Se estrenó la semana pasada (mas bien reestrenó ya que se trata de una reposición) una producción de La Venganza De Don Mendo en el Fernán Gómez, como no pude ver su estreno primigenio en unos Veranos de La Villa de hace un par de años, reconozco que tenía curiosidad por ver uno de los textos que mas me gustan de nuestra comedia cómica patria. Este Don Mendo creo que es el cuarto que veo en directo, amén de películas, grabaciones escénicas y lecturas del texto varias. Es decir, me la conozco muy bien y siempre me llama la atención. Aunque ya no me ría con ella como reía hace años me sigue resultando un título muy atractivo, y que suelo ver cada vez que se repone.
Don Mendo es para mí recuerdos de infancia, de descubrimientos y de búsqueda de textos parecidos casi febril durante ese momento de la vida en el que uno va dejando de ser niño para ir formándose como persona. El teatro cómico fue mi primer contacto como espectador con las tablas, y sigue siendo uno de mis géneros favoritos por encima de la alta comedia. Hacer reír a carcajadas, el noble arte de hacer reír, sigue siendo uno de mis favoritos y de los que mas admiro por su dificultad y por lo poco habitual que es encontrarlo en su vertiente mas noble o mas pura. Si un texto representa ese arte en toda su grandeza, ese texto es La Venganza De Don Mendo, así que con ganas de pasármelo bien me acerqué el pasado sábado al teatro dispuesto a no perderme ni una coma de este mítico título, y sobre todo dispuesto a reírme, me reí, me lo pasé bien y no perdí ni una coma porqué me encontraba sentado en la fila dos je, je, je.
Para hablar de La venganza De Don Mendo hay que hablar de la astracanada, ya que es inherente a la propia obra.
Astracanada o astracán: Subgénero teatral cómico muy popular en los escenarios españoles durante el primer tercio del S.XX cultivado por Pedro Muñoz Seca y Pedro Pérez Fernández (Wikipedia) .
La astracanada se caracteriza por lo extremado de su planteamiento cómico, donde lo único que importa es hacer reír y donde la trama argumental casi se resume a lo anecdótico, siendo mas importante el como se cuenta que lo que se cuenta. Para ello lo mas destacable es el uso del lenguaje, plagado de retruécanos y ripios a modo de parodia de nuestro idioma y de sus géneros literarios y teatrales,
La astracanada mas famosa de todas las escritas en pleno apogeo del género y quizás la única que realmente ha quedado en el repertorio español es La Venganza De Don Mendo, la cuarta obra mas representada en todo el mundo de nuestro teatro, y creo que uno de los textos mas recordados y populares de nuestro repertorio.
La Venganza De Don Mendo de Pedro Muñoz Seca estrenada en Madrid en 1918 es una parodia de nuestro teatro del Siglo De Oro y de los dramones históricos decimonónicos de acartonado lenguaje e inamovible estructura igual de rígida que su métrica en cuanto a la versificación se refiere. Ambientada en el SXII nos cuenta la traición y el posterior intento de venganza de nuestro héroe aunque mas bien deberíamos llamarlo antihéroe.
Muñoz Seca sin duda escribió una obra maestra de gran eficacia tanto literaria como escénica que si bien no es el colmo del refinamiento en sus recursos cómicos, la inteligente parodia y sobre todo el alucinante uso del lenguaje son su fuerte, siendo el resultado muy apreciable y soportando el paso del tiempo sin el mas mínimo problema.
Vayamos con el elenco:
Marcelo Casas como Alfonso VI, Abad Mitrado y Clodulfo.
Dado el número de personajes de La Venganza, siempre hay algún actor que dobla personaje, en este caso Casas no hace dos si no tres papeles, siendo su trabajo perfecto y moviéndose en unos parámetros diferentes y atinados, desde el mas estereotipado Clodulfo en un código muy físico hasta un contenido Rey Alfonso VI pasando por el lacónico y graciosisimo Abad Mitrado cuyo uso de la letra "D" es todo un clásico del humor español. Casas cumple en todos los papeles y deja bien patente su verstilidad sin ningún problema.
Karmele Aranburu como Berenguela de Bacelona.
Soberbia es poco, en una impagable creación de una catalínisima Berenguela algo calenturienta y graciosísima desde que sale a escena. La Reina Berenguela siempre a pesar de la brevedad del papel suele ser representada por primeras actrices para darle el empaque necesario. Aranburu demuestra que en escena sabe mandar, y su corto pero sustancioso monólogo es un ejemplo de aquello de que no hay papeles pequeños, sino actores pequeños. Brilla mucho y divierte al respetable en sus intervenciones. Con un verso impecablemente dicho (algo que es una tónica en todos los actores) y una presencia mas que notable.
Roberto Quintana como Doña Ramírez.
Quintana lleva a cabo una de las mejores creaciones del espectáculo, Doña Ramírez el aya de Magdalena, un tanto chismosa y mas fea que un dolor. Quintana es oro puro, no solo cuando habla, sino cuando simplemente escucha. Concentradísimo y cargado de matices ofrece un trabajo tan redondo que no hay fisura ninguna. Su continua complicidad con el público y sus apartes son de ovación y vuelta al ruedo, y lo que es mas importante la verdad que transmite en su personaje. Nos creemos a su Doña Ramírez, no vemos a un hombre haciendo de mujer vemos a una mujer en toda regla, y nos reímos con su peculiar forma de ser y su rico mundo interior de testigo y parte del "drama".
Jesús Cabrero como Marqués de Moncada.
Correcto con peros. Cierto que es un papel un tanto ingrato, pero se le puede sacar cierta chicha en algún momento que Cabrero desaprovecha durante el acto de la celda de Don Mendo. Cabrero "lava" un poco los textos y algunas frases están dichas excesivamente de paso, pero esto no es obstáculo para que cumpla y no nos chirríe en sus intervenciones. Muy galán y de estupenda presencia salva los trastos aunque no brille especialmente.
Vallery Tellechea como Azofaifa.
Azofaifa requiere de una actriz de carácter con cierta vis cómica, pero que basicamente transmita esa huracanada pasión hacia su amado Renato-Don Mendo. Tellechea correcta aunque un tanto rutinaria cumple en las escenas con Don Mendo, ya que la química con Ángel Ruiz es muy notoria, y en sus apartes se queda un poquito mas coja. Reconozco que estos papeles que todo el rato están diciendo lo mismo son ciertamente difíciles de ahí que no es fácil conseguir que no pase mas desapercibida. Un poquito mas de peso escénico o quizás una interpretación mas carismática hubiesen acabado de rematar su interpretación.
Chema Pizarro como Don Pero.
Pizarro aprovecha bien otro desagradecido personaje, demostrando que con presencia, control del texto y una buena vis cómica papeles que otras veces pasan desapercibidos se convierten en estimables. Su Don Pero, va creciendo a medida que avanza la función siendo a partir del acto del bosque donde el desarrollo del de Toro se va haciendo mas y mas interesante hasta la sabrosa "puntilla final" que redondea su interpretación de forma muy acertada.
Jesús Berenguer como Don Nuño.
Berenguer dota de aplomo y sabiduría escénica a este Don Nuño un poco despistado y ajado por los años. Berenguer sabe lo que hace y con su pachorra dota de la medida justa a su personaje, un tanto desdibujado en el texto de Muñoz Seca, y resuelto con solvencia desde todo ángulo.
Cristina Goyanes como Magdalena.
Goyanes dota de gran peso escénico a un personaje que suele ser bastante mal tratado en esta función, ya que se suele buscar actrices muy guapas pero poco talentosas para llevarla a cabo, en el caso de Cristina se cumplen las dos premisas necesarias para llevarla a buen puerto, bella y además buena actriz. Con un buen uso de la voz y sin llevar el personaje a lo extremado consigue que nos la creamos en un rol difícil que Goyanes mima y defiende con uñas y dientes dotando de mucha personalidad a su Magdalena durante toda la función. Con un impecable tratamiento del verso y una dicción estupenda, Cristina Goyanes ofreció un trabajo de altura.
Ángel Ruiz, como Don Mendo.
Ángel Ruiz me ha ganado por la mano, lo reconozco, su interpretación cargadísima de matices de este difícil Don Mendo de enormes monólogos y retorcidos juegos de palabras es superior. Dotando al papel de una frescura inusitada y con una cuidadísima lectura del texto, consigue que todas sus intervenciones se nos pasen en un santiamén y que absolutamente todo lo que dice se entienda a la perfección, algo que dada la endiablada extensión del personaje no es ninguna broma. Concentrado hasta lo indecible, matizadísimo y con una entrega muy de agradecer, Ángel Ruiz demuestra que su Don Mendo de personalísima lectura es un acierto de principio a fin.
Vayamos ahora con la propuesta escénica.
Jesús Castejón firma la propuesta de forma acertadísima, alejado de cualquier estridencia y sin caer en los excesos que el Don Mendo puede acarrear, va al turrón y con gran tino carga las tintas en el texto, en las interpretaciones y las acciones, siendo el resultado muy dinámico y donde todo está justificado como en el buen teatro ocurre. Castejón sabe que la comicidad del Don Mendo estriba en un porcentaje muy elevado en la palabra y para ello se sirve de un ritmo no frenético, pero si ligerito que hace que la función se nos pase en un suspiro. No quiero dejarme en el tintero el mayúsculo trabajo como asesora del verso de María José Goyanes, que realmente ha llevado a cabo una labor impecable, alejado de cualquier amaneramiento, esta Venganza De Don Mendo posiblemente sea de todas las que he visto donde mejor dicho está el texto y donde mas se cuida la palabra. Los imposibles y difíciles textos de Muñoz Seca suenan con completo sentido, y todo se entiende a la perfección.
La obra planteada en un código bastante ortodoxo sin caer en lo rancio se sustenta en una funcional y casi conceptual escenografía de Ricardo Sánchez Cuerda, escenógrafo que tantas alegrías nos da al respetable con sus insuperables creaciones. Sin duda la conjunción de todos los profesionales que en esta producción se encuentran dan un resultado excelente a todas luces, y de una solidez pasmosa, gracias a la solvencia profesional de toda la compañía.
En resumen un Don Mendo que no defrauda, con un plantel actoral mayúsculo y de gran honestidad en su acabado formal, demostrando que sin grandes alharacas se puede llegar a grandes dosis de excelencia en el resultado final. Si queréis pasar un buen rato sin preocupaciones, disfrutar de teatro sólido, y reíros sin complejos ésta es vuestra función. ¡Advertidos estáis!
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Gracias Jony
ResponderEliminarGracias Jony
ResponderEliminarA ti siempre!! si la vas a ver me cuentas!! Un besazo!!!
EliminarMe encanta tu descripción de la obra, es genial, la he visto 3 o 4 veces pero, hace mucho tiempo y al leer tu crítica me ha echo volver a vivirla, gracias, me acuerdo que yo la vi por Juanjo Menendez
ResponderEliminarMe alegro de que te haya gustado!! un beso grande!!
EliminarSe menciona a Chema Pizarro como interprete de Don Pero y se hace referencia a que este actor es de Toro, lo cual no es exacto ya que es de Miajadas ( Cáceres ). Gracias
ResponderEliminarBuenas tardes y muchas gracias por leerme. Lamento el malentendido, pero cuando me refiero como el de Toro, es debido a que Don Pero es el Duque de Toro en la función, simplemente hago referencia al título nobiliario del personaje y que dado el carácter del mismo tiene importancia en el transcurso de la obra.
ResponderEliminarUn saludo