viernes, 30 de mayo de 2014

Mierda De Artista, No Hay Negocio Como El Negocio De La Mierda

No voy a decir que soy un experto en la obra de Piero Manzoni, el polémico artista que rellenó noventa latas con sus excrementos allá por Los Años 60 y se hizo millonario, pero si he de decir que he visto en directo dos de esas latas una, en el MOMA y otra en la Tate Modern , y he decir que las dos veces amén de resultarme curiosas, me hicieron reflexionar, sobre donde está el límite entre el arte y la mera estupidez humana. Hace un par de semanas llegó a mis oídos la creación de un musical basado en la historia de Manzoni y las famosa latas rellenas de caca. Me resultó interesante por dos premisas, la primera claro está el tema que trataba, que me barruntaba yo que iba a plantear mis reflexiones sobre tan escatológico asunto, y la segunda el equipo artístico, responsable de aquella agradable sorpresa que fue Pegados, que me  gustó muchísimo. Se me presentó la oportunidad de asistir a un pase previo en Los Teatros Del Canal y no me lo pensé dos veces. La cosa resultó la mar de satisfactoria como iré contando. Me reí un montón y me ayudó a entender el porqué de las latas de mierda, y las motivaciones de Manzoni.



La obra se desarrolla en Los Años 60, en los momentos previos y durante la creación de la obra de arte. La música es deliciosa, muy jazzística en el rollo mas cool de la época, tiene números muy brillantes, con ciertas reminiscencias de Jule Styne y su famoso Gypsy, sobre todo al final de la obra, la partitura tiene momentos muy irreverentes, y realmente divertidos. El libro no tiene desperdicio, con unos personajes maravillosos, que enseguida se quedan con el público, todos tienen su punto, están muy bien perfilados y la historia perfectamente hilada. Se trata de una propuesta dramáticamente mas desarrollada que su predecesora Pegados, mas ambiciosa en general, y mas sólida todavía si cabe que la anterior. La obra sigue unos parámetros en su desarrollo totalmente clásicos en cuanto al genero musical se refiere, pero no en su ejecución, algo que le da una frescura impresionante, y que hacen interesantísimo este trabajo.


Vayamos con el elenco, MARAVILLOSO si señores, no hay ni una sola nota disonante en esta sinfonía de talento que se llama Mierda De Artista. Nanina Rosebud hace de Paola Pisani, periodista primeriza, un poco rubia tonta y con algún que otro toque de locura. Está muy graciosa y pizpireta en un papel que es un bomboncito y que ella exprime al máximo, aporta gran comicidad y una mezcla de cursilería e inocencia que enamoran al espectador. Voz muy bonita, afinadita y muy de musical, me encandiló con su representación un poco a lo Doris Day, pero sin la ñoñez que caracterizaban a la mas puritana de las novias de América. Frank Capdet, da vida a Enrico Castellani, amigo del protagonista, también artista y un poco frustrado ante su poca fortuna. Está muy correcto en lo actoral, empeñado en desvelar los enredos y secretos que cada personaje tiene, pero no hay forma, ja, ja, ja, hasta que al final todo se descubre, y no dice otra cosa mas que , lo sabia!! , lo sabia!!!, lo sabía!! claro lo sabía pero no lo contó, je, je, je. Vocalmente está perfecto y saca bastante partido al que quizás sea el papel mas desagradecido de la función. Xènia Reguant da vida a Apollonia Avaloni, novia de Manzoni, su papel es menos cómico aunque también tiene momentos muy graciosos, brilló bastante en lo vocal, y en lo actoral también da giros interesantes, especialmente cuando en un momento de flaqueza tiene un escarceo lésbico divertídisimo. Su relación con Manzoni hace aguas, le cuesta entender al artista y su frustración está muy bien reflejada. Gemma Martinez da vida a Sofia Canevaro, la marchante de Manzoni, sin duda el mejor papel de la obra. Glamourosa de vida alocada, adicta a casi todo, de ambigua sexualidad, y con unas frases maravillosas. Martínez saca el máximo partido de este papelazo que la va como anillo al dedo, resultando absolutamente desternillante. Menudo pedazo de actriz y estupenda también en lo vocal, con interesantes graves, pero sobretodo y ante todo artista, muy artista, se come el escenario y todas sus intervenciones son una delicia. la vis cómica de Martínez es enorme, y aquí está aprovechadísima. Ferrán González da vida a Piero Manzoni. Completísimo en todas las disciplinas, canta estupendamente, interpreta de lujo y verle bailar es una gozada. Su personaje es el mas serio de la función, el mas torturado y también el mas reposado, consigue dar el contrapunto perfecto para el torbellino de "locos" que le rodean. Da un final muy potente a la función, y es brillantísimo en todas sus intervenciones. Sin duda una estrella del género que merece hacer primeros papeles con total justicia. Su preparación es muy notoria y muy de agradecer, su trabajo está a nivel de Broadway o Lóndres , sin lugar a dudas.


El espectáculo está acompañado por una pequeña banda de contrabajo, batería y piano, que suena maravillosamente bien, dotando a toda la función de un aire muy " chic " en consonancia con la época en la que se desarrolla, la Italia del Martini, Negroni y Cinzano, tantas veces reflejada, imitada y copiada. La banda crea una atmósfera muy especial que enriquece enormemente la función, y además está perfectamente integrada en la historia con una serie de juegos muy teatrales, que enriquecen muchísimo la acción que se desarrolla durante la función.


