La comedia desaforada, la de carcajada continua, es mi género predilecto. Me parece el más difícil, y el que cada vez se hace menos, precisamente por las dificultades que entraña. Mi afición al teatro empezó precisamente viendo desternillantes funciones retransmitidas por televisión, que me hicieron entender que todo se vive más y mejor en un teatro que en cualquier otro lugar. Una tragedia nos llega mucho más directa, y cuando de reír se trata, si la comedia se presenta bien, la explosión de carcajadas es espontánea y sobre todo contagiosa, formándose una comunión entre los cómicos y el público, realmente inigualable.
Ayer se estrenó en Madrid una de estas comedias que desencajan la mandíbula, y lo hizo con gran fortuna, ya que como iréis viendo, el espectáculo es una maravilla. Un servidor de ustedes estaba echando de menos alguna obra con la que salir literalmente doblado de la risa, y olvidarse del día a día por un rato, algo que siempre viene bien.
"La función que sale mal" que es el título en cuestión, me lleva persiguiendo por medio mundo, tropezándome con ella en las carteleras de casi todas las grandes ciudades que he visitado ultimamente, tan solo era cuestión de tiempo que llegase a nuestro país, ya que el éxito de la obra original es indiscutible. Reconozco que me podía la curiosidad, mucho más después de los comentarios tan favorables que había escuchado de los pases previos, así que ayer, de estrenazo y muy buen humor me acerqué a La Latina con ganas de pasármelo bien, y reírme a mandíbula batiente, mis expectativas se cubrieron de largo, y me atrevo a decir, que esta es posiblemente la comedia de la temporada.
"La función que sale mal" se estreno en Londres en 2012, siendo planteada en un principio por tiempo limitado, llevando ya la nada desdeñable cifra de 7 años en cartel, siendo representada nada menos que en más de 30 países.
El espectáculo sigue la estela de "Que desastre de función" en cuanto a su concepto, aunque con algunas diferencias, ya que aquí el espectador solo ve lo que ocurre en escena y no detrás del escenario, aunque sin ninguna duda esto último daría para otro espectáculo.
La historia es sencilla, una compañía de teatro amateur representa una obra de misterio al más puro estilo inglés. Las deficiencias artísticas y técnicas de la compañía son palmarias, desencadenando un destrozo escénico de proporciones épicas, y que obviamente no pienso destripar en esta crónica, ya que el factor sorpresa es imprescindible para que el espectáculo funcione en toda su extensión.
"La función que sale mal" se puede considerar ejemplo paradigmático de comedia muy física, y en la que el gag visual es el principal arma con el que bombardear al espectador sin descanso desde que se levanta el telón. Nos encontramos ante un espectáculo de enormes complicaciones a todos los niveles, ya que absolutamente todo lo que ocurre en escena debe de estar medido al milímetro para que funcione como es debido, dentro de un complicadísimo aparataje escénico, que no está reñido con unos personajes de gran dificultad y unas situaciones escénicas límite, que si se salen de madre, no solo arruinan la función sino que incluso pone en peligro la integridad física de los actores. Obviamente, todo está perfectamente calibrado, y el resultado es desopilante y sorprendente a partes iguales, así como absolutamente delicioso de principio a fin.
Vayamos con el elenco.
La obra netamente coral se susenta con ocho actores y actrices, con similar extensión en sus papeles, y características comunes en sus composiciones. Lo primero que hay que decir, es que se trata de unos magníficos actores haciendo de actores aficionados, algo que se me antoja harto difícil que todo el elenco da con una verosimilitud apabullante.
Dentro del elenco se pueden ver los diferentes estereotipos de las obras de suspense, mayordomo, pareja joven, detective, galán, etc. convenientemente caricaturizados y llevados al extremo.
César Camino como Trevor, correcto como es habitual en él, y quizás un tanto desaprovechado, ya que el papel dentro de la función no está muy desarrollado. Camino potencia mucho la escucha, en un papel que habla poco, pero que está presente durante todo el espectáculo, siendo el típico personaje que si no se realiza con solvencia, destaca y para mal, por todos lados. Camino tira de oficio y naturalidad, superando la prueba con creces.
Alejandro Vera como Dennis, en un código lacónico e interiorizado resulta impagable en sus pifias con el texto, y en como intenta salir de los múltiples atolladeros que la desastrosa representación le va poniendo por delante. Impoluto en lo corporal, tiene momentos gloriosos, especialmente en unos conseguidísimos mutis, y en un bucle escénico en el que se ve inmerso que supera cualquier límite sospechado por la ciencia.
Felipe Ansola como Jonathan, Le ha tocado a Ansola el papel de muerto, un muerto un poco a su aire, que resulta divertidísimo en su aire despistado, y muy perdido dentro de todo lo que está ocurriendo. Ansola vive lo que le está pasando como un drama, como la mayoría del elenco, siendo eso uno de los mayores motivos para la hilaridad, ya que la comedia cuanto más en serio se toma más graciosa es.
