lunes, 10 de octubre de 2022

Mamma Mía! Fresca Y Novedosa Propuesta De La Madre Del Jukebox.


Mamma Mía! ha vuelto, y la verdad es que uno ya pensaba que este musical ya estaba agotado en nuestra cartelera, se ha hecho mucho, y con diferentes estándares de calidad, no siempre siendo los deseados. Cuando me enteré de su retorno no me pareció un acierto, ya que creía que poco más se podía hacer con esta obra, y como suele ser habitual en mí... me equivoqué. 

La semana pasada tuvo lugar el pase de prensa de la nueva producción, que se está representando en el Rialto, y he de reconocer que salí con muy buenas impresiones como iré contando, y una cosa me quedó clara, apelando al refranero popular solo puedo decir aquello de "hasta el rabo todo es toro". Mamma Mía! goza de muy buena salud, y se puede reinventar, y no solo eso, se debe hacer, para que se enriquezca el material original, y se actualice el montaje canónico, que además de estar muy visto ya se ha quedado un poco antiguo, dados los avances escénicos que se han producido en los últimos años, y que el montaje original tiene ya la friolera de 23 años.




 

Mamma Mía!, se estrenó en Londres en 1999, con libreto de Catherine Johnson, y música del icónico grupo sueco, que reinó en los top ten musicales de los años 70 y principios de los 80 del siglo pasado. La fórmula del musical es la del jukebox, aquel que se sirve de canciones populares, habitualmente de una formación musical o cantante en particular, para funcionar como hilo conductor a una historia. Hablemos de Jukebox, subgénero dentro de los musicales con grandes detractores dentro del mismo, y que a veces peca de oportunista, y poco inspirado en lo literario, de ahí su mala fama. Mamma Mía! no fue el primero, pero si posiblemente el de más alcance a nivel mundial, y el que dio el pistoletazo de salida a la moda, que parece no tener fin ya que sigue campando a sus anchas por los escenarios de todo el mundo. Algo tendrá el agua cuando la bendicen, y ciertamente Mamma Mía! es un jukebox por encima de la media, quizás porque cuando se creó el género no era una mera explotación como casi puedo afirmar que es ahora, y por aquello de que el que da el primero da dos veces. 

Es interesante entender que gran parte del éxito de la función sin duda recae en las canciones de Abba, suficiente reclamo como para llenar un teatro, pero no durante 23 años. Me explico, el encanto de la función es indudable, y la magnífica película de Phyllida Lloyd estrenada en 2008 con Meryl Streep a la cabeza, no han hecho más que acrecentar la popularidad de la obra, algo que ha a ayudado a su permanencia en vigor a lo largo de todo este tiempo. A esto hay que añadir un libreto francamente delicioso, basado ligeramente en la película de 1968 Buona Sera Sra. Campbell protagonizada por Gina Lollobrigida, uno de los grandes éxitos de "La Lollo" al otro lado del charco, y recordada comedia clásica. 

La función, ambientada en Grecia, nos cuenta una historia bucólica y entretenida, en la que una muchacha el día antes de su boda, decide invitar a sus tres posibles padres para de esta manera saber quien es su progenitor y que sea el que la lleve al altar. No entraré en más detalles ya que el musical es lo sificientemente conocido por todos como para que cuando veáis la función, al menos os suene de algo lo que en ella se cuenta. La cuestión no es lo que se cuenta, si no como se cuenta, y ese es otro de los motivos por los que la obra triunfó y sigue triunfando. Un ambiente vitalista inunda toda la función, así como cierta "sensualidad" mediterránea, que en la nueva producción se encuentra gozosamente potenciada, así como unos personajes carismáticos y simpáticos en grado sumo, son el cóctel con el que se hizo el pastiche, y que tan grato nos resulta ver. A esto hay que añadir lo bien integradas que están las canciones en el libreto, recurso no exento de retranca en algunos números, y que en ningún momento parecen forzadas o gratuitas. El resultado es una comedia ligera, optimista, con su punto de ternura, que sin duda como entretenimiento funciona a las mil maravillas, siempre desde un punto de vista amable, y con indudable posibilidades escénicas. La cuestión está en hacerlo bien, dándole su justa enjundia en los textos, manteniendo el ritmo, y sobre todo con la energía suficiente que precisa la función para que salgamos con ese chute de buen rollo que debe ser el musical, y por supuesto con las canciones puestas, que a fin de cuentas de eso se trata.



 

Vayamos con el elenco. 

Intentaré abreviar que el elenco es muy numeroso... a ver si lo consigo. 

Todos los pequeños papeles se encuentran muy bien servidos en la función, tanto las dos amigas de Sophie, interpretadas por Jennifer Lima y Elena Díez como el Eddie de Pep Guillem y muy especialmente el Pepper de Fran Moreno que se encuentran en el código exacto que el espectáculo pide. Por extensión logicamente el que más brilla es Moreno, en un papel que se encuentra muy bien definido en la disciplina de danza, y al que aporta las dosis justas de descaro que precisa. Brillante en su número con Mariola Peña. Moreno es una apuesta segura que nunca falla, como ya ha demostrado en varias producciones, muy especialmente en la magnífica "A Chorus Line" reseñada en su momento. 

Los supuestos padres son interpretados por Jaime Zatarain, Carlos de Austria y Lluis Canet, representando a Sam, Harry y Bill respectivamente. Es muy notorio el gran trabajo actoral que se ha realizado con ellos tres, funcionan sus escenas de maravilla, quizás en este momento sean las que mejor ejecutadas estén dentro del espectáculo, gracias a su indudable talento y buenas aptitudes para el canto. Zatarain espléndido, gran presencia, impecable cantando, y con un aire de galán clásico muy conseguido. Carlos de Austria me pareció el mejor de los tres en las partes habladas, con una comicidad natural muy conseguida e hilando muy fino en los chistes. Cómico elegante, actor sólido, y que dota de gran personalidad a su papel, siendo su trabajo pulcro, medido y lleno de matices. Por último Canet, el más payasesco de los tres, en un personaje un tanto estereotipado, muy bien defendido por nuestro artista, cargado de humanidad y verdad. Bill es la personificación de la bonhomía, sabiéndolo nuestro actor, y apostando de manera clara por ello. 

Gina Gonfaus y Jan Buxaderas, como Sophie y Sky, son lo que en una producción de teatro clásico podríamos denominar como "dama y galán joven". Ambos papeles no tienen mucha chicha, pero estos dos jóvenes artistas consiguen no pasar desapercibidos, ya que la calidad de su trabajo es indudable. Gonfaus, reconozco que una completa desconocida para mí, ha sido sin duda la gran revelación del espectáculo. Me pareció literalmente magnífica. Con una voz bellísima, cristalina, y sorprendentemente madura para lo joven que es, saca literalmente oro puro de sus intervenciones musicales, cantando con muchísimo gusto, gran sensibilidad y lo más importante mucho sentido. Gonfaus transmite mucho cuando canta, llegando en algún momento a emocionarnos, su primera intervención ya deja claro por donde van los tiros siendo su trabajo a nivel musical impecable. A nivel actoral deliciosa, muy segura, y con mucha entidad, algo que en un papel de estas características se me antoja una hazaña, pero es que amiguitos, Gina Gonfaus tiene "algo" que uno no sabe muy bien describir, pero que se ve a kilómetros, no me cabe la menor duda. Jan Buxaderas que ya demostró su valía en Grease, se reafirma aquí con un personaje quizás menos comprometido, al que dota de gran personalidad. Adecuadísimo en el físico, acertadísimo en lo coreográfico, y bien servido en lo musical, el trabajo de Buxaderas no pasa en absoluto desapercibido, siendo un caso claro de lo que la nueva cantera de artistas de musical pueden ofrecer en nuestros escenarios, en los que el concepto de "artista total", ya es un hecho y no una excepcionalidad. Gina Gonfaus y Jan Buxaderas vienen pisando fuerte, no hay discusión. 

Mariola Peña e Inés León como Tanya y Rosie respectivamente. Ambas correctas, hay que decir que brilla más Peña, pero creo que es una cuestión de rodaje. Inés León todavía no ha encontrado el sitio en el espectáculo, y su comicidad, que debe ser explosiva, todavía se queda un poco corta. Rosie es de rompe y rasga, y ese poso es el que le falta al papel para que funcione el cien por cien de sus posibilidades. En lo musical absolutamente espectacular, en un personaje bastante grave en cuanto a tesitura, y que defiende de maravilla, incluso en sus momentos más comprometidos. Hay que reconocer que en su número principal si que se vislumbran las posibilidades del papel y que esa es la vía que debe tomar. Mariola Peña acertadísima, dota del glamour necesario al personaje, moviéndose con gran soltura en escena, atinadísima en las coreografías, y ácida en sus comentarios, así como un elevado nivel musical, con una voz que se adecúa a la perfección al personaje. Es necesario decir, que este Mamma Mía! posiblemente sea el mejor cantado en nuestro país, ya que el nivel musical de la función es francamente alto en todos los artistas, siendo el tratamiento de la obra a este nivel cuidado en grado sumo. 

Verónica Ronda como Donna. Hay que reconocer la valentía de Ronda abordando un papel que parece estar ligado de manera indisoluble a Nina. Nuestra actriz cumple con creces ante el desafío, haciendo el papel suyo en todas las disciplinas, brillando mucho tanto en la parte actoral como en la musical. Su instrumento sólido, perfecto tecnicamente hablando, de timbre muy personal, y manejado perfectamente, consigue deslumbrarnos en cada uno de los temas. Obviamente es en "Va todo al ganador" con letra cambiada, como casi todos los temas del espectáculo, donde más se luce. Ronda sabe plasmar perfectamente cada estado de ánimo en sus intervenciones musicales, cantando con gran inteligencia y sensibilidad o carácter cuando la partitura lo pide. Sin dudas su trabajo a nivel musical es de enorme calidad, y nos encontramos ante una gran cantante. En lo actoral no se queda a la zaga, aunque si es cierto que el papel funciona mejor a partir del segundo acto, dotándolo de indudable empaque y carga dramática en las partes más sensibles del musical. Muy matizada, con cierto aire de "mujer al borde de un ataque de nervios" muy acertado, y que enriquece mucho al personaje. Se puede considerar un gran acierto de cast, ya que el papel de indudable responsabilidad está espléndidamente servido.



 

El conjunto, muy completo y acertado, dónde más brilla es en las espectaculares coreografías de Iker Karrera, de las que luego hablaré. Todo el elenco se encuentra en un nivel muy alto, energéticos en grado sumo, y lo que es más importante, todos a una en los bailes, precisos y con gran capacidad para revolucionar al respetable en el patio de butacas. Vocalmente también cumplen sin problema en una función en la que los coros son abundantes y muy importantes en el desarrollo del espectáculo.

Joan Miquel Pérez, al frente de la orquesta, consigue una función muy dinámica, con una lectura particular y acertada de la partitura, que acompaña perfectamente lo que ocurre en escena, con gran sentido de la espectacularidad, medido en los tiempos, y de indudable regusto teatral.



 


El espectáculo lo firma Juan Carlos Fisher, y ante todo hay que destacar la estupenda dirección de actores que nos encontramos en él. Fisher parece conocer muy bien el material de base, lo que le permite matizar el texto a su antojo, consiguiendo superar todo lo hecho hasta ahora en nuestro país con la obra. Me sorprendió muy gratamente la solidez del espectáculo, con unas escenas muy bien ensambladas entre los actores, de gran ritmo, ágil y muy tierna en su acabado. Todos los personajes se ven enriquecidos, aunque todavía hace falta un poco de rodaje en la comicidad durante el primer acto, pienso repetir, y me interesa mucho ver como van evolucionando los personajes, especialmente Tanya y Rosie. Esto que planteo no es obstáculo para que la versión que se nos ofrece, no pueda verse más que como una notable mejora con respecto a otras producciones, siendo el resultado muy fresco y con un tratamiento novedoso dentro de que nos encontramos ante un título muy conocido. En lo visual, una vez más como ha sido en los musicales que llevo vistos lo que va de temporada, nos encontramos ante una función de relumbrón, espléndidamente servida, con una espectacular escenografía de Ricardo Sánchez Cuerda, acorde con los tiempos que corren, que ofrece gran dinamismo al musical y de impactante acabado. Hay que hablar de coreografías, ya que es uno de los platos fuertes del espectáculo y posiblemente aquello que más me llamaba la atención. La propuesta a nivel coreográfico es completamente renovada y sin duda uno de los mayores aciertos del musical, Iker Karrera acierta de pleno en su visión del espectáculo, en un trabajo en el que la influencia de las danzas griegas es muy notoria, así como una visión arrebatadoramente moderna, que aúna espectacularidad y sensualidad nada soterrada, dotando de gran frescura y sugestiva plasticidad al espectáculo. 



Este Mamma Mía! me ha parecido una de las grandes sorpresas de la temporada, reconozco que no iba predispuesto a encontrarme un espectáculo que me contara algo nuevo, y que si bien es cierto a medida que se nos iba dando información sobre lo que se iba a ver en el Rialto mi interés fue aumentando, pensaba que la obra no daba más de si. La realidad es que se ha obrado el milagro, siendo la propuesta más que recomendable, y disfrutable a tope. Mamma Mía! ofrece creo que más de lo que el material de base tiene, ya que el empeño por mejorar y enriquecerlo es notable, y sin duda afortunado. 

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