La propuesta escénica es estupenda, sencilla en cuanto a escenografía pero muy bien servida en cuanto a despliegues técnicos, luces muy eficientes, con momentos muy conseguidos, y lo que es mas importante, la soberbia dirección actoral y escénica de Alicia Serrat. Fluidísima, de tempos impecables, provista de gags estupendamente resueltos y perfecta unión entre escena y escena. La obra sorprende por su innovadora propuesta, de continuo rompimiento del espectáculo, donde se juega con el público dando a entender al espectador que lo que están viendo es teatro, con sus parones ( cuidadosamente medidos ) y las " salidas " de personaje de los actores totalmente intencionadas, que crean un código muy fresco y novedoso. Todos los actores están estupendamente bien dirigidos, con unos objetivos muy claros y que el estupendo texto ayuda a que todo funcione como debe ser. Estamos ante una comedia que aunque hable de mierda tiene mucho Glamour, que los figurines de Laia Cambrils acentúan todavía mas. Hay cierto regusto de las comedias rosa de La Universal de Los 60, pero eso si, con mucha mas mala baba, un humor bastante descarnado en algún momento y por supuesto mucho menos blanco que el de los inocentones títulos de la pareja Day-Hudson.


La dirección musical corre a cargo de Joan Miquel Pérez, que también es el pianista de la banda, y tiene mucha participación actoral en la función. Pérez da el acento exacto que la partitura requiere, mide muy bien a los cantantes y consigue que todas las interpretaciones vayan en total consonancia con el texto. Gran trabajo en lo musical también para esta sencilla pero interesantísima producción. Mención aparte merecen las coreografías de Marta Tomasa, simplemente espectaculares, mueve muy bien a los actores, y consigue finalizar cada número con gran brillantez, repito que estamos ante un espectáculo digno de Broadway o Lóndres, y no exagero ni lo mas mínimo.


En resumen, una propuesta mas que recomendable, con ciertas reminiscencias de Styne y Sondheim, que sorprende y encandila al espectador desde el minuto uno. Donde brillan todos sus componentes, tanto artísitico como creativo, no se nos olvide que este musical es absolutamente nuevo, y que merece una revisión para saltar al gran circuito. La obra es redonda, divertida y sobre todo nos deja bien claro, que Manzoni se quería reír de los snobs que compran arte, y que nos deja un regusto amargo, ya que solo lo consiguió a medias. Lo que el consideraba un broma, todavía a día de hoy se considera una obra de arte, discutible y discutida, pero que eso si, no deja indiferente a nadie, ante esto y parafraseando al himno de Broadway, finalizo con el título de esta crónica, No Hay Negocio Como El Negocio De La Mierda!! 

There's No Business Like Shit Business !!!


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martes, 27 de mayo de 2014

El Barbero De Sevilla, La Zarzuela Cómica y El Amor Al Arte

El Barbero De Sevilla, es una joyita del Género Chico, que se representa poco, algo no muy entendible, tanto por la celebre Polonesa, pieza de concierto insigne de cualquier soprano lírico-ligera, como por su inspirádisimo libreto que como juguete cómico no tiene desperdicio. Conocía bastante bien la partitura, que no me resulta especialmente interesante a no ser por la famosa Romanza y un Dúo con ciertos guiños al aficionado a la ópera que tiene bastante gracia, pero nunca la había visto representada, aunque lo gracioso de su enredo es legendario en el mundillo zarzuelero. Por tanto se me hacía muy interesante la propuesta que la Compañía Lírica Ibérica está perpetrando ( al menos hasta hoy, ya que han finalizado ya la temporada ) en el Teatro Marquina. La obra está muy bien tramada desde su principio, metiendo al espectador en un bucle de equívocos muy bien resueltos, que finalizan con un explosivo final, muy teatral y que tiene mucha gracia. La cosa va de una chica que quiere triunfar en la lírica, su padre se opone porque está liado con una soprano y no quiere que se descubran sus escarceos extramatrimoniales, y finalmente por azares de la vida, acaban todos coincidiendo en un bolo en Burgos, para representar la ópera que da título a esta zarzuela, con el consiguiente follón, que culmina en una escena de tres camerinos separados donde se suceden los distintos avatares de cada parte de este enredo. Con ganas de reírme me acerqué al Marquina, y expectante ante un título nuevo para mi, algo que siempre me resulta atractivo. La experiencia fue la mar de satisfactoria como iré relatando. Tarde muy agradable de teatro, sin complicaciones, y mas que dignamente representado.


