La Soga es una de mis pelis favoritas de Hitchcock, el orondo inglés ofreció una soberbia producción de complicadísima ejecución técnica, aderezada con un sugerente guión lleno de ambigüedades sexuales, nada obvias, pero si muy latentes, y un tratado sobre la naturaleza humana la mar de interesante. Hitch se inspiró en las andanzas de dos amantes masculinos, que por los Años 20, sorprendieron y horrorizaron a medio Estados Unidos al cometer el denominado " El Crimen Del Siglo ". Leopold y Loeb, asesinaron a un adolescente simplemente por el mero hecho de demostrar que gracias a su superioridad intelectual y una perversa interpretación de la Teoría del Superhombre de Nietzsche, sería capaces de salir impunes sin que nadie fuese capaz de descubrir su crimen. El film de Hitchcock, se resume a contar lo que ocurre desde que cometen el asesinato hasta que los pillan en un inteligente juego de intriga pero que nada tiene que ver con la realidad de tan sórdido asunto. Siempre me pregunté que sería de esos personajes, como se desarrollaba tan enfermiza relación y que les llevó a cometer tan terrible acto. Cuando me enteré que precisamente eso era lo que contaba el musical Excítame, me picó la curiosidad, y arropado por las estupendas críticas que dicho espectáculo arrastraba, me propuse verlo antes de que saliera de cartel, así que el pasado sábado me acerqué al Fernán Gómez para disfrutar de una propuesta diferente, arriesgada y que prometía mucho. La experiencia, no fue del todo satisfactoria como iré narrando, ya que esta producción es un claro ejemplo de como un elenco no muy adecuado, puede echar a perder un fantástico espectáculo.
Excítame ( Thrill Me, en su título original ) es un musical independiente estrenado en el Off Broadway, y de fulminante éxito, que lo ha llevado a múltiples escenarios en todo el mundo. La obra es magnífica, sin lugar a dudas, con un sobresaliente texto, una música muy interesante y una propuesta escénica muy cuidada. Excítame es una obra de gran calado psicológico, en la que se cuenta la tortuosa relación entre Leopold y Loeb, los peculiares heróes de esta trágica historia, desde un prisma muy humano, muy duro y sobre todo muy real, todo ello aderezado con una música electrizante con muchos ecos de Sondheim y el Kurt Weill mas comercial. Sin duda estamos ante una propuesta de altura, que se sirve de la música como un elemento dramático mas, que está perfectamente unida al texto y que huye del concepto " show" que es mas habitual en las comedias musicales de gran circuito. Todo lo que aquí cuento hacen a esta producción tremendamente atractiva y un ejercicio encomiable de dar seriedad a un género injustamente vapuleado, por lo habitualmente frívolo de sus planteamientos, algo que para ser sinceros a mi me fastidia bastante, ya que el musical me parece el género mas difícil y su aparente liviandad no tiene que ser señal de poca calidad. Todo género es respetable y disfrutable , siempre y cuando se lleve a cabo con calidad y criterio.
Voy con el elenco que me disperso, je, je, je.
La obra solo tiene dos personajes, Leopold interpretado por Alejandro de Los Santos, y Loeb interpretado por David Tortosa. Ambos personajes poseen gran dificultad de ejecución, uno por su manipuladora maldad y el otro por su aparentemente pusilánime naturaleza, que hace que se introduzca en una espiral de crimen por amor, y sobre todo por una irrefrenable pasión sexual.
Una obra sustentada por dos actores debe cuidar mucho la elección de los mismos, y si bien De Los Santos está mas que correcto, su interpretación se ve un poco empalidecida por la plana ejecución que ofrece Tortosa.
