miércoles, 7 de febrero de 2018

La Habitación, Terror Gótico Para Una Tarde De Domingo

Me encantan las historias de terror, con los años mis gustos sobre este tema han variado, y la truculencia tan buscada en a adolescencia, ha cambiado por mi preferencia por lo sutil siendo el terror psicológico mi favorito en estos momentos. Esto no quita para que los relatos góticos se mantengan dentro de mis favoritos, siendo Poe uno de mis autores de cabecera. Cuando era estudiante de interpretación, llegué a realizar una adaptación de "El corazón delator" ya que me pareció que tenía mucho interés como ejercicio teatral sobre todo en el personaje central, cuyo estado emocional tan aprovechable puede resultar para estos menesteres. Con esto quiero decir que mi afición por Poe viene de largo, y que mi primer contacto con el se remonta a las películas producidas por Roger Corman con las historias mas famosas del escritor estadounidense, y que toda una generación vimos de niño en los famosos ciclos de cine de TVE que se emitían por aquellos tiempos.
Poe y su particular universo de terrores primarios forma parte de mi memoria como espectador, y también forma parte de mi vida, en un momento en el que el género de terror era todo para mi.
Esta disertación sobre el bueno de Edgar Allan Poe viene a colación de "La habitación" obra que se está llevando a cabo en La Usina, y que en cuanto pude me escapé a ver por varios motivos, siendo el primero lo difícil que resulta ver teatro de género en nuestro país, el segundo obviamente  mi admiración por Poe y el terror gótico, y el tercero el ver de nuevo a la troupe de Teatro Del Sótano, con Francisco De los Ríos a la cabeza, haciendo de las suyas una vez mas, y que nunca deja indiferente al espectador con sus siempre interesantes propuestas. 


La habitación, es una pieza de duración media del propio Francisco De los Ríos, en la que se explora el universo de Poe, y se sirve de su imaginario para contarnos una historia que no bebe unicamente de Poe, sino también del Lovecraft en algunos aspectos, sin renunciar en ningún momento a las señas de identidad de Francisco De los Ríos como dramaturgo. No pienso decir nada sobre el argumento de la función, en este tipo de teatro el factor sorpresa a la hora de encontrarnos con la historia es crucial, por tanto intentaré no destripar nada del argumento.
De los Ríos utiliza de forma inteligentísima el personaje central de "El extraño caso del Señor Valdemar" para contarnos que fue de él después de los hechos del célebre cuento de Poe, cuya historia se ve perfectamente integrada en "La habitación" para que luego nuestro autor nos cuente lo que realmente quiere.
Tres personajes, mucha atmósfera, una intriga sorprendente y muy bien dosificada, relaciones insanas y humor negro son los elementos que De los Ríos mete en una coctelera muy bien movida, para que el resultado sea un "divertimento", en sus propias palabras, la mar de jugoso, con mucha chicha teatral, realmente inquietante por momentos, y  sobre todo entretenidísimo, y que satisface al espectador de principio a fin.


Vayamos con el elenco.
La obra se sustenta en tres actores, con unos personajes muy bien diferenciados y que equilibran el espectáculo de forma estupenda, dando cada uno lo mejor de si mismos, y entendiendo muy bien la psicología de cada personaje y sus vínculos.

Mariel Peralta lleva a cabo una creación con ciertos ecos de la Sra. Danvers de Rebecca, la película de Hitchcock, en la que todo cuadra en la segunda parte de la función, y lo que chirría al principio se ajusta perfectamente en el arco del personaje. Peralta tiene un recorrido sorprendente y muy efectivo dentro de una sobriedad encomiable, y muy en consonancia con su papel. Reconozco que ha sido una grata sorpresa, dadas las complicaciones de un personaje que va creciendo de forma gradual y bien medida según avanza el texto resultando inquietante en grado sumo, y muy singular en su forma de hacer.

Pablo Calvo se encuentra mas que convincente, en un papel de difícil ejecución, con un largo monólogo ciertamente comprometido que resulta perfecto de principio a fin, consiguiendo mantener el interés, y resultando muy descriptivo en su resultado. Calvo juega, arriesga, y gana, aportando todos sus recursos de forma medida e inteligente. Nuestro actor no resulta nada afectado y todo se ve orgánico tanto a nivel corporal como de texto, siendo el resultado de su trabajo un ejercicio de naturalidad y oficio muy gratificante, en el que destaca como un gran contador de historias, y con una estupenda resolución técnica.

Jennifer Baldoria como siempre impecable, en su código emocional tan bien medido, y tono de voz impoluto. Actriz intuitiva y generosa, sabe escuchar, hacerse escuchar, y mandar en sus escenas como la primera actriz que es. Resulta conmovedora o temible dependiendo del momento, y la exposición de su personaje resulta cristalina, especialmente en el vínculo con su hermana llevada a cabo por Mariel Peralta, donde lo tortuoso de su relación se ve muy bien reflejada en la segunda parte del espectáculo, donde Baldoria pone toda la carne en el asador, sacando la artillería pesada, tal y como ella sabe hacer. He visto a Baldoria en varios papeles y nunca falla, eso si, me muero por verla haciendo comedia, estará deliciosa, no me cabe ni la mas mínima duda. 



Francisco De los Ríos, además de dramaturgo, ejerce la dirección del espectáculo. 
Para llevar a escena la función De los Ríos consciente de lo importante que son las atmósferas en este tipo de espectáculo cuida mucho la iluminación, en el que las velas dan una impronta muy especial a la función, así como los efectos de luces y sonoros que ayudan muchísimo a la sensación de desasosiego que el espectáculo produce en el espectador. Nuestro director juega con el respetable a su antojo y dota a "La habitación" un aire que recuerda a las "Historias para no dormir" de Chicho Ibáñez Serrador, que a fin de cuentas no dejaba de ser teatro filmado para la televisión. 
Dirige a sus actores en un código netamente naturalista, y se parte de ellos mismos a la hora de enfocar las interpretaciones, algo que enriquece mucho al espectáculo, y se vislumbra que no deja ni un solo detalle en el tintero, tanto en los vínculos, como en las inflexiones del texto, así como en el ritmo que se le quiere dar al espectáculo, que pasito a pasito, sin prisa pero sin pausa, nos va absorbiendo hasta dejarnos pegados en la butaca a medida que la tensión va subiendo. Otra de las genialidades del texto es el personaje de la madre, no ver al "monstruo" da mas miedo que lo obvio, y el planteamiento que De los Ríos hace de dicho rol, me parece magistral, tanto dentro de la obra como a nivel escénico. Reconozco que mi imaginación iba a mil por hora durante el espectáculo y que mas de un salto di en mi butaca, algo sin duda labor de Francisco De los Ríos y su equipo de trabajo.
La habitación es un entretenimiento de primer nivel, modesto en su envoltorio, pero realizado con un mimo, y un cariño hacia el género, sus códigos, y con un trasfondo sobre ciertos aspectos de la sociedad que se encuentran muy patentes en el texto y que se ven perfectamente reflejados tanto en el texto como en la función. Si queréis pasarlo de miedo La habitación es vuestro espectáculo, avisados estáis.



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