Vayamos con el elenco, bastante amplio, y en general homogéneo. Iván Nieto Balboa y Victor Trueba, dan vida a dos periodistas, muy atinados en lo vocal, afinaditos y empastados en el Concertante, su papel no es muy extenso, pero están correctos, algo que es de agradecer, no hay nada que chirríe mas que un secundario flojo cuando el resto del elenco está bien. Rafael Alvarez de Luna da vida a Benito, el compañero de líos de el papá de la artista, está perfecto, da la dosis justa de caradura y comicidad a un personaje que si hubiese sido perpetrado por otro actor quedaría deslucido, Alvarez De Luna, aporta oficio y sabe medir muy bien los tiempos en escena, ejemplo claro de actor muy físico, con gran vis cómica y que nunca falla. Axier Sánchez da vida a Martín,  novio de la protagonista de la obra , el papel es un tanto deslucido en lo vocal, Sánchez cumple, pero donde se bate el cobre es en la parte actoral, muy galán, con momentos francamente cómicos, y muy bien dirigido, hace un pareja perfecta con su novia en escena, existe muy buena química entre los dos y así se aprecia desde el patio de butacas. Carlos London da vida a Bataglia el profesor de canto de la futura diva, al que los papás de la niña se empeñar en llamar Batalla durante toda la función. London nos regaló una Calunnia de Il Barbiere, como añadido, francamente espectacular. Bajo puro de voz grande que las da todas, en los momentos de conjunto supo dotar de gran sensibilidad a sus partes cantadas, algo que va en total consonancia con su papel. Papel que encontré muy bonito tanto por lo que dice como por lo que hace, dotando a este profesor de un sutil " refinamiento" nada obvio, pero que leyendo entre lineas subyacen unas cuantas cosas la mar de interesantes. José Luis Gago da vida a Don Nicolás, el padre de la criatura, personaje hipocritón ,cobarde y un poquito calzonazos, cuyas calaveradas mas que satisfacción le causan disgustos. Gago se desenvuelve como pez en el agua en la comedia, sin duda es uno de los grandes caricatos del momento, que aporta un trabajo con enfoques siempre interesantes y con calado en lo actoral. Está soberbio en un papel hecho a su medida, las da todas y el público entra al trapo solo. Conozco mucho su trabajo y su forma de trabajar, y si alguien sabe como respira el público ese es José Luis Gago, siempre buscando y siempre jugando, labor primordial en un actor. Ana María Ramos da vida a La Roldán, la amante de Don Nicolás, diva operística a la antigua usanza. Vocalmente tienes algunos problemas de colocación y para atacar el agudo, algo que en las mezzosoprano es bastante  habitual, y no soy capaz de encontrar la explicación. Correctísima en lo actoral, muy graciosa y muy guapa, el terceto que canta está muy bien montado y se mueve estupendamente en escena. Marta Moreno deliciosa como Casimira " La madre de la artista " hace una andaluza un poco bruta que solo vive por los ojos de su niña, papel precioso, muy gracioso y un Mihura de órdago, porque es difícil de llevar a cabo correctamente. Una actriz de las carcterísticas de Moreno es perfecta, graciosa, gran presencia escénica y mucha retranca. Está soberbia sin lugar a dudas. Moreno es otra todoterreno que abarca todos lo géneros y siempre cumple. Conoce el oficio perfectamente y así quedó patente en la función, sus mutis son gloriosos ( siempre lo han sido ) actriz de carácter, versátil como ella sola y estupenda cantante además. Helena Abad da vida, valga la casi-redundancia, a Elena la protagonista de la función y la que tiene la parte mas comprometida en lo musical. Abad está fantástica, posee un bello timbre de lírico-ligera puro, de bellos armónicos y que se cantó un Me Llaman La Primorosa, magnífico, y no solo en lo vocal, sino también en lo actoral, durante la Romanza hay un recorrido muy interesante sobre las inseguridades de la debutante que se va creciendo a medida que la Polonesa avanza, labor indiscutible de dirección de escena. Está deliciosa y su físico resulta perfecto para este papel, un gran acierto sin duda la elección de Helena Abad, que fue la que mas se lució en la parte musical, como le corresponde a la obra.


La propuesta es sencilla, pero cuidada, muy digna, y bien presentada. El enredo se las trae, y la obra es bastante complicada de poner en pie. José Luis Gago que también dirige la escena, consigue dos objetivos fundamentales, lo primero que se entienda todo lo que ocurre, ya que el torrente de información que recibe el espectador, si no está muy bien medido no tendría gracia ninguna en su resolución final, y lo segundo el ritmo. La comedia es ritmo, y los tiempos son perfectos. La obra está llena de pinceladitas " Marca José Luís Gago " que perfilan a cada personaje  y gags muy efectivos. Escenicamente está muy bien resuelta, todo fluye a la perfección y la famosa escena de los camerinos es estupenda, girando un poco a lo conceptual, y apoyándose en la inteligencia del público, se entra en un código en el que sin haber paredes que separen los camerinos, se perciben a la perfección, labor sin duda de los actores. Especialmente bien resuelto está el Concertante, muy gracioso y muy bien cantado, y uno de los momentos mas comprometidos de la función, que todo el elenco lleva a buen fin sin ningún tipo de problema. La obra está realizada con mucho cariño, mimadita hasta el tuétano, y que gracias al entusiasmo y al amor a la profesión de todos los componentes del elenco, consiguen una propuesta mas que digna, y muy valiente para los tiempos que corren. Plantear en una iniciativa privada un título fuera del repertorio habitual, es una declaración de principios en toda regla y una declaración de amor a la zarzuela.


