Día si y día también, nos desayunamos con noticias de refugiados y migrantes que han encontrado la muerte en pateras, cruzando vallas para buscar una nueva vida que al menos les permita unos mínimos de dignidad que en sus países de origen son imposibles de soñar.
Esta tragedia, tan antigua como la humanidad, nos resulta escalofriantemente ajena, a pesar de los pocos kilómetros que nos separa de ella, y que se me antojan inarbarcables, dadas las dos realidades tan diferentes que vivimos unos y otros, por algo tan circunstancial como es el hecho de el lugar en el que hemos nacido.
Uno no es insensible a lo que ocurre en el Mediterráneo, ni al ruido mediático y aprovechamiento político del que estas personas son víctimas. Pero, entonando el mea culpa, reconozco que no hago nada por evitarlo, por aquello de que en mi mano no está. Mi postura es la de muchos, que nos horrorizamos ante lo que vemos, pero la comodidad de nuestras vidas, hace que no pase de las portadas de los periódicos, los telediarios, y como no podía ser de otra manera, las redes sociales, donde todos nos indignamos mucho, mientras nos tomamos unas cañas en el bar, y al día siguiente ya hemos encontrado otro tema con el que indignarnos.
Nuestra sociedad es solidaria, pero muy olvidadiza, y la acelerada forma de vivir que tenemos, hace que las tragedias aparezcan y desaparezcan con la misma rapidez, dejando escasa huella, por no decir nula. El problema del éxodo masivo hacia el Primer Mundo, es incómodo, porque nos deja entrever lo afortunados y egoístas que somos, prefiriendo en muchos casos obviarlo, para que parezca que no existiera. Los victorianos de eso sabían mucho, ya que eran unos férreos defensores de aquella máxima... "lo que no se dice no existe", pero que no deja de ser una táctica parecida a la del avestruz, y en este caso, no es que no vaya a existir, es que sin duda alguna el problema irá a más.
Se estrenó "Verjas" hace un tiempo en La Usina, y me fue imposible verla, y no por falta de ganas, así que ante su reestreno en el Off de La Latina, no me lo pensé dos veces a la hora de asistir a una función que se me antojaba interesante y necesaria, para que darse una vuelta por la realidad, por muy dura que sea, y poner un poco los pies en la tierra, que nunca viene mal.
"Verjas" (Premio Dulce y Amargo 2017) es una pieza de duración media, escrita por José y Javier Bizarro, en el que varias cosas son de interés. La premisa acertadísima y original, le da la vuelta a la tortilla, y sus protagonistas son dos hermanas españolas que se encuentran en la frontera de Argelia con Mali, a la busca del "sueño africano", escapando de una Europa arrasada por los conflictos y la hambruna. Primera bofetada que nos dan en la cara los autores del texto, donde el primer mensaje está cristalino, TODOS, nos podemos ver en esa situación. Mas cosas son a destacar, hay un aire de tragedia griega que inunda la historia de esas dos mujeres, en el que ese campo de refugiados, tiene ecos de "Las Troyanas" y ciertos paralelismos aunque no hablemos de reinas de ciudades míticas, sino de dos personajes muy de carne y hueso, en el que unas mujeres dejan un horror para adentrarse en otro, no se francamente si igual o peor. Belén y Julia tienen un día a día durísimo con un solo fin "saltar la valla". Los dos caracteres completamente opuestos de las hermanas, ingenua una, y mas dura y decidida la otra, potencian los conflictos y las mas básicas motivaciones del ser humano, de forma desgarradora y no exenta de lirismo. La trama es inteligente, y abundante en giros, algo que hace que mantengamos el interés durante toda la función, y que nos sorprenda y conmueva a partes iguales a medida que la acción dramática va avanzando y los personajes van mostrando su verdadera psicología. Los hermanos Bizarro, usan un lenguaje poético, cargado de un extraño lirismo, de gran dureza, y muy explicativo, en el que ocurre una paradoja muy interesante, los mensajes mas duros de la función se encuentran en las poesías que Belén y Julia dicen distanciándose de sus personajes. Hay no poca influencia Brechtiana en la forma en la que se nos cuenta, y a través de una sólida estructura y dramaturgia se nos va narrando la historia de forma fluida, e interesante. "Verjas" es una inspirada muestra de teatro bien escrito, con un fuerte trasfondo social, de espeluznante mensaje, y su punto surrealista en algún momento, siendo la mezcla de todo esto una función redonda, con marcados conflictos, donde nada es lo que parece, y escenas de gran fuerza teatral.