Noelia Marló y Carla Postigo, como Annie y Sandra respectivamente, impagables en un papel que podemos decir que comparten, aunque no sea exactamente así. Marlo, pretedidamente envaradísima, y absurdamente sensual cuando no viene a cuento, deja entrever de forma magistral lo que conlleva ser una actriz con nula intuición y cero capacidad actoral en una composición muy bien apoyada en lo gestual y en el físico. Postigo es otra de las que sufre por dentro, en un principio, hasta que se desmelena, llegando al paroxismo en todas las escenas que comparte con Marló, de asombrosa eficacia y bastante mala leche. Ambos personajes nos resultan muy reconocibles para aquellos que conocemos en mayor o menor medida los entresijos del teatro, y las luchas entre "divas escénicas".
David Ávila como Max, sirve una función espléndida, como un delicioso tontorrón, que se lleva al público de calle, basándose en un gag en el que la complicidad con el respetable es fundamental, y que nuestro actor lleva al extremo. De personalísima forma de hacer, ofrece una creación de un personaje extrañamente cómico que sorprende y divierte a partes iguales, y con más capas que una cebolla, ya que Ávila hila muy fino para dejarnos claras muchas cosas sobre Max, que no son nada obvias pero que si están muy latentes.
Carlos de Austria como Robert, absolutamente impagable, buenísimo en lo corporal, la escena en el piso de arriba, con impertinente planta incluida, es de lo mejorcito de la función, así como un aire de actor que se toma demasiado en serio a si mismo, y que intenta no perder la compostura en ningún momento, conseguidísimo, y que enriquece su personaje hasta lo estratosférico, siendo su creación redonda desde todo ángulo.
Héctor Carballo como Chris. Solídisimo, y muy templado en todas sus intervenciones. Carballo ya me sorprendió muy gratamente en "Guateque 69", y aquí riza el rizo, emulando a lo que antiguamente se consideraba un "primer actor", de los que dirigían, interpretaban, y se dirigían al público para loar su propio espectáculo. Genial en el gesto grande, y con buen dominio de la improvisación, resultó uno de los grandes activos de la función por derecho propio, ya que su papel es uno de los más difíciles del espectáculo, y el que manda en la mayoría de las escenas.
Es de justicia hacer una mención especial al equipo técnico de "La función que sale mal" ya que su trabajo se me antoja imprescindible dadas las características del espectáculo. El equipo técnico siempre es importante, en esta función, son protagonista en la sombra, realizando un trabajo dificilísimo, y realmente digno de alabanza.
Nos encontramos en líneas generales ante un elenco en completo estado de gracia, que se deja la piel literalmente sobre el escenario, siendo la química existente entre todos altísima, y un trabajo que sin ninguna duda debe ser calibrado en su conjunto. Todos encajan en el papel, todos encajan los chistes a la perfección, y sobre todo, reman en la misma dirección para sacar adelante una función durísima, con la que juegan a placer.
Vayamos con la propuesta escénica.
La función viene firmada por Sean Turner y David Ottone como director asociado. Varias cosas son destacables del espectáculo, la primera de todas los tiempos, tan bien medidos, en una función que sin ser frenética si nos da la sensación de serlo. Los actores se toman sus tiempos, mastican los gags, y los sirven de forma perfecta, algo en lo que sin duda el ojo regista tiene mucho que ver, ya que si todo fuera a velocidad vertiginosa, nos perderíamos los chistes, y se perdería comicidad. Turner y Ottone, consiguen una función de altísimo interés teatral, coreografiada de forma meticulosa, y en la que un aparente caos, esconde un mecanismo perfectamente engranado en el que hay muy poco espacio a salirse de lo ensayado, porque entonces si que la función saldría mal de verdad. Cada cuadro supera al anterior, cada escena que pasa sube en comicidad, llegando al paroxismo en unos 15 minutos finales que son el delirio, en escena y en el patio de butacas. Otra cosa a tener en cuenta es el factor sorpresa y el uso de los trucos escénicos, realizados con gran inteligencia y que obtienen el resultado exacto en el momento preciso, cayendo la bomba cuando menos nos lo esperamos. "La función que sale mal" es un comedia extrema, pero no es solo eso, es un espectáculo de una factura impecable a todos los niveles, enorme calidad artística, y sobre todo es puro Teatro, casi una estilización en clave bufa del metateatro, y una astracanada delirante y desternillante a partes iguales, que estoy convencido que va a ser un bombazo esta temporada.
Nos encontramos ante un aténtico "tour de force" para todo el equipo, que sin ninguna duda se han dejado la piel y el alma en un espectáculo realizado con muchísimo cariño, sentido de la comicidad, y que sobre todo se toma la comedia muy en serio.
*Si alguien considera que alguna de las imágenes utilizadas en este blog, está protegida por copyright, ruego me lo comunique para retirarlas a la mayor brevedad posible.
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Maravillosa descripción. Espero que salgan de gira y lleguen a Malaga, para poder disfrutarla y salir de la intriga (que invita a verla pronto)que genera está generosa crítica.
ResponderEliminarTenía pensado ir a verla, ahora no puedo esperar para acudir.
ResponderEliminarGracias J.
Leído. No comparto tu entusiasmo. Pero me alegro de que te gustara.
ResponderEliminarFantástica un muy buen rato, con la que está cayendo.
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