La orquesta correctísima, dirigida por el Maestro Enrique García Requena, con mucho gusto, es pequeñita, pero para una obra de estas características está perfecta, suenan muy bien y muy matizados. El Maestro García Requena sabe darle el gracejo necesario a cada número para que funcione a la perfección. Control total sobre la orquesta y sobre los cantantes, conocer el género es lo que tiene. Algunos otros que han dirigido en grandes templos de la lírica han cometido mas de un " zarzuelicido" por no saber por donde van los tiros. Dirigir zarzuela es muy dificil, dirigirla bien, todavía mas



En resumen una propuesta estimable, y muy recomendable por dos premisas, la primera lo atractivo de ver un título tan poco habitual, y la segunda, disfrutar en directo de una producción realizada enteramente por profesionales del género, curtidos a golpe de escenario y que transmiten el amor por lo que hacen desde el minuto uno. Hoy en día hacer zarzuela y lirica en general desde el ámbito privado es un arte y practicamente un trabajo por amor al arte, se de lo que hablo, por tanto siempre que las cosas se hagan con criterio y dignamente, ahí estaré yo desde este rinconcito para apoyar el género que mas amo, y que durante tanto tiempo me dió de comer, y tantas satisfacciones artísticas me ha ofrecido. Viva la zarzuela!!!

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viernes, 23 de mayo de 2014

La Violación De Lucrecia,Ensayo De Una Violación

Mi admiración hacia Nuria Espert, se ha ido acrecentando con los años, la primera vez que la vi en directo, fue en un montaje de ¿Quien Teme a Virginia Woolf? con Adolfo Marsillach en el Año 99, y reconozco que me dejó bastante frío, mas tarde la vi en El Cerco De Leningrado con María Jesús Valdés, y he de decir que La Valdés se la merendaba, y posteriormente me fui reconciliando con ella en múltiples montajes, hasta sentir verdadera veneración por su particular forma de hacer. Espert es una actriz única, con un código muy suyo y una forma de trabajar muy especial que no a todos gusta. Sus mayores virtudes en mi modesto entender, son su entrega, honestidad en su trabajo y la sensibilidad tan extrema que caracteriza sus interpretaciones. Se me escapó La Violación De Lucrecia en su estreno hace ya un par de años, y cuando me enteré de su reposición en el Teatro De La Abadía no me lo pensé dos veces. Por azares de la vida me equivoqué de día y me presenté en el teatro el domingo en vez del sábado, y he de decir que el personal de La Abadía se portó estupendamente facilitándome dos pases para hoy, es de justicia decirlo, ya que hubiese perdido el dinero, y la oportunidad de ver este espectáculo que tanto me llamaba la atención. Dispuesto a vivir emociones fuertes me acerqué esta tarde al teatro, y con bastante buen ánimo. La cosa no me defraudó como iré desgranando en esta crítica que me ocupa, así que vayamos al lío que es lo que interesa.


La Violación De Lucrecia, es un poema de un joven  William Shakespeare, en el que se narra el hecho que desencadenó la caída de la monarquía en la Antigua Roma y el advenimiento de la república. Este importante hecho histórico, ha sido plasmado en múltiples ocasiones tanto en la literatura como en la pintura, siendo el tema de la misma una excusa para mostrar el desnudo femenino en épocas mucho mas conservadoras que la actual. El poema de Shakespeare está considerado uno de los mas difíciles textos de El bardo, y es de auténtica justicia esa consideración. La profundidad de los personajes, el calado de la historia y la crudeza del mismo lo convierten en un reto interpretativo de altura. En este montaje que me ocupa, Nuria Espert, en un auténtico tour de force, da vida a todos los personajes que aparecen en el drama. Algo que muy poc@s se atreven a abordar. Espert sale airosa por varios motivos como luego explicaré. En esta producción mediante un pequeño juego escénico se nos indica al espectador que Nuria se encuentra en su casa estudiando el texto que da título a la obra, tras esta breve introducción, que encontré un poco innecesaria aunque no molesta mucho, empieza el festival de interpretación mas pasmoso del que he sido testigo ultimamente.


Nuria Espert, da vida al Narrador del Poema, la ultrajada Lucrecia, su violador Sexto Tarquinio, el marido de Lucrecia Lucio Tarquinio Colatino, y Bruto amigo de el marido de Lucrecia. No desentona en absoluto en ninguno de los papeles, destacando especialmente como Tarquinio, en una crudísima escena preámbulo de la violación y en la propia Lucrecia, donde da notas mayúscula de gran trágica, con gran capacidad para conmover al respetable. Su trabajo es apabullante, el continuo cambio de registro, y la complicación corporal que esto conlleva, pasma al mas valiente. Espert es despiadado y masculino cuando el personaje lo requiere y rebosa candor y tristeza cuando Lucrecia ya ha sido violada. Su voz aporta matices interesantísimos, dotando de gran personalidad a cada personaje, y su interpretación está tan desnuda, y desprovista de artificio que tan solo se apoya en unas bellísimas telas, que sirven de vestimenta para diferenciar a los personajes. Estamos ante un trabajo muy de verdad, que no necesita mas que lo que tiene, un bello y sencillo envoltorio, y talento, mucho talento. Espert hace una lectura muy profunda de todos los personajes, dotándolos de mucha humanidad y una grandeza épica digna de lo que la historia cuenta. A este respecto destaco el momento en el que Tarquinio siente arrepentimiento ante el salvaje acto que acaba de cometer. La obra ofrece momentos de gran lirismo,sobre todo cuando se desarrolla el paralelismo que hace Shakespeare entre Lucrecia y Hécuba, otra reina ultrajada cuya historia también sirve como fin de Troya, y en definitiva el fin de otra época. Dos mujeres con varias cosas en común, y que Shakespeare muy astutamente incluye en la trama cuando Lucrecia rota de dolor observa varias pinturas donde se narra la historia de Hécuba. En esos momentos Espert dota de gran dignidad a esta mujer destruida y asqueada ante lo que le acaba de ocurrir. Su interpretación es un crescendo de intensidad y tensión que culmina en el momento del suicidio, sin aspavientos, en un silencio sepulcral que me dejó helado. Humildemente pienso que Nuria Espert ha hecho historia en el teatro español ( una vez mas ) por su esforzadísima interpretación, que roza lo sublime en algunos momentos, y que mantiene al espectador en vilo durante toda la función. Uno siente cuando el respetable está completamente concentrado en lo que está viendo, algo que en esta función fue muy notorio, y que finalizó con una sonora ovación, mas que merecidísima, tanto por el esfuerzo como por la calidad de lo que Espert ofrece. Mención aparte merece lo bien que dice el texto, ya que absolutamente todo lo que en el se cuenta se entiende a la perfección, algo que dado la dificultad del mismo no hace mas que refutar el enorme trabajo que hay detrás de este espectáculo.