Las dos actrices que sustentan la función son Natividad Gómez y Sandra Maroto, en un trabajo que no se puede comentar de otra manera que en conjunto. Implicadísimas las dos en sus respectivos papeles, y con gran química escénica, llevan a cabo dos creaciones muy diferenciadas en su carácter, pero perfectamente vinculadas entre si. Maroto, dura y fría, y Gómez pura ternura, se complementan perfectamente y engrandecen un texto, mimado y masticado hasta la extenuación. Maroto en un código un poco mas exterior que Gómez, resulta satisfactoria en su trabajo, con una evolución muy interesante, y mas capas que un galápago, que diría Delibes. Ese punto intrigante se encuentra muy bien perfilado en su composición y nos obsequia con un recorrido espeluznante que culmina en una durísima escena, que no desvelaré, y que me desmadejó por completo cuando la estaba viendo. Natividad Gómez es puro AMOR en escena, nos enamoramos de un personaje que se vislumbra como muy básico, y cuyas motivaciones son la lealtad inquebrantable, y un amor infinito hacia su hermana de trágicas consecuencias. Gómez parte de la verdad en su composición, resultando tremendamente creíble y con un trabajo de interiorización mas que notable, y de gran empaque en su resultado final. La escucha, el uso de la voz y la expresividad con el cuerpo se encuentran muy trabajadas, siendo el conjunto de ellas el de un trabajo actoral, meticuloso, mimado y tremendamente creíble. Nuestras dos actrices salen a matar, lo dan todo con una entrega encomiable, y consiguen que nos las creamos en todo momento en sus respectivos papeles, y en esas dos líneas pararelas hasta sus últimas consecuencias que son sus respectivas vidas.
Natividad Gómez se encuentra también al frente del espectáculo, llevando a cabo un trabajo amorosamente tratado, en el que todo está muy medido, muy elaborado, y nada es gratuito. Todo transcurre en escena de forma fluida, muy entretenida, y con una respetable progresión dramática perfectamente calculada y de efectista resultado. Los ritmos se encuentran muy bien perfilados, y todas las escenas perfectamente estructuradas, apoyadas en unas acciones que ayudan mucho al trabajo actoral y que aumentan la sensación de realidad que toda la función destila. Gómez se sirve de dos planos actorales, uno crudamente naturalista y otro mas lírico, para mostrarnos a los personajes, y para lograr implicarnos en la trama, ya que rompe la cuarta pared varias veces, llegando a incomodarnos en no pocos momentos, ante las duras verdades que se nos cuentan a cara de perro. El trabajo de Gómez en la dirección es sólido, y muy bien pensado, llevándonos exactamente al lugar que el texto nos quiere llevar y de la forma que nos quiere llevar, es decir una dura tragedia con sus dosis de intriga, que no decae en ningún momento, y que a los cinco minutos de haber empezado ya nos ha enganchado para que nos pique la curiosidad sobre el destino de las dos protagonistas de "Verjas"
"Verjas" destila amor por los cuatro costados, e inquietudes sociales, siendo un grito desgarrador sobre una realidad durísima que estamos dejando pasar, y que Gómez denuncia de forma sólida y cargada de elegancia escénica. Sin duda ha sido una agradabilísima sorpresa, tanto por su calidad y su acabado, como por su mas que loable declaración de intenciones. Salí profundamente conmovido del espectáculo, y haciéndome muchas preguntas a mi mismo. Esta mañana cuando me dispuse a leer el periódico, la primera noticia que me encontré fue la de una universitaria marroquí de 19 años, que fue asesinada a tiros en una patera la semana pasada. Se me heló la sangre, no puede evitar acordarme de la función y pensar en la tragedia que no cesa... El teatro imita la realidad, pero la realidad siempre acaba superando al teatro.
*Si alguien considera que alguna de las imágenes utilizadas en este blog, está protegida por copyright, ruego me lo comunique para retirarlas a la mayor brevedad posible.
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