domingo, 18 de octubre de 2015

La Celia, La Revista Vuelve a Madrid

Celia Gámez, ha sido sin duda la vedette mas famosa de este país. Su figura me resulta muy interesante, mas allá de lo artístico, ya que fue una mujer de gran carácter, con un instinto de supervivencia brutal, muy poderosa en su momento, y la artista que mas ríos de tinta hizo correr en nuestra Posguerra. La Gámez ha pasado a la historia por muchos motivos: la dignificación del género revisteril, el conseguir que las señoras fueran al teatro a ver revista, y la introducción en nuestro país de una serie de espectáculos mas cercanos a la comedia musical estadounidense, que a nuestra revista patria... Celia era la mas en todo, la mas vedette, la mas polémica, la mas famosa, la mas artista, y la que mas dinero se gastaba en sus producciones, y por ende una de las figuras mas destacadas de la escena teatral española, en cuanto a teatro musical se refiere, durante los casi sesenta años que estuvo en activo.
Artísticamente, Celia era un torbellino, que si bien es cierto, de limitadas facultades vocales, transcendía mas allá de lo meramente musical, gracias a su fuerza escénica, que encandilaba al mas valiente, y a su arte completamente inimitable. Es decir un fenómeno artístico de los que se dan cada mucho tiempo, y que hoy en día nos cuesta entender en su justa medida, tanto en el contexto histórico como artístico.



La figura de la Gámez se va diluyendo con el paso del tiempo, de forma muy injusta, y las nuevas generaciones, no saben quien fue esta mujer de magnetismo arrollador, y cierto misterio en su vida personal. Mi generación es de las últimas, que pilló a Celia viva y que todavía recuerda que era un auténtico mito nacional, que causaba gran expectación allá donde iba, y para que engañaros, me da un poquito de pena que estas figuras vayan cayendo en el olvido, y no se reivindiquen de la forma en que se merecen, tanto Celia como el género que representa. Se necesita una revisión acercándolo a aquellos, que no saben ni han visto, lo que es y lo que conlleva la revista, como género teatral, con tantas posibilidades, tan desaprovechadas y tan mal tratadas. Sobre todo en los últimos años de esplendor del género, en el que el recién llegado Destape, dio la puntilla a la revista, que se embarró en el mal gusto, y en los cada vez mas paupérrimos presupuestos, llevando al desastre a la revista y la comedia musical española.

Hace un tiempo, leí una reseña sobre el musical en el que se narraba la vida de Celia Gámez, y que había cosechado un enorme éxito en Argentina, y había sido muy laureado por la crítica, en ese momento pensé que sería muy interesante poder ver esa producción en España pero me mostré escéptico al respecto, ya que nunca pensé que llegaría a nuestras carteleras, y como es habitual en mi me equivoqué, al poco tiempo me enteré de que vendría a España a los Teatros del Canal, así que os podéis imaginar que corrí raudo y veloz a sacarme la entrada en cuanto se pusieron a la venta.



La Celia, es un musical en el que la vida de Celia Gámez es el nexo de unión para que se lleven a escena las creaciones mas famosas de la artista.
El texto escrito por el desparecido Santiago Castelo, que por cierto supervisó la producción antes de su fallecimiento, está bastante bien, aunque deja la figura de La Celia un tanto plana, ya que el tono excesivamente laudatorio del mismo, pasa muy por encima por los puntos mas oscuros de la vida de la artista. Sus coqueteos con el fascismo, su gusto por acercarse a las esferas de poder, sus problemas con el juego y su ambigua vida sexual, están ciertamente en segundo plano, algo que enriquecería mucho el personaje, ya que el ser humano es contradictorio por naturaleza, y lo que convierte un personaje en grande son los claroscuros. Si entendemos la función como lo que es, netamente un homenaje, no es criticable lo que planteo, y es lógico que se saquen a relucir las por otra parte múltiples virtudes de la Gámez.
La obra está muy bien tramada, y los números musicales suceden a las escenas habladas de forma perfectamente coherente y muy atinada, de prosa fácil, accesible y muy entendible. Estamos sin duda ante un material de base de calidad, de gran coherencia dramática y momentos muy sabrosos para los aficionados al género y mitómanos de su protagonista.



Vayamos con el elenco.
Ivanna Rossi como Celia Gámez,
Fantástica, me gustaría puntualizar algo. Rossi, hace de Celia Gámez, pero no la imita, algo que la engrandece. Si una artista inimitable, fuese copiada sobre un escenario, por una artista que no fuese ella, se quedaría en un pálido reflejo de la realidad, lo que Rossi hace es llevar a su terreno las canciones de la artista, con un trabajo a nivel musical y corporal muy cuidado. Varias cosas son a tener en cuenta, la primera, el trabajo vocal. La función va pasando por todos los estilos del género según va avanzando en el tiempo, y esto incluye la forma de cantar, en esto la protagonista del espectáculo está mayúscula, donde la forma de interpretar en los principios de su carrera, poco tienen que ver con los del final. Celia se fue adaptando a los tiempos y los vibratos característicos y colocaciones de la voz, que tan extrañas nos parecen hoy en día, fueron derivando hacia una forma de cantar mas parecida a la actual. Ese trabajo Rossi lo lleva a cabo a la perfección, logrando la ilusión de estar viendo a una intérprete de la época, en un ejercicio de nostalgia muy atinado, y ciertamente emocionante.
A nivel corporal Rossi, consigue que el "desplante" de la Gámez quede reflejado de forma correcta, sin ser Celia, si consigue la fuerza que la artista poseía, muy especialmente en el que para mi fue el mejor momento de la función, la impoluta y cargada de empaque interpretación de " Me Voy o No Voy" que tantas connotaciones tiene dentro de la función. En un espectáculo como este donde se va al detalle y al minimalismo, ese hombro que Rossi deja entrever en alguno momentos, debajo del soberbio guardapolvo de plumas de avestruz que luce, deja entrever a la perfección lo que el espectáculo busca. Se va al detalle y no a los fuegos de artificio, y sin duda Ivanna Rossi, hila muy fino, y deja mas que claro el cuidado trabajo que lleva a cabo desde el mas profundo de los respetos, y desde una honestidad artística encomiable, que a mi me dejó pegado al asiento, y que me quitó de la cabeza cualquier atisbo de comparación con la Gámez.
Ivanna Rossi, posee mucha fuerza, pisa el escenario con gran seguridad, y que demuestra lo que un gran trabajo de acercamiento de un icono en base a sus aptitudes como artista puede dar de si.