La función visualmente es bellísima, Miguel Del Arco ofrece una producción muy elegante, con sugerentes figuras visuales, escasa pero bonita escenografía y un aprovechamiento de los elementos escénicos magistral. Del Arco dirige a Espert con gran fluidez, se nota el trabajo conjunto realizado y la suavidad con la que ha tratado a su actriz. Estoy absolutamente convencido que la genialidad de la producción radica en la perfecta comunión entre actriz-director, dando alas a la interpretación y al profundo estudio del texto. La función está muy medida, muy cuidada y muy matizada, algo que se refleja en la perfecta continuidad entre escena y escena, y lo que es mas difícil, la transición entre personaje y personaje que transcurre en décimas de segundo. El recorrido de Espert está muy medido, y los tiempos son perfectos, labor indiscutible de Miguel Del Arco, que sin lugar a dudas sabe muy bien lo que hace, y como tratar a su actriz. 
Mención aparte merecen las impresionantes luces de Juanjo Llorens, que sin lugar a duda son de premio, transmiten gran belleza y apoyan perfectamente la acción dramática, se trata de una propuesta oscurantista, algo que acrecienta el tremendo drama del que se es testigo. Del mismo modo destaco también la estupenda escenografía y figurines de Ikerne Giménez. Elegantísimos y muy funcionales, sin restar ni un ápice de plasticidad a las bellas imágenes que Del Arco propone.


En resumen, una propuesta absolutamente imprescindible para cualquier amante del teatro. Tanto por lo arriesgado de su planteamiento, el impresionante trabajo de Nuria Espert y la cuidadísima puesta en escena. Estamos hablando de Teatro con mayúsculas, sin artificios, desnudo y muy, pero que muy recomendable. Los monólogos tienen fama de áridos, yo siempre digo que depende de quien lo haga y como se lleven a cabo. Salí impresionado, algo que cada día me cuesta mas cuando asisto a una función, y estoy absolutamente convencido de que nadie que asista a este espectáculo sentirá indiferencia. No quedan muchas funciones.... avisados estáis, je, je, je


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viernes, 16 de mayo de 2014

Los Mácbez, Macbeth A Feira

De todas las tragedias de Shakespeare, mi favorita es Macbeth, creo que ya ha salido a colación mi adoración ante este soberbio texto de El Bardo, que me fascina por su oscurantismo, crudeza, y absoluto conocimiento de la naturaleza del ser humano. De todas las obras del repertorio de Shakespeare, es la mas extremada, la mas violenta y en mi opinión la mas catártica para el espectador. Macbeth no deja indiferente a nadie. Su texto es duro, muy duro, su acción muy agresiva, y la fusión de lo sobrenatural con lo cotidiano, apabullan. Lady Macbeth es uno de los mas grandes papeles femeninos jamás escritos, y la belleza dentro de la brutalidad de sus versos me impresionan profundamente.
Ante esto os podéis imaginar que se me hacía la boca agua ante la adaptación que se está representando en estos momentos en el María Guerrero, un reparto de campanillas, con mi adorada Carmen Machi, y el siempre solvente Javier Gutiérrez, y la supuesta garantía que ofrecen los Teatros Nacionales en cuanto a producción se refiere, me hacían esta propuesta muy atractiva, no iba yo muy convencido con el asunto de la adaptación, este Macbeth ambientado en Galicia, donde la lucha de poder se basa en la Presidencia de La Xunta, me chirriaba un poco, pero como uno es espectador desprejuiciado, fuí con buen ánimo, dispuesto a disfrutar de emociones fuertes e interpretaciones poderosas. La cosa funciona a medias como luego explicare, todo por culpa de la nefasta adaptación, innecesaria y desafortunadísima, que solo se salva por la solvencia de sus intérpretes.


