La comedia romántica ha dado grandes frutos a nivel literario y escénico, y sin ser mi género favorito, si que reconozco que cuando se hace bien me resulta altamente satisfactoria.
"Descalzos por el parque" de Neil Simon quizás sea, para mi, uno de los mejores exponentes del género, y un texto por el que siento gran cariño, y en el que pienso que se aglutinan todas las virtudes del romanticismo desde una visión humorística.
El amor casi siempre se encuentra en el teatro, no deja de ser uno de los motores del ser humano, y se ha reflejado de múltiples formas, desde la comicidad mas extrema, hasta el drama mas descarnado, siendo este sentimiento universal uno de los principales elementos del teatro. Recuerdo un profesor que decía que el teatro se basaba en tres cosas, y una de ellas era el amor, las otras dos, me las guardaré para otra ocasión, que vengan mas a cuento.
Normalmente en la comedia romántica, la lucha de sexos, y las diferencias intrínsecas entre hombres y mujeres resultan el catalizador del conflicto desatándose las situaciones cómicas con las que todos nos sentimos identificados de una forma u otra.
"El otro lado de la luna" agridulce texto de Jorge Ubieto que se está representando en los Teatros Luchana, se encuentra dentro del subgénero de comedia romántica, y en el se nos cuenta la historia de una pareja cuya luna de miel se vio truncada unos años atrás, y deciden repetir el viaje, para quitarse la espinita, y confesarse algún secreto no revelado, que no destriparé por aquello de los spoilers.
Con esta premisa, Ubieto nos plantea la evolución de las relaciones de pareja, los problemas de la falta de comunicación, y cómo a veces elementos externos al propia relación (suegras incluidas) pueden enquistar situaciones facilmente solventables con un poquito que ponga cada una de las dos partes de la relación. Nuestro autor se sirve del humor para contarnos todo esto que planteo pero desde un trasfondo serio y muy realista, en el que haciendo uso de unos personajes muy reconocibles, nos cuenta una relación de pareja normal, con sus problemas cotidianos y sus defectos igual de cotidianos y afines a todos nosotros. En el texto se dan situaciones que todos los que tenemos pareja en algún momento nos vemos reflejados, y donde la ternura no está exenta en una obra que podemos vislumbra un trasfondo costumbrista y muy humano, desde un lenguaje coloquial y asequible, con el que el mensaje de la obra queda cristalino, así cómo su declaración de principios.
La función se sustenta en con dos actores, Cristina Goyanes y Jorge Valenty, y en los que no se puede hablar de interpretaciones separadas, ya que el trabajo de uno depende completamente del de el otro.
Ambos actores se encuentran muy acertados en sus dos códigos interpretativos, mas seria Goyanes, y mas cómico Valenty, y en el que la química entre ellos dos es crucial para el buen desarrollo del espectáculo, tal y cómo ocurre sin el mas mínimo problema.
Goyanes aporta un impoluto tono corporal y presencia escénica, en la que prima la pulcritud en un trabajo enfocado en el mundo interior de una mujer insatisfecha con su realidad actual, y que no parece conocer lo suficiente a su marido, dotando de mucho carácter a su personaje y que en los apartes funciona de forma muy satisfactoria, y cuyo trasfondo amargo se encuentra patente de forma insinuada mas que evidente, pero que nuestra actriz consigue transmitirnos sin el mas mínimo problema.
Jorge Valenty, en un trabajo mas enfocado hacia afuera, y en un tono de alta comedia muy evidente, carga de ternura y bonhomía a su personaje, un tanto ingenuo y que no deja de ser un tipo normal, que no acaba de entender a su mujer, y que resulta enternecedor en no pocos momentos, haciendo un interesante uso de la voz y el cuerpo en todas sus intervenciones, así como una vis cómica a tener en cuenta, y que resulta el contrapunto perfecto al personaje de Cristina Goyanes.
Nos encontramos ante un elenco equilibrado, que se complementa a la perfección, y que se deja la piel en el escenario que practicamente no dejan desde que comienza la función, en un trabajo cargado de amor y entrega hacia el espectáculo, llevado a cabo con sensibilidad y buen gusto.
Lula Castellanos firma el espectáculo, y acierta dándole el acento justo a la parte cómica en contraposición con las mas seria, ya que el texto fluctúa entre dos aguas de difícil equilibrio, con el que Castellanos juega a su antojo siendo el resultado satisfactoria, y muy agradable en su acabado formal. Dirige a sus actores desde la naturalidad, y entiendo que partiendo de sus características personales para de esta forma imprimir grandes dosis de realismo a los personajes.
Visualmente, si bien nos encontramos ante un producto modesto, la función se encuentra muy cuidada en el aspecto técnico, con unas adecuadas luces, proyecciones y deliciosas músicas que todos los presentes tarareamos en algún momento.
Varias cosas destacaría del espectáculo. El cariño con el que está hecho, la solvencia de sus actores y la cuidada puesta en escena son las principales bazas de una función que sirve perfectamente como entretenimiento, ya que ese es su principal cometido, y cuya sencillez y honestidad resulta muy de agradecer en estos días en los que la impostura y grandilocuencia son algunos de los defectos de nuestro panorama escénico.
"El otro lado de la luna" no engaña, da absolutamente todo lo que ofrece, que no es poco, y no defrauda dentro de un prisma amable, respetuoso, y en el que el aire de sencillo divertimento, no hace mas que remarcar, que no hace falta nada mas para que el espectador salga completamente satisfecho del teatro, pasando una tarde sin complicaciones, y sacándonos de gris del día a día.
*Si alguien considera que alguna de las imágenes utilizadas en este blog, está protegida por copyright, ruego me lo comunique para retirarlas a la mayor brevedad posible.
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