los, por otra parte, muchos y abundantes aciertos.


Vayamos ahora con Luna De Miel En El Cairo, muchísimo mejor que Lady Be Good en todos los aspectos.
Luna De Miel En El Cairo, opereta de Francisco Alonso, estrenada en 1943, es una completa pionera en su género y en mi humilde opinión una de las mas inspiradas obras de corte arrevistado de cuantas se han compuesto, si bien la obra no se puede considerar revista, ya que las exigencias vocales de la partitura son ciertamente mas notables que lo que en una revista al uso requiere, sus ritmos muy novedosos en la escena patria de la época, y lo ligero de su enredo, la hacen estar a dos aguas entre comedia  lírica y comedia musical. El argumento, estaría dentro de las comedias de " teléfono blanco " tan famosas en nuestra Posguerra, donde los españoles se querían olvidar de la dura realidad imperante en el país, con argumentos livianos llenos de personajes ajenos al terrible momento que España estaba pasando, y con frívolas preocupaciones, casi siempre románticas.
A Alonso le salió una obra redonda en su partitura, de música bellísima, elegantona, chispeante y ciertamente inspiradísima, que mantiene su burbujeo a día de hoy, sin perder ni un ápice de frescura, y que resulta deliciosa, tanto de escuchar como de ver.




Vayamos con el elenco, soberbio sin lugar a dudas.

 María José Suárez, mezzo, como Marisa y Márgara, estupenda. Muy graciosa en lo actoral, y mas que correcta  en lo vocal sirvió una muy divertida Canción Tapatía en el mas claro código de vedette madura, frescachona y un tanto picarona, que hizo las delicias del respetable, en un número cargado de doble intención y con una sobresaliente solución escénica. Suarez aprovecha al máximo lo que tiene, y realmente ofrece un gran trabajo.

Eduardo Carranza, actor, como Don Celestino y Ministro de Lymburgo, fantástico. Su estupenda presencia le da mucha vida a este empresario de los de antes, al que solo le falta el puro, y que Carranza convierte en pinturita, amable, fanfarrona y con momentos de fina comicidad.

Manel Esteve, barítono, como Regidor y Secretario. Afortunadísimo, tanto en lo actoral como en lo vocal, ofreciendo graves muy interesantes en el Swing. Uno de los grandes momentos de la función que fue muy aplaudido por el respetable. Esteve sirvió dos personajes muy medidos, sobrios y con bastante gracia, especialmente como regidor, los que hemos trabajado en teatro, hemos visto a muchos regidores como el que Esteve plantea

Enrique Viana, tenor,  como Rufi. Viana es uno de los cantantes con mas personalidad de nuestro panorama lírico, y ofreció una interpretación en su código, que le va a la perfección, dotando de gran comicidad a este ¿ ambiguo ? por decirlo suavemente ,caballero que no se corta ni con un cuchillo. Vocalmente está correctísimo, con particular timbre, y se lució especialmente en la Canción de Dragoman, difícil pasaje que Viana canta sin problema, exquisito fraseo y gran sensibilidad.

Mariola Cantarero, soprano, como Myrna. La sorpresa de la noche la sirvió Cantarero en un graciosísimo personaje que ella aborda, sin el mas mínimo problema. Cierto es que vocalmente no le va, y su coloratura queda un poco excesiva para una obra de esta índole, pero señores ¡que mas da! desde que abre la boca es un festival de gracejo, y un poquito de mala uva soterrada. Para la posteridad quedará su impagable Princesa, mezcla de Sara Montiel y María José Cantudo que llega a un gran nivel actoral y cómico.

David Menéndez, barítono como Eduardo. Soberbio sin concesiones, Menéndez parece haber nacido para llevar a cabo este papel, vocalmente impresionante, de poderosa voz, bellísimo timbre, notable fraseo y unos finales de número de impresión, sus dúos con Ruth Iniesta son oro puro. Su interpetación del celebérrimo y precioso "Ven Que Te Espero En El Cairo", fue glorioso, no hay discusión. Actoralmente está fantástico, muy galán y muy en el código que la función pide, elegantísimo tanto en el porte como con el cuerpo. Menéndez cantante muy a tener en cuenta reconozco que ofrece mucha calidad en su trabajo. No hay ni un pero para este barítono, que poco a poco se va labrando un nombre con gran justicia en nuestro panorama lírico.