El elenco es bastante amplio y en lineas generales muy correcto.
Chema Adeva da vida a Duarte ( Duncan de la versión original) también hace de chófer de Macbeth, personaje que no fui capaz de ubicar en el original, Sixto y una de las brujas, que en este caso son meigas, como mandan los cánones gallegos. Su interpretación de Duarte es mayúscula, con ciertos ecos de Manuel Fraga Iribarne, Adeva carga de matices este anciano cacique, que practica el nepotismo a diestro y siniestro y que da un poquito de grima. Destaco también su monólogo como chófer en el que estuvo realmente brillante. Jesús Barranco, crea un convincente Banquo, de gran naturalidad, con aspecto de gris burócrata, de principios inquebrantables y gran dignidad hasta las últimas consecuencias. Realmente ofrece un trabajo muy cuidado, cargado de pequeñas pinceladitas que aumentan la credibilidad del personaje, parece que está de paso, y efectivamente así es, su destino es pasar por la vida de su némesis, el tan aficionado a los cuchillos Macbeth. También hace de mayordomo de Macbeth, que sigue el destino de su amo hasta el final. Brilla especialmente en este papel, dando unas escenas finales prodigiosas. Laura Galán es la Presentadora-Narradora de este Macbeth tan conceptual, que necesita de aclarar al público donde se están desarrollando las diferentes acciones, canta una canción muy inquietante que gira ante la belleza de lo feo y la fealdad de la belleza, que es una especie de declaración de principios sobre la propuesta escénica. Además de este rol representa cuatro papeles mas, incluyendo a Florencio (hijo de Banquo) y a una estupenda Señora Vázquez, invitada a la esperpéntica fiesta que dan Los Mácbez para celebrar la investidura del personaje que da título a la obra. Este papel breve pero muy bien perfilado le va como anillo al dedo, es una mezcla entre maruja y prócer del partido del que todos los componentes de la función son afiliados ( y que yo con ojo avizor, vislumbré como el PP, je, je, je  ) está soberbia en su intervención, muy graciosa y muy natural. Galán se lo curra de lo lindo con su variedad de papeles, y en todos está correcta. Rulo Pardo da vida a Méndez ( Macduff en el original ) lo encontré francamente desafortunado, intentando dotar de un acento gallego a su papel y quedándose mas cerca del catalán que de lo que pretende, está sombrón, monocorde y muy aburrido en todas sus intervenciones, llegando a resultar irritante en algunos momentos, quizás precisamente eso es lo que se pretendía desde la dirección de actores, pero el resultado no funciona, y lastra un poco el desarrollo de la función, resulta muy poco convincente en dos momentos muy comprometidos, el descubrimiento del cadaver de Duarte-Duncan, y cuando recibe la noticia del asesinato de todos los miembros de su familia, falta intensidad y sobre todo falta verdad. Rebeca Montero da vida a Marcelina ( Malcolm en el original) está absolutamente soberbia en su papel, sobria, intimidante y muy enérgica. Da vida también a Rosa, la maltratada doncella de la Sra. Mácbez, una de las Meigas y la Sra  Méndez. Su transición de Sra. Méndez a Marcelina después de su asesinato es mayúscula, realiza un trabajo estupendo con un cambio de rol cara al público, resuelto de una forma muy acertada. Encontré muy interesante en general el trabajo de Montero, transmitiendo frialdad y pulcritud a partes iguales.Carmen Machi como Sra. Mácbez ( Lady Macbeth en el original) absolutamente increible, sin lugar a dudas la mejor del reparto, ofrece momentos de gran intensidad dramática y su primer monólogo, uno de mis favoritos de Shakespeare, da miedo mucho miedo. Crea una Lady Mácbeth completamente despiadada, vulgar matrona, de gustos muy primarios y con una insana relación con su igualmente adorable esposo. La transición a la locura y la famosa escena de la mancha de sangre, es soberbia, roza el patetismo y consigue que casi nos de pena el precio tan caro que paga por su desmedida ambición. Ver a Machi es un festival de audacia, esfuerzo y una interpretación que parece que le sale de las tripas. No hay ni un pero, su forma de decir los versos hipnotizan, y espanta ante las brutalidades que dice de la forma mas natural. Sobresaliente para Machi y uno de los grandes sustentos de la función. Javier Gutiérrez da vida al Sr. Mácbez ( Macbeth en el original) Gutiérrez ha optado por un Macbeth menos pueril de lo que habitualmente se suele representar, es muy agresivo y aunque duda en su primer crimen, enseguida le pilla el gusto a esto de la sangre. Su creación es la de un convincente trepa, político profesional, que tiene mucho mundo interior, y que el refleja muy bien en el gesto. Es un gran trabajo, de gran calado y profundo estudio psicológico del personaje, el final de la función es un recital de buen hacer sobre el escenario, dando momentos muy intensos, y que deja al espectador helado en su butaca. Otro sobresaliente para Gutiérrez, actor que ya he visto en varias ocasiones, y que se caracteriza por lo introspectivo de sus interpretaciones. Me gusta mucho, lo reconozco y sin lugar a dudas se deja la piel sobre el escenario.


