jueves, 19 de julio de 2018

Alberto Trijueque Pegalajar Nos Presenta Su Nuevo Proyecto



Alberto Trijueque Pegalajar (Madrid 1993) es uno de nuestros directores de escena mas jóvenes y con las ideas mas claras que conozco. Su interés por nuestra zarzuela me llamó la atención, y me animó a asistir a una representación de "Adios a La Bohemia" en la RESAD, de impecable factura e interesante lectura. Su compromiso con la lírica es mas que manifiesto, y por eso en cuanto me enteré de su nuevo proyecto me interesé inmediatamente por el. Nuestro director estrena el próximo día 24 en Nave 73 "Quijano", pieza como no podía ser de otra manera, vinculada al mundo de la música.
En esta entrevista Alberto Trijueque, nos habla de "Quijano" de sus motivaciones y anhelos como director de escena, de música y de teatro. Estoy seguro de que Alberto tiene mucho que contar en nuestros escenarios, y también que nosotros tendremos mucho que contar de él, si no me creéis... id a ver "Quijano" estoy seguro que me entenderéis a la perfección. 



DP-¿Qué tiene la lírica para que te llame tanto la atención como director de escena?

AT-Mi pensamiento lógico y mi trabajo como director de escena se nutre de imágenes. Pensando en la propia escenificación de una obra lírica, paradójicamente la música crea silencio, un silencio que es materia, un silencio que es carne.
Cuando abres una brecha en el silencio y te asomas por la cisura, habitas en un mundo transparente lleno de imágenes, te encuentras en los armónicos que resuenan entre las notas musicales.
Es lo que no oigo, ni veo a simple vista; es el hecho de tener que asomarme por el balcón del silencio a ese mundo suspendido en el tiempo, una epifanía individual, lo que me atrapa de la lírica.


DP-Eres un gran aficionado a la zarzuela, ¿Qué ofrece como género, y que crees que puedes aportar al mismo?

 AT-Las zarzuelas como se representan hoy en día en su mayoría, no deben de ser nuestras casas. Las nuevas generaciones que no hemos crecido con nuestros abuelos escuchando Zarzuelas, debemos librarnos de los estereotipos, ver en la Zarzuela su fuerza primigenia y radical.
Yo admiro a muchos artistas actuales, me han parecido excelentes los trabajos de Paco Azorín y Miguel del Arco en el teatro de la Zarzuela, que para mí han sido dos referentes, y la última producción “24 horas mintiendo” ha sido una revista fenomenal, para mí son luces en un mundo hipertrofiado y lleno de espectros como es el del género lírico español.
Como artistas debemos de ser muy cuidadosos con el hábito que nos vestimos, pues hoy son tiempos de quemar los testigos más que de cogerlos. 

Se deben abrir centros contemporáneos de Zarzuela, las instituciones por mucho que se empeñen no logran seguir la velocidad de la cultura contemporánea. La Zarzuela debe ser extirpada de sus lugares convencionales. En mi compañía, llamada OFF Lírico, no tenemos la panacea de la supervivencia de la Zarzuela ni del teatro lírico en general, pero simplemente nuestra mirada ajena y limpia hacia el género, es política y simboliza cambio.



 DP-Has dirigido también ópera, ¿cual sería la diferencia mas importante con respecto a la zarzuela a la hora de dirigirla?

AT-Pienso en Zarzuela y Ópera como géneros catalogados como tal, de una manera arbitraria, en su sentido más administrativo.
Encuentro mil y una diferencias y ninguna resalta más que la otra y una gran similitud, tanto la Zarzuela y la Ópera tienen un elemento predominante que es el discurso musical

¿Si le quito todo el texto hablado a la Tabernera del puerto deja de ser Zarzuela?
¿Si le meto un ritmo castizo a La boheme deja de ser Ópera?

La gran diferencia entre la Ópera y la Zarzuela, es que la Ópera ha evolucionado acorde a los tiempos. Por toda Europa nos encontramos Óperas estudios, gente joven haciendo Ópera, nuevas producciones… aquí siguen viendo la Zarzuela como un género musical frívolo de la antigua dictadura que ya no interesa, cuando tenemos en el repertorio Zarzuelas desde la época barroca te toda clase e índole, que son totalmente de una rabiosa actualidad.



DP-Cuéntanos un poco que es “Quijano”

AT-Para comenzar, diré que es una obra basada en Don Quijote de la Mancha de Miguel de Cervantes de teatro físico, en la que los interpretes no se expresan con palabras y en la que se fusiona en directo música del compositor Walter Niemann con música y espacio sonoro del creador Odin Kaban.

En Quijano nos centramos en la figura de Don Alonso Quijano, el hombre cuerdo, partiendo de la premisa que mientras Don Quijote de la Mancha vivía sus aventuras, Alonso Quijano, como otra entidad, se encontraba encerrado deambulando por un no-espacio, por la materialización psíquica de su total ausencia, debilitado, vagando sin tiempo y privado del mundo externo.

La obra comienza en el último capítulo de la novela, con Don Quijote enfermo en la cama, y vemos cómo Don Alonso, acompañado de una informe y vaga presencia arrancada de una de sus novelas de caballería, reflejo del dominio exterior de Don Quijote, que se convierte en Dulcinea, Rocinante, Sancho Panza, el Caballero de la Luna, los molinos de viento…deberá atravesar por las bodas del rico Camacho, los cueros de vino de la venta, la cueva de Montesinos, el Retablo de Maese Pedro…en su débil resistencia a la locura.