Ruth Iniesta como Martha, soprano. Una delicia en todos los sentidos. Iniesta ofreció una sensible interpretación en lo vocal, con un timbre precioso, voz muy fresca y adecuadísima en los trinos de el Dúo "Ven Compositor", muy bello y con ciertas complicaciones, que tanto Iniesta como Menéndez defienden con mucho brillo y gran lirismo. En líneas generales Iniesta sirvió una magnífica interpretación en todos los sentidos. Actoralmente está correctísima, muy natural y muy poco " zarzuelera" Un diez para Iniesta sin lugar a dudas.

Coro correcto en las dos funciones, quizás un poco descuadrado en algún número de Lady Be Good, algo que solventarán sin problemas, dado que ví la segunda función y la partitura para el coro es ciertamente difícil. Escenicamente lo dan todo, y se ve que han disfrutado y disfrutan de lo lindo con estas dos obras.






Sagi, se luce mucho mas en Luna De Miel El Cairo, sirviendo un estupendo divertimento, quizás menos sofisticado en su envoltorio que Lady Be Good, pero de resultados mucho mas satisfactorios en líneas generales. Hay que dejar claro que se trata de una adaptación del texto original, y que se encuentra bastante alejada del mismo. La versión que se está llevando a cabo, respeta la esencia de la obra, resulta graciosa, y funciona a las mil maravillas, eso si, abstrayéndose del original, esta Luna nos cuenta lo mismo, pero de forma distinta, en eso consiste la adaptación. Una vez hecha la puntualización, decir que Emilio Sagi, conocedor del género hasta el tuétano, ofrece una graciosa, dinámica, muy bien movida y muy ágil producción, con apuntes de genialidad en algunos momentos, el enfoque del personaje de Myrna es un acierto de gran comicidad, y la primera parte con ciertas reminiscencias de Kiss Me Kate en su planteamiento, resultaron muy de mi agrado, el segundo acto se rige sobre unos parámetros mas clásicos y afortunadísimos en líneas generales, con un primer cuadro de belleza orientalista, sencillo pero muy logrado. Aquí si vi un trabajo con el texto y actoral cuidado, aquí si que surge la comedia, fresca y ligera, y aquí si que vi exactamente lo que esperaba en este espectáculo. Elegancia, glamour, y todo aquello que define al género frívolo, bien entendido.




 La Orquesta de la Comunidad De Madrid dirigida por Kevin Farrel, mejor en la opereta que en el musical, con un sonido un tanto farragoso, sobre todo al principio de la obra, y excesivo volumen, dada el escuálido plantel vocal que tenía en escena,  Luna De Miel suena mejor , y no hay problemas con los cantantes, que se escuchan perfectamente, logrando un resultado mucho mas redondo y espectacular. Farrel da a las dos obras un aire muy Broadway, bastante acertado y que a pesar de no ser excesivamente matizado, si resulta eficaz, dando aires de gran espectáculo a todo lo que ocurre en escena.
Mención aparte merecen las coreografías de Nuria Castejón, realmente espléndidas, y los apabullantes figurines de Jesús Ruiz, que son absolutamente deslumbrantes, especialmente en Lady Be Good.


En resumen una propuesta mas que recomendable, de la que me sobra su primera parte, tanto por fallido acabado, como por lo poco apropiada que resulta en este programa doble. Luna De Miel En El Cairo se merece un programa único, para disfrutarla en todo su esplendor, y en caso de ir en programa doble, debería ir con otra obra que estuviera mas en consonancia con el género que representa. Lo ideal hubiese sido primera parte Luna de Miel En El Cairo, como opereta y segunda parte una revista del Maestro Alonso, Las Leandras sería el complemento perfecto, para hacer redonda, esta combinación.
Me quedo con la soberbia Música de Alonso, la agilidad de su obra y la estupenda apoteosis final que se nos sirvió, que me supo a gloria.
Ver este tipo de obra es prácticamente imposible, verla a este nivel una suerte, así que si queréis un poco de plumas, un poco de lentejuelas, canciones maravillosas, y melodías que se pegan en el acto, al Teatro De La Zarzuela, solo por quince días será vuestro teatro.


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