Vayamos con la propuesta escénica. Andrés Lima ha optado por una acertada visión de impactantes imágenes, violencia muy gráfica y estética feísta-decadente. Todo se desarrolla en un agobiante cubo de color blanco en el que solo hay tres asépticas sillas de plástico, las luces son fundamentales, dotando de unas atmósferas muy conseguidas a cada momento. El principio de la función desconcierta por su crudeza, y recreación en la belleza de lo feo, las tres Meigas, de libidinoso carácter producen mucha inquietud y sus dos apariciones son muy poderosas. El espectáculo tiene una linea muy clara, válida y coherente, ambientado en la actualidad, sin que resulte chirriante en ningún momento. Lima consigue incomodar al espectador con lo que presencia, incluso lo provoca y como revulsivo funciona a la perfección. La dirección actoral es muy efectiva, dotando de mucho empaque a la mayoría de las interpretaciones, y con unos juegos escénicos muy bien resueltos. Sin duda su labor es extraordinaria, y su visión de Macbeth es fabulosa y muy acorde con las tendencias actuales en cuanto al teatro de vanguardia se refiere.


Vayamos ahora con el gran fallo de la producción, y que hace que no sea un espectáculo redondo. La desafortunadísima adaptación de Juan Cavestany. No hay por donde pillarla, chirría continuamente, rozando la parodia, no se si es intencionado o no, pero en caso de serlo no funciona, porque la obra no tiene ninguna gracia. Ver a Mácbez ofreciendo percebes y Ribeiro a diestro y siniestro, y diciendo perlas como " la Plaza Del Obradoiro ha sido tomada" es un espectáculo que solo se salva por el enorme trabajo de los actores. Para mas inri de las tres profecías de las Meigas solo se cumplen dos, ya que una vez derrocado Mácbez, la que asciende al deseado puesto de Presidente de La Xunta, es Marcelina, por tanto el hijo de Banquo no llega a ser lo que las brujas profetizaron. Plantear el conflicto en base a un cargo político y no a un cargo dinástico es un error de dramaturgia muy grande, ya que todo se convierte en un sinsentido, y la fuerza que posee el original, se desvanece, hablando en plata diría que es muy poco el muerto para tanto luto. No es lo mismo matar por un trono que por un cargo político, la carga épica se desvanece y va naufragando hasta hundirse del todo según avanza la acción. Repito, labor de altura la de los actores que consiguen llevar a buen puerto tamaño despropósito. La producción tal y como se presenta, con el texto original sería una genialidad, la adaptación parece que va llenando de parches una rueda que no tiene ni un solo pinchazo, es decir algo completamente innecesario.


En resumen, una propuesta recomendable por su elevada calidad artística, profundamente lastrada por un texto que no tiene salvación ninguna. Puristas recalcitrantes abstenerse, y espectadores desprejuicidados sed muy conscientes de lo que vais a ver, interpretaciones mayúsculas, un impactante montaje, y una extraña versión de Macbeth, que hace aguas por todos lados.

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jueves, 15 de mayo de 2014

La Bohème, O La Sensibilidad Hecha Música

Tengo un lema, Puccini es Dios y Turandot La Biblia, con esta declaración de principios creo que queda claro que  mis gustos musicales son netamente Puccinianos je je je. La Bohème es para mi la ópera mas sensible de Don Giacomo. Turandot es la grandiosidad, Tosca la heroicidad y La Bohème la sensibilidad. Dependiendo de mi estado de ánimo me apetece escuchar una u otra, pero las tres me fascinan casi a igual nivel. Ópera De Madrid continúa su temporada lírica en el Reina Victoria, esta vez con el reto que supone llevar a buen puerto tan difícil ópera, tanto por su grandiosa orquestación, su denso reparto y las complicaciones técnicas que acarrea en un teatro de las características en el que esta estupenda compañía lleva currándoselo a base de bien desde hace casi tres meses. Me apetecía muchísimo esta Bohème, ya que mis dos anteriores experiencias con esta compañía resultaron muy sorprendentes y sobre todo muy satisfactorias, así que no dudé ni un minuto a la hora de sacarme la entrada para disfrutar de una de mis óperas favoritas, la que mas me conmueve y la que mas me hace llorar, sobre todo en su Tercer y Cuarto acto que me ponen malísimo de puro gusto, ante la grandiosidad de su música y la tragedia que acontece ante los ojos del espectador. La Bohème me atraviesa el alma y me parte el corazón, pero que gusto que a uno se le parta el corazón por belleza y no por dolor. Con gana de llorera como mandan los cánones me acerqué al Reina Victoria, y vaya si lloré, lagrimones como garbanzos se me caían ante la muerte de Mimí, algo que siempre me ocurre y como la esté viendo en casa, los lagrimones se convierten en llantina pura y dura con pañuelo y moqueo, je je je.


