sábado, 28 de enero de 2017

La Villana, Obra Maestra Absoluta De Vives

Continúa la ambiciosa temporada del Teatro De La Zarzuela con un bombazo que es muy de agradecer, nada menos que La Villana de Amadeo Vives. Cuando me enteré de la inclusión de esta obra en este ciclo reconozco que me sentí enormemente complacido, y junto con Las Golondrinas es el título que mas me apetece de la equilibrada y estupenda programación 16-17.
Varias cosas me hacían este título tan atractivo, la primera sin duda la música, la segunda lo difícil (por no decir imposible) que resulta verla, y la tercera el magnífico plantel de cantantes que se presenta en ambos elencos, y que he de decir que aunque en esta crítica hable del primer elenco, es casi seguro que me vuelva a acercar al coliseo de la Calle Jovellanos a ver el segundo. Sin ninguna duda La Villana merece al menos ser escuchada en directo otra vez, para saborearla en todo su esplendor.
Noche de estreno en La Zarzuela, casi toda la lírica patria se encontraba presente, y sin duda la expectación causada por un título que no se ponía en pie desde el año 84 era muy notoria, añadiendo que está muy mitificado en el mundillo teatral dadas las enormes dificultades a todos los niveles que la caracteriza.



La Villana, denominada como Zarzuela en tres actos y siete cuadros, con libro de Federico Romero y Guillermo Fernández Shaw, y música de Amadeo Vives, se estrenó en el Teatro de La Zarzuela el uno de octubre de 1927. La Villana es una de las cumbres de nuestro repertorio lírico, y ejemplo paradigmático de zarzuela grande.
Vives compuso una obra muy ambiciosa, de altísimos vuelos en lo musical y con gran altura de miras en lo literario, siendo el material de base elegido Peribáñez y el Comendador de Ocaña del ilustre Lope de Vega.
El respeto por la obra de Lope en el texto original es absoluto, llegando a reproducirse de forma muy fidedigna sus versos, incluso en los cantables, y si bien el drama tiene algunos cambios sustanciosos en cuanto a personajes, se mantiene completamente fiel al argumento original. Hay que decir que las adaptaciones de textos del Siglo de Oro eran habituales en Vives, la misma Doña Francisquita no es mas que una revisión de La discreta enamorada del propio Lope, siendo los resultados igual de satisfactorios que con la obra que esta crítica ocupa.
Musicalmente Vives compuso una obra de música aparentemente sencilla, pero que entraña un profundo estudio de la música castellana y renacentista, así como algunas pinceladas de Verismo en algunos momentos, y también ciertos ecos verdianos especialmente en el Dúo bajo-barítono y en el final de la obra, de durísima ejecución para el rol de Peribáñez.
Lo partitura requiere de cuatro cantantes de máxima solvencia, ya que la exigencia vocal de la obra es elevadísima, y gran orquesta. La obra tiene también grandes dificultades para el foso, y su orquestación se caracteriza por lo tremendamente descriptiva y atmosférica de la misma, apoyando perfectamente el drama que se desarrolla en escena.
Algunos consideran Doña Francisquita como la obra cumbre de Vives, pero en mi modesta opinión La Villana posiblemente sea la obra mas redonda del compositor, seguida por Maruxa, ganando la primera dada la enorme calidad literaria que posee, algo que en Maruxa desgraciadamente no ocurre. La verdad es que esto es una cuestión de gustos, pero eso si, la enjundia musical de La Villana es indiscutible se mire por donde se mire.



La versión que se representa en estos momentos, y que está sensiblemente recortada y adaptada, viene firmada por Natalia Menéndez, encargada también de la dirección escénica.
La versión no acaba de estar redondeada por varios problemas, se han anulado practicamente todos los diálogos, utilizando como recurso una especie de narrador que dice textos extraídos del Peribáñez original, en el primer acto, y luego algunas pequeñas escenas habladas para facilitar la comprensión del texto, ya que solo con los cantables sería imposible seguir la historia. Se ha potenciado el conflicto principal y anulado todos los secundarios, pero he de decir que hay algunas cosas que resultan confusas, especialmente como se fragua la entrada de Don Fadrique en casa de nuestros protagonistas, y la extraña aparición de Roque y Blasa, que en ningún momento se nos aclara quienes son (tíos de Casilda en el original) que aparecen de repente sin que se justifique quienes son. Del mismo modo, que las transiciones resultan abruptas y poco justificadas.
Soy partidario de los cortes, máxime en una obra como esta, que hoy en día no se si sería viable en su extensión original, pero siempre y cuando la dramaturgia se sostenga lo suficiente para que no nos encontremos con los problemas que estoy narrando.



Vayamos con el elenco:

Comprimarios (los llamaré así dado la visión netamente operística de la obra) correctos, destaco especialmente a Milagros Martín y Ricardo Muñiz como Juana Antonia y Miguel Angel respectivamente, que aportaron oficio y perfectas facultades a dos pequeños papeles, pero que no pasan desapercibidos. Y a los espléndidos Blasa y Roque de Sandra Ferrández y Manuel Mas, que me resultaron muy convincentes en el terceto con David.

Ruben Amoretti, bajo, como David y El Rey.
Amoretti es un gran conocido para el público de La Zarzuela, y ofreció una noche de gran calidad en lo musical, y un buen trabajo en lo actoral. Bello timbre, voz bien colocada y perfecta dicción, logró momentos de gran expresividad en la bella y difícil romanza que le ha tocado en suerte, y el dúo con Peribáñez de complicada ejecución, y ciertamente tirante.

Jorge de León, tenor, como Don Fadrique.
El tenor tinerfeño fue una de las estