viernes, 28 de febrero de 2014

Curro Vargas, Verismo En La España Negra

Nunca había escuchado completa Curro Vargas, tan solo un par de números sueltos de gran belleza, por tanto este Curro, era una especie de mito que los mas sabios en esto de la zarzuela siempre mencionan como título de referencia, cima de nuestro género lírico y madurez del genio de Chapí, pero que casi nunca se representa, algo que todavía le da un aura de leyenda mayor. Me interesaba muchísimo ver esta zarzuela que uno en su ignorancia pensaba ópera, primero por mi admiración a Ruperto Chapí, para mi uno de los mejores compositores de música escénica que ha dado nuestro país, y segundo por ver de que iba este famoso Curro Vargas, de rotundo título y rodeado de misterio. Me saqué mi entradita habitual de tercer piso en el Teatro De La Zarzuela y prismáticos en ristre me preparé para disfrutar de cuatro horas de lo que suponía música gloriosa y un dramón desaforado. La cosa no defraudó este Curro Vargas supone una vuelta de tuerca a nuestra lírica, una arriesgadísima apuesta y una propuesta de altos vuelos en lo que a lo musical se refiere. Salí profundamente impresionado por la calidad de la obra, tanto en lo literario como en lo musical, y agradablemente sorprendido por la tremenda propuesta escénica de Graham Vick, cualquier cosa menos complaciente y fuera de cualquier topicazo andaluz, dotando a la obra de una profundidad escalofriante, negrísima y muy descorazonadora, que no deja títere con cabeza, como reflejo de la sociedad española actual.


Curro Vargas es un obrón monumental, de altos vuelos en lo musical, de extensísima y dificilísima partitura. La obra consta de tres actos dividido el tercero en dos cuadros, con trece número musicales en su totalidad y a cada cual mas sabroso, siendo los finales de acto de gran impacto y mucha intensidad dramática. La música estriba entre lo Wagneriano y el Verismo mas crudo, siendo especialmente interesantes, los diversos Concertantes, la entrada de Curro Vargas, el Dúo Curro-Doña Angustias (pura Cavalleria Rusticana) y por supuesto su explosivo final. Su música es ambiciosa, rica en orquestación y muy complicada para los cantantes. El libreto está a la altura de la música a pesar de tener un Primer Acto excesivamente reiterativo. El verso es de gran calidad, nada ripioso y bastante difícil de ejecutar. Sin duda una obra difícil, tanto por el altísimo nivel artístico necesario para llevarla a cabo, como por los medios necesarios para ponerla en pie, amén da gran orquesta, requiere banda y coro de niños, sin duda Chapí se planteó algo grande y no una simple zarzuela. Abarcar un proyecto así, sin duda requiere los medios que dispone el Teatro De La Zarzuela, no hay otra.


Vayamos al elenco, extensísimo, por tanto iré a los personajes principales. Los tres arrieros perpetrados por Francisco Sánchez, Juan Manuel Padrón y Sebastíà Perís, mas que correctos, muy bien lo musical y muy graciosos en lo actoral, teniendo una primera entrada gloriosa y ejecutada con mucho ingenio en lo escénico. Israel Lozano como Timoteo, muy gracioso, es el tenor cómico de la función, aunque un poco dferente al resto de los tenores cómicos que se encuentran en nuestra zarzuela, voz muy bien timbrada y estupendo en la parte de actor. El Padre Antonio interpretado por Luis Álvarez, mayúsculo en lo actoral, personaje de gran dificultad interpretativa y que Álvarez con su experiencia dota de la entidad necesaria para que brille como se merece. El Capitan Velasco de Gerardo Bullón muy bien cantado, pero que pasa bastante desapercibido, ya que el personaje es un tanto desagradecido y dentro del calado de los demás roles queda menos desarrollado, no es culpa de Bullón sino del libro. La Rosina de Ruth González estupenda en lo corporal, creando un personaje muy vulgar y gracioso, bastante extremado y correcta en lo vocal, a pesar de pillarle un poco grave para su tesitura. Soberbia sin duda Aurora Frías como la Tía Emplastos, alcahueta chismosa, que Frías dota de una naturalidad pasmosa, siendo su interpretación mayúscula, su papel está muy bien desarrollado, tiene grandes matices y a pesar de no tener una gran extensión llega al espectador por su cotidianidad y la verdad que rezuma. Estupenda Milagros martín como Doña Angustias, papel que requiere de una cantante como ella, ya que no se trata de una mera característica, sino de un personaje muy dramático con bastantes exigencias vocales, su Dúo con Curro es uno de los momentos cumbre de la obra, donde esta madre pide piedad para su hija y literalmente a los pies de Curro le ruega que no la mate. Este momento impacta por su dramatismo y la fuerza que La Martín, como es habitual en ella, imprime. Su creación es maravillosa, madre doliente y callada que solo tiene el consuelo de su fe. Insuficiente el Don Mariano del barítono Joan Martínez-Royo, que en lo actoral ni huele el personaje, excesivamente plano, redicho y poco natural. En lo vocal se queda corto ante el plantel de cantantes tan soberbio que tiene la función, la voz es muy bonita pero en los agudos no se le escucha y la orquesta le tapa en bastantes momentos, algo que en esta producción plagada de grandes voces se nota demasiado. La Soledad de Saioa Hernández, mas que correcta en lo actoral, dando a su personaje un tono de abulia muy acertado, ya que se trata de una mujer bastante hastiada de su propia vida y que dejó pasar a su gran amor casándose por otros intereses con un hombre al que no quiere. En lo vocal está fantástica, de gran voz, potente sonoridad y mas que impactantes agudos, aunque un poco tirantes en el último acto, su papel es muy complicado en lo vocal y cumple con creces. Una gran voz, que sin duda dará mucho que hablar, no me cabe ninguna duda. Para finalizar el Curro Vargas de Andeka Gorrotxategui. Maravilloso sin concesiones, soberbio fraseo, preciosa voz, gran timbre y que aborda los pasajes mas complicados con mucha seguridad, Curro se lo canta todo, es un papel durísimo y a pesar de cierto cansancio vocal según iba avanzando la obra Gorrotxategui consigue emocionar en sus intervenciones, tiene muy pillado el papel, que basicamente en su totalidad es cantado, gran trabajo de este tenor vasco, que se va formando un nombre justamente merecido. En general se trata de un elenco muy cuidado y a la altura de las dificultades que entraña la obra. Sin grandes voces esta producción sería imposible, en este caso muy atinada la elección de los cantantes sin duda.