Voy con el elenco, espectacular como suele ser habitual en esta compañía, muy homogéneo y muy bien elegido.
Joseba Carril da vida a Benoît y Alcindoro respectivamente, en el mas puro estilo de basso buffo, correctísimo en lo vocal, con una interesante voz, de gran volumen y muy correcto en lo actoral. John Health da vida a Schaunard el músico de este cuarteto de bohemios que viven en París. Health canta con mucho gusto, gran volumen y muy bello timbre, segurísimo en lo vocal, atacó todas sus partes sin problemas y dota a su personaje de mucha distinción. Carlos Guttemberg da vida a Colline el filósofo, estuvo especialmente inspirado en su pequeña Arietta del Cuarto Acto, se lució, cantó con gran sensibilidad y el público así se lo agradeció, fue un momento de gran lirismo, cuando la tragedia ya es inminente, la voz es bonita, grande y redonda. Judith Pezoa da vida a Musetta uno de los bombones de la obra, la voz es enorme, de brillantes agudos, aunque cantó con menos matices que el resto de sus compañeros, cumple sobradamente, y su famoso Vals hizo las delicias del respetable. Mayúsculo el Marcello de Javier Franco, su voz es soberbia, conoce el personaje a la perfección, ofreció una interpretación muy cuidada, dando en cada momento lo que la partitura requiere, y ofreciendo momentos espectaculares en su Dúo con Mimí en el Tercer Acto, en lo actoral está estupendo dotando de mucho carácter a este pintor locamente enamorado de Musetta. Manuel De Diego cantó un Rodolfo de altura, demostró gran sensibilidad cantando, posee un soberbio fraseo y la voz es bellísima, lo encontré muy adecuado para el papel, la voz es redonda, tiene unos agudos muy brillantes y una técnica muy buena, canta con mucho gusto y aparente facilidad, nada es forzado, la voz sale natural y suena preciosa. En lo actoral está absolutamente delicioso, su Rodolfo es muy sensible, posee la audacia de la juventud y se bebe la vida a chorros, crea un personaje muy vital, muy creíble y que enamora al espectador, sin duda sabe lo que se hace y está lejos de cualquier afectación "tenoril" todo es natural, como su canto, se mueve en escena como pez en el agua. Reconozco que su trabajo me encandiló, por lo completo del mismo. Y ahora vayamos con la estrella absoluta de la función, Hévila Cardeña como Mimí. Absolutamente deslumbrante, casi no tengo palabras para definir lo que sentí escuchándola cantar, su primera intervención absolutamente impresionante y tanto el Tercero como el Cuarto Acto, fueron de órdago. La voz es preciosa, totalmente hecha, de bellos armónicos, impresionantes matices y sobre todo lo que en esta ópera es lo mas importante, la gran fragilidad que transmite. Su voz inunda el teatro desde que sale a escena, y cuando se la escucha, se tienen ecos de las grandes de verdad. Sin duda una diva en el buen sentido de la palabra, en un papel que parece escrito para ella, ya en Il Barbiere me fascinó con su Berta, y me quedé con ganas de mas, aquí se cumplió mi deseo  ¿Para cuando una Traviata? si se decide a cantarla que cuenten conmigo desde ya!! . Actoralmente está maravillosa, gran presencia escénica y mucha intensidad en su interpretación, sin ningún tipo de aspaviento, transmite una infinita ternura y gran tristeza, tal y como Puccini concibió a tan maravilloso personaje. Un diez para Cardeña, y una voz a tener muy en cuenta, dará mucho que hablar, tiempo al tiempo.


El coro magnífico, reducido, pero con una estupenda sonoridad, las da todas, y esta ópera es especialmente difícil para el coro plagada de "bocadillos" que como no se esté muy al quite se pasan sin que ni tan siquiera se de uno cuenta. Tienen un sonido muy compacto y escucharlos es una delicia, ninguna cuerda flojea y los pequeños partiquinos de Parpignol cantado por Ricardo Perez y el Aduanero de Alfonso Esteve son perfectos.
La orquesta estupenda, dirigida con mano de hierro por parte del Maestro José Fabra. Bohème es una ópera de muy difícil orquestación, cumplen sobradamente aunque quizás dadas las características del Teatro Reina Victoria, un poquito menos de volumen en el viento-metal se hubiese agradecido, ya que en algún momento y sin molestar en exceso tapa a los cantantes, la ausencia de foso es un hándicap que en esta ópera se acusa un poquito mas que en las otras dos que han representado. En lineas generales Fabra hizo una lectura muy dramática de la partitura, de ampuloso sonido y muy efectista, dotando de gran intimidad cuando la obra lo requiere y espectacularidad a los números mas brillantes.


La propuesta escénica preciosa, sencilla pero efectiva, muy bien iluminada y muy bien presentada, se aprovecha el poco espacio que se tiene de forma muy inteligente, y encuentro un acierto el mantener el coro estático en el practicable durante el Segundo Acto, mejor eso que no una serie de movimientos que ensuciarían y quitarían plasticidad a las imágenes que se viven en escena. Juan Manuel Cifuentes ha realizado un estupendo trabajo en la dirección de actores, el vínculo de amistad entre los cuatro bohemios está plasmado con gran eficacia y la interactuación entre los personajes es perfecta. Mimí y Rodolfo son dos apasionados y tiernos enamorados , tal y como se vive un primer amor, sus escenas juntos son una delicia, que ayudan a potenciar el trágico final que les sobreviene. Estupendo trabajo de Cifuentes por su sensible propuesta plagada de pequeños detalles que enriquecen muchísimo la acción dramática.


En resumen, una emotiva producción de impecable factura y que no defrauda en absoluto, da exactamente lo que la obra requiere, y convierte en magia la gloriosa música del auténtico protagonista de la función, Don Giacomo Antonio Domenico Michele Secondo Puccini, uno de los mas grandes músicos de la historia, y uno de los que mas adeptos a la ópera posee. Esta producción es ideal para introducirse en el mundo de la ópera, se ve de forma muy agradable, se pasa en un suspiro y transmite toda la grandeza de la música que Puccini compuso. Propuesta mas que digna, de elevado nivel musical y muy asequible. Ópera De Madrid ofrece ilusión, juventud, frescura y muchas ganas de hacer las cosas bien y al alcance de todos. Larga vida a Opera De Madrid!!!


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