Acompañando a Rossi hay cuatro vicetiples en completo estado de gracia, que como es tónica en la función sirven un exquisito trabajo musical, ya que me consta que todas son cantantes antes que otra cosa, y que deja muy clara la apuesta por la calidad de la producción. Todas tienen su momento de lucimiento y todas cumplen en su cometido, siendo uno de los sustentos de la producción a varios niveles, ya que los cambios son realizados por las chicas del conjunto con gran acierto,

En la función también encontramos una orquestina compuesta por piano, violín y contrabajo, que dan mucho ambiente al espectáculo, y que suenan perfectos en unos acertados arreglos de Jordi López, encargado de la estupenda y mas que estudiada, como mas arriba cuento dirección musical.



Vayamos con la propuesta escénica.
Emilio Sagi firma la producción, siendo la elegancia tan exquisita con la que la lleva a cabo, la seña de identidad del espectáculo. Dirigiendo a su estrella de forma muy atinada, consigue llevar a Ivanna Rossi, exactamente al lugar que la función pide que es el retrato amable y con gran fuerza de la Gámez, un tanto idealizado pero de gran empaque.
Sagi, con gran respeto por el material literario, lleva al mejor puerto la función, gracias a unos acertados ritmos, una suave comicidad, y unas imágenes cargadas de lirismo, que subliman sutilmente algunos momentos del espectáculo. Encontré muy acertado y cargado de sensibilidad el juego escénico en el que Rossi-Gámez, va apagando las luces del espejo de su camerino como poética simbología de su muerte, otro detalle que define la sutileza de la producción, que huye de la zafia artillería, que fue una de las causas que llevó al género al desastre, para hacer un espectáculo de music-hall, muy bien enfocado y que busca acercar el género a nuevas generaciones, limpiando de caspa a la tan maltratada revista.
Sagi sabe muy bien lo que hace y la línea a seguir, siendo el acabado final redondo, y honestísimo y, sobre todo, aprovechando al máximo lo que tiene, tanto en material de base como en infraestructura.
Mención aparte merecen las, como siempre, gloriosas luces de Juan José Llorens, que dan un asombroso empaque a la producción en un ejercicio de elegante sutileza que dotan de mucha entidad al espectáculo, y que arropan a la perfección a la funcional y estéticamente acertada escenografía de Daniel Bianco.
Los figurines de Renata Schusseheim, son muy bellos, y prácticos teniendo en cuenta que hay mas de dieciséis cambios de vestuario todos cara al público. Cada vestido define perfectamente el momento y el número musical que visten.
Las coreografías de Sibila, son un prodigio de contención, muy en línea con Bob Fosse y que en "Las Taquimecas", llegan al paroxismo de elegancia y conocimiento del género musical. Que nadie se espere una revista de castañuelas y mantones, se trata de una acertada estilización del género, muy en consonancia con el público actual, y que gracias a estas inspiradas, y trabajadísimas coreografías, dignifican, y limpian de polvo y paja un género que necesita de su contemporización, si deseamos que el género vuelva a nuestras carteleras, y se creen nuevos espectadores.




Esta producción es un paso adelante para que la revista vuelva a nuestras carteleras, algo que no debe pasar desapercibido, y que realmente es digno de alabanza. Hacer las cosas a este nivel es sin duda muy de agradecer, y sobre todo es importante entender que todo género evoluciona, para que cuente con el respaldo del público. Esta Celia, sin duda es un mas que digno ejemplo de ello.





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6 comentarios:

  1. Soy sobrino nieto de Celia y me encantaria ver la obra y aportar parte de mis vivencias con ella en Argentina hasta que falleció , ella es madrina de bautiso de mi hija también y poseo un par de recuerdosde ella.Agradeceria me enviaran invitacion a ver la obra junto con minmujer e hijos,se que si Santiago viviese menhubieta llamado para su presentación.

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  2. Hola! muchas gracias por leerme. Lamentablemente, no está en mi mano el invitarle a ver la función, yo soy un espectador mas, que pagó su entrada como otro cualquiera. Si alguien de la producción tiene a bien ver esta crítica, quizás se ponga en contacto con usted. Que suerte haber sido familia de Celia Gámez! me hubiese encantado conocerla.
    Un abrazo!

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  3. Le felicito sobre todo por su agudeza en el juicio que hace de la Gran Celia. Tuve la suerte de conocerla junto a Santiago Castelo. Sobre ella publiqué algunas cosas en ABC.
    Su comentario sobre el espectáculo me ha permitido visionarlo aún en la distancia. Sabe usted si saldrá de Madrid y hará una gira por España?.
    Joaquín

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    1. Muchas gracias por leerme! Que suerte conocer a Celia!! La verdad es que no se si tienen programada gira. En Madrid ha tenido mucho éxito, si se de algo se lo comentaré.
      Un abrazo!

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