La ópera cómica, no es la que mas me apasiona, salvo honrosas excepciones, como es el caso de El Elixir De Amor y el Barbero De Sevilla. Don Pasquale me aburre soberanamente y no acabo de pillarle el punto a la comicidad de la lírica. Donde esté un buen dramón desmelenado, en el que la soprano estire la pata como mandan los cánones, a poder ser de la forma mas lacrimógena o truculenta posible, que se quiten los escarceos amorosos, o entretenimientos burgueses que tanto juego dan en las múltiples partituras que hacen las delicias de muchos espectadores. La Fille Du Regiment por tanto no está dentro de mis títulos favoritos, y por supuesto dentro de la obra de Donizetti, mis dos piedras angulares son Lucia Di Lammermoor (uno de mis títulos de cabecera) y La Favorite. A pesar de ello, lo encuentro un título agradable, fácil de escuchar y fácil de ver, siempre que tenga un elenco apropiado, ya que la obrita en cuestión, musicalmente se las trae.
Inauguro con La Fille Du Regiment mi escuetísima temporada operística, ya que el Real, este año ha tenido a bien que los pobres que solo podemos acceder al abono popular, tengamos el gusto de asistir a dos títulos de ópera y a un ballet, para que luego, eso si, en el patio de butacas, haya mas huecos que en una convención sobre la vida amorosa de los mejillones africanos, ya que la política de precios del Real, cada año se aproxima mas a un ejercicio de elitismo, que me produce a partes iguales tristeza y escalofríos.
El pasado día cinco me acerqué al Real, con buen ánimo, ganas de disfrutar lo que parecía una puesta agradable, y que había salido triunfante en cuanto al nivel musical. No me equivoqué, salí mas contento que unas castañuelas, algo que después del fiasco de la Carmen de La Zarzuela, me supo a gloria pura.
Por abono me tocó segundo reparto, y aunque me hubiese encantado escuchar el Tonio de Javier Camarena, tenor de moda y de modos exquisitos en cuanto al canto se refiere, estaba muy contento con el reparto que me había tocado en suerte y reconozco que estaba encantado con Désirée Rancatore, mucho mas en este Teatro Real, escasito en figuras de relumbrón. Además escuchar a mi admirado Luis Cansino me resultaba la mar de placentero, así que no podía pedir mas.
Aterido de frío, apabullado por los percances del día a día, y dispuesto a sumergirme a fondo en la música para olvidarme del gris imperante, me acerqué al coliseo madrileño, sabiendo que iba a disfrutar.
La Fille, es tan leve que casi parece un juguetito, su argumento no es mas que un pretexto para que los cantantes se luzcan con complicadísimos y estratosféricos desafíos vocales, pero que a pesar de su liviandad, puede resultar deliciosamente naif, y hasta divertida en algunos momentos, le perdonamos sus excesos patrióticos, lo descabellado del asunto, y lo simple de la historia, por su bella partitura, y su estupendo equilibrio entre obvia comicidad y sensible sentimentalismo.
Vayamos con el elenco, estupendo en líneas generales.
Comprimarios perfectos, Isaac Galán, Mathieu Bettinger, y Pedro Quiralte-Gómez, cumplen a la perfección, enriqueciendo con su trabajo, esta estupenda producción.
Ángela Molina, como la Duquesa Crakentorp, papel enteramente hablado. Molina, ofreció una interpretación muy personal, muy bien apoyada en su físico, con ciertos ecos de la madrastra de la Cenicienta en la película de Walt Disney, Ángela Molina está muy atinada, dando la justa medida de locura y comicidad a un extremado papel que ella domina sin el mas mínimo problema, Este personaje es un " paseo " para una actriz de las características de la Molina. Ella sola llena perfectamente el gigantesco escenario del Real con su imponente presencia.
Rebecca de Pont Davies, como la Marquesa de Berkenfield. Pont Davies, mezzo pura sirvió una excelente creación tanto en lo vocal como en lo actoral, su oscuro timbre le dió muchísimo juego, y nos deleitó especialmente en su Aria del Primer Acto, que funcionó como estupendo entremés para que el espectador fuese entrando en la función. Su dominio del instrumento y los matices cómicos con los que aderezó sus intervenciones musicales, hicieron las delicias del respetable. Perfecta emisión e imponente francés en las partes habladas. Actoralmente está soberbia, dando vida a una peculiar aristócrata, con algún que otro secreto que guardar, y un tanto excéntrica en su forma de ser. Luce elegantísima y sabe sacar el máximo rendimiento a su bonito papel.
Luis Cansino, inconmensurable como el Sargento Sulpice, en código de basso buffo, atinadísimo en lo vocal y soberbio sin concesiones en lo actoral. Cansino las da todas, su bello timbre es de sobra conocido y aprovechado por Cansino en los momentos que mejor le van, especialmente atinado estuvo en el Terceto del Segundo Acto, donde nos obsequió con uno de sus característicos agudos de impresión, que me dejó anonadado. Su fraseo y su gusto cantando están mas que demostrados y una vez mas Luis Cansino así lo demostró sobre las tablas, muy seguro y conociendo a la perfección su oficio, se llevó con gran justicia una de las ovaciones de la noche. Actoralmente está magnífico, su trabajo trasciende mas allá de lo meramente vocal, para realizar una pinturita muy querible y tierna que el espectador se lleva para casa en su corazón. Impagable su composición corporal, ayudada por un estupendo maquillaje y botarga, que el aprovecha hasta las últimas consecuencias. Verle caminar a pasitos cortos por el escenario es una gozada, y solo con eso, su personaje está completamente definido. Un diez para uno de nuestros barítonos con mas proyección y que espero verle mas veces sobre el escenario del Real. Artistas españoles y de calidad como en este caso,precisamente ahí es donde deben estar, en un teatro de referencia musical a nivel mundial como es el Teatro Real.