DP-¿Que te atrajo de esta obra para ponerla en pie?.

AT-En verdad no la elegí yo, fue mi primer encargo con presupuesto como director para el “IV Centenario de la muerte de Miguel de Cervantes” y siendo estudiante, lo cogí sin más miramiento.
Entonces, me dieron un texto con unas anotaciones coreográficas-dramáticas de un tal Manuel Rosado, que en el año 1950 realizó una Pantomima sobre Don Quijote en Alcalá de Henares utilizando música de Walter Niemann, y me dijeron que lo volviera a reconstruir totalmente a mi modo, con carta blanca de creatividad, decidiendo coger el testigo de la pantomima realizando una obra de teatro físico en la que no se habla y encargándose Germán Labrador (Profesor en el Departamento de Música de la Universidad Autónoma de Madrid) de realizar una versión instrumentada partiendo de una selección de obras de Niemann para la puesta en escena, ya que Manuel Rosado no detallaba en su escrito qué obras eran, ni en que momento sonaban.

Enseguida pensé en Paula Castellano, escenógrafa con la que ya había trabajado en Adiós a la bohemia y en Elisa Forcano, una de esas actrices multidisciplinares que son capaces de robarte la respiración. Como Elisa aceptó, tenía entonces que buscar a un actor del mismísimo nivel y apareció en la ecuación Darío Sigco, que si una quita la respiración el otro se lleva hasta el alma. De la orquesta se encargó Germán, poniendo yo mi granito de arena con Odin Kaban, un excelente músico y creador de espacio sonoro que puso la vertiente electrónica a la pieza y que ha seguido trabajando conmigo en todos mis posteriores montajes y así espero que siga.

Gracias al Corral de Comedias de Alcalá de Henares, estuvimos una semana de residencia en el teatro haciendo que la obra evolucionará radicalmente, profundizando en las ideas, en los movimientos y uniendo totalmente la música electrónica con la de Walter Niemann.

Ahora nos encontramos, después de meses de investigación y ensayos con nuevo material en el festival ClasicOFF de Nave73, con un virtuoso al piano como es Fran Fernández y con muchas miras hacia el futuro.

Para todo el equipo, la función del 24 de Julio supone el estreno absoluto de la pieza.





DP-Dinos por que debemos ir a ver “Quijano”

AT-Aunque parta de Don Quijote de la Mancha, la obra en su esencia trata de una persona enferma a punto de morir.

Quijano no índice directamente sobre la realidad, pero nos acerca al abismo de la muerte y en el filo del acantilado, mirar hacia abajo es un acto muy humano, que nos vuelve más empáticos.
No es una obra ilustrativa sobre Don Quijote. Cada persona del público, individualmente, se asomará a un abismo totalmente diferente, nuestra obra carece de discurso, es un viaje propio y único, en el que el espectador debe completar el significado.


DP-¿Estás abierto a dirigir todo tipo de teatro, o tienes preferencia por la lírica en particular?

AT-Tengo y tienen los vinculantes a OFF Lírico fijación por la lírica y por toda obra que se centre en lo musical, como es en este caso Quijano.
Me encanta trabajar con las imágenes y el teatro físico, pero de momento, todos los proyectos que tengo pensados y firmados para el futuro son con la lírica.


DP- Andas mucho por Londres ¿Es tan diferente la forma de entender el teatro a como lo entendemos en España?

AT-En Londres existe más apoyo institucional y privado para las artes en general y eso hace que se invierta en marketing y haya multitud de ofertas, para que toda clase de personas vayan a los museos, al teatro, se hagan cursos, etc… en todas las obras que he ido el teatro siempre estaba lleno, en cualquier día de la semana.

Madrid, la ciudad en la que vivo, con todas sus dificultades, a mi ver ahora mismo está transitando una etapa bastante dorada, en cuanto a pluralidad de teatro para ver. Este año ha habido mejor programación en Madrid que en todo Reino Unido.

Apoyo al ayuntamiento de Madrid con la propuesta de JOBO, de la que soy un fiel defensor y consumidor y la entrada gratuita a los museos, de otra forma los jóvenes no podríamos ver tanto arte ni teatro, ni re-pensar el futuro de la cultura.

 


DP-Dime algo que te apetezca decir para finalizar la entrevista.


AT-La conclusión es que, a pesar de todas las dificultades, la Ópera y la Zarzuela van a seguir dando de hablar y otorgando a los espectadores momentos maravillosos.
Las nuevas generaciones tenemos valor, creatividad, empeño y constancia.
Solamente, uno tiene que estar comprometido hasta lo más hondo y hacer el teatro que siente. Las ideas deben ser radicales, con apertura, osadas y siempre honestas con uno mismo y en confrontación con el entorno. El teatro no puede ni debe ser un producto de industria, una mera ilustración de la vida, una decoración o distracción pasajera. No debe dejar a nadie indiferente. Las nuevas generaciones de artistas debemos mirar donde otros apartan la vista, somos los hijos de una crisis económica y espiritual, vivimos en un mundo
antropofágico en el que no tenemos nada que perder y en el que no tenemos nada que encontrar. El teatro y la música lírica me ayudan a desorientarme, vivir en lo ignoto, sin resolver ninguna de las grandes preguntas de la humanidad.

Muchísimas gracias por esta entrevista Jonathan / Desde La Platea.