Coro estupendo, con gran sonoridad en los concertantes dotando de mucho empaque los momentos cumbres de la producción. Orquesta soberbia dirigida por Martín Baeza- Rubio con gran sonoridad y muchos matices, gran dramatismo que apoya perfectamente lo que ocurre en escena, sin duda nada que ver con la orquesta que escuché en La Del Manojo De Rosas, de ahí se deduce que el trabajo de la mano es primordial, ya que los músicos son los mismos. Gran nivel en lo musical sin ninguna duda.


Vayamos con la propuesta escénica. Muy moderna pero muy bien pensada. Graham Vick huye de cualquier cuadro de tipismo andaluz, ambienta la producción en los tiempos actuales y ofrece una imagen descarnada de la España actual plagada de Chonis y nuevos ricos, de hipócritas convicciones morales, sindo una lectura moderna de la España Negra que tan bien refleja la propia obra. El montaje incomoda por lo crítico que es con nuestra sociedad actual y por la imagen de España que se da, pero que tristemente es real. La producción tiene momentos de gran frialdad, totalmente calculados, para reflejar el gris de las vidas de estos personajes atrapados en sus propias miserias y en el microcosmos que un pequeño pueblo de provincias andaluz con sus luces y sus sombras. La escena de la procesión es tremenda dando una imagen de España beatona y de fe un tanto fanática que puede herir algunas sensibilidades. A mi me causó gran impacto, pero me consta que ha habido polémica, que nos muestren la realidad de una forma tan cruda no nos gusta, los españoles tenemos mucha retranca es cierto, pero una cosa es reírse de nosotros mismos y otra es presentar las cosas con esta crudeza, no todo el mundo lo acepta facilmente.Otro asunto que está muy presente en la producción es el tema de la violencia de género, lacra tremenda de nuestra sociedad y que ya en los tiempos de Chapí estaba presente, espinoso asunto tratado a calzón quitado en la producción. Escenografía conceptual que va tomando sentido según va avanzando la obra, y que tiene grandes aciertos, en particular un sofá que tiene mucha presencia escénica y que representa el núcleo familiar de esa familia que se quiere tan poco. En ese sofá ocurren muchas cosas y muy bien pensadas. Propuesta arriegadísima y muy valiente y que me lleva a una reflexión. Graham Vick es inglés, así que supongo que esta es la imagen que se tiene de nuestro país fuera de nuestras fronteras, algo que me causa un profunda preocupación. Montaje para pensar y de profunda lectura, mas allá de lo meramente melodramático del asunto.



Sin duda una propuesta recomendable para espectadores desprejuiciados, alejada de cualquier convencionalismo y que no va a contentar a todos. Yo salí encantado, y con la sensación de que si se quiere y con el suficiente criterio, si se puede renovar nuestra zarzuela. Los espectadores excesivamente puristas abstenerse porque no saldrán nada satisfechos, a mi me resultó impactante tanto por su valentía como por su altísimo nivel musical. La función fue muy aplaudida y no hubo desbandada general, como me consta que ha ocurrido en otras funciones. El teatro es cuestión de gustos, pero a mi juicio esta producción con sus luces y sus sombras (que alguna tiene) merece ser vista y reconocida como una propuesta de gran calidad.

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