Antonio Siragusa ofreció un mas que estimable Tonio, de precioso timbre y colocadísimos agudos, que llegaron a lo sublime en algunos momentos, como en la celebérrima y complicadísima aria A Mes Amis, auténtica prueba de fuego para cualquier cantante y que Siragusa cantó sin el mas mínimo problema. Un poquito menos atinado estuvo en su segunda aria, en la que ya denotaba cierto cansancio, algo perdonable teniendo en cuenta las dificultades vocales del papel que le ha tocado en suerte.Comparaciones aparte Siragusa lo dio todo, mas que dignamente, cumpliendo con gran eficacia en un papel cuyos referentes son tan enormes que siempre ponen en el disparadero al tenor de turno. Actoralmente está mas que correcto, dotando de gran ternura a un personaje que no acaba de estar del todo bien perfilado en el libreto pero que el sabe aprovechar muy bien, Otro momento espectacular fue el Dúo del Primer Acto con Marie, que resultó uno de los momentos mas líricos de la velada.
Para finalizar Désirée Rancatore como Marie. Absolutamente soberbia sin concesiones, Rancatore ofreció una sensible creación de esta Hija Del Regimiento, que es un toro dificil de lidiar y que ella, sabe torear de forma pasmosa, Désirée hace fácil lo difícil, y consiguió embelesarnos con su esforzadísima ejecución musical, que nos llevó al séptimo cielo a los aficionados, ofreciendo varios momentos estratosféricos, especialmente atinada estuvo en el final del Primer Acto, con unos filados y pianos impresionantes. Rancatore, tiene una voz grande, nada pesada, de agudos perfectos y bellísimo centro que la hacen perfecta para este complicado papel. Su fraseo es delicioso, y tiene un gusto impecable a la hora de cantar. Escuchar como la sala se llena de sus bellos armónicos es un placer para los sentidos que no deja indiferente a nadie. Actoralmente está para comérsela, tiene el papel pilladísimo, y ofrece una pizpireta, masculina y un tanto brutota Marie, que ofreció momentos de gran comicidad, su desmayo en el final de la obra me hizo soltar una sonora carcajada, y su creación a nivel corporal es soberbia, pequeñita físicamente, luce perfecta para esta mujer de (nunca mejor dicho) armas tomar. Un diez para Rancatore, que ofreció una de las mejores interpretaciones femeninas que he disfrutado en el Real en los últimos tiempos.
Coro mas que correcto, como es habitual en el Real, y que sigo diciendo que es uno de los mejores coros del mundo. Especialmente atinadas estuvieron las féminas en el primer número de la función, y muy bien movido en todas sus intervenciones, siendo especialmente divertida su aparición en la parte final de la ópera, como esa caterva de caducos nobles, que fueron motivo de gran hilaridad para el respetable.
La dirección musical por parte de Jean-Luc Tingaud, estuvo muy atinada en líneas generales, si bien es cierto que en la Obertura estuvo un poco desajustado en los volúmenes, y se le fue la orquesta un poco de las manos, posteriormente ya no hubo desajustes y acompañó a la perfección a los cantantes, aunque con el volumen, para mi gusto estuvo un poco desaforado durante toda la representación. Lectura correcta, pero no tan brillante como era de esperar.
Vayamos ahora con la propuesta escénica:
Laurent Pelly, sirvió una elegantísima producción transportada en el tiempo a la Guerra del 14 en vez de las Guerras Napoleónicas del material original, siendo muy acertado el cambio de época, y viniendo muy al pelo, dado el el centenario de la Gran Guerra que se celebra este año. La propuesta se ha paseado por medio mundo y es de sobra conocida por los aficionados, ya que ha sido editada en DVD, a pesar de ello no le resta ni un ápice de interés, ya que como espectáculo funciona la perfección. Pelly huye de provocaciones gratuitas, y ofrece una cuidada función, muy bien pensada, y con una exquisita dirección actoral. Pelly es muy consciente de lo que tiene entre manos, y no busca absurdos intentos de dar profundidad a un material de base que no lo tiene, de ahí el título de esta crítica, "Lo Leve, Si Bueno, Dos Veces Bueno", el encanto de esta Fille radica precisamente en su levedad, no pretende mas que ofrecer un desenfadado divertimento de muy difícil ejecución, pero liviano en su esencia. Y si hay un acierto dentro de los muchos de la producción, es el respeto por la esencia de la obra.
Magníficas luces, sobre todo en el Segundo Acto y una resultona escenografía, atinadísima en todo momento, dan mas empaque si cabe, al estupendo acabado formal de esta mas que estimable producción, que me dejó un estupendo sabor de boca.
En resumen, una propuesta mas que recomendable, por varios motivos, el primero su altísimo nivel musical, el segundo su entretenidísimo planteamiento y el tercero, el ser consciente de que esta producción es ópera en estado puro, con sus defectos y sus virtudes, ofreciendo todo aquello que el género ofrece, y por lo que convierte a la ópera en uno de los artes mas completos y maravillosos que existen, Mañana terminan, yo no me la perdería, je, je, je.
( Las fotos no se corresponden en su mayoría al elenco que esta crítica ocupa)
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