De Los Santos va de menos a mas, según avanza la función y si bien comenzó ciertamente frío y ligeramente desafinado, se fue entonando a medida que su papel iba cogiendo fuste y caminando su difícil y tortuoso recorrido. De Los Santos ofrece una interiorizada interpretación, muy creíble, poco amanerada y con momentos realmente superlativos en el último cuarto de la función, que es el mas comprometido actoralmente para los dos personajes. Vocalmente, a pesar de su desafortunado comienzo fue tomando peso, dando unos agudos mas que interesantes y aportando bastante intensidad dramática a la mayoría de sus números. Cantar con sentido es crucial en el musical, Alejandro De Los Santos, lo sabe y utiliza muy bien su instrumento para remarcar estados de ánimo, en algún momento bastante extremados, y que el ofrece sin ningún problema a pesar de la dificultad de la partitura, sobre todo en cuanto a la tonalidad se refiere. Esforzado e interesante trabajo el de Alejandro de los Santos que no debe pasar desapercibido.
David Tortosa, es harina de otro costal. Le ha tocado en lid un complicadísimo personaje, perverso en su esencia, manipulador, que debe rezumar encanto para comprender el tremendo enamoramiento por parte Leopold, y que es capaz de llevarle hasta el desastre sin pestañear. Tortosa se queda cortísimo, ofreciendo una planísima lectura que no llega al espectador, por varios motivos, el primero la falta de verdad, la poca intensidad que ofreció y la deslavazada propuesta, de la que está saliendo continuamente. Tortosa pierde el papel, lo recupera y lo vuelve a perder durante toda la función, dando a veces la sensanción de estar mas preocupado de escucharse a si mismo que a su compañero. Vocalmente está correcto y posee una bonita voz, aunque le falta centro, y por desgracia le ha tocado el papel que mas cuerpo necesita en la zona media, a pesar de ello a nivel vocal cumplió mucho mas que a nivel actoral. Quedando su interpretación coja, por este motivo. Creo que es un problema de código de trabajo, Tortosa realiza una interpretación mas en clave de comedia musical, cuando el calado de su personaje requiere un estudio mas profundo y un mayor control de los tiempos en escena, para que la cosa funcione.
Mención aparte merece el pianista que acompaña a los cantantes Aitor Arozamena, absolutamente maravilloso, con un gusto musical impoluto y un cuidado estudio de la difícil partitura. Un diez para Arozamena, que ofreció mucha calidad en todas sus intervenciones.
La dirección actoral por parte de José Luis Sixto es francamente irregular, falta de ritmo sobre todo en la primera parte de la función resultando bastante premiosa en su desarrollo. Entiendo que debería haber potenciado mas la relación de los dos personajes, ya que esta queda bastante descafeinada y desdibujada, estamos hablando de una pasión huracanada, perversa en su esencia, pero enorme en sus posibilidades dramáticas. El vínculo lo da el texto, pero también la interactuación entre los dos personajes, y eso tristemente he de decir que no se ve. Casi no existe química entre De Los Santos y Tortosa, cuando literalmente estamos ante una relación basada en la pasión sexual, el chantaje emocional y la manipulación del prójimo por meros motivos amorosos. Sixto debería cargar mas las tintas en este asunto y darle vida al personaje de Tortosa que lastra profundamente la función.
Escenicamente la producción es un portento. Elegantísima, de prodigiosas luces, muy efectista visualmente y una continuo hallazgo de imaginación, si bien la obra es de pequeño formato, estamos ante un espectáculo perfectamente servido, con gran dignidad y mucho empaque visual, que ofrece momentos de gran altura tanto estética como atmosférica. La producción como tal no tiene ni un pero, y la sala pequeña del Fernán Gómez, es un espacio perfecto para un espectáculo de estas características.
En resumen, una producción muy interesante, por su estupendo material de base, su inspirada partitura y la mas que jugosa historia que cuenta, pero que no acaba de ser redonda por los problemas que arriba relato. Sin duda se debe ver, para luego opinar y sobre todo descubrir esta estupenda función poco conocida en nuestro país, y que aventuro yo, que pasará en breve a ser un clásico de los musicales de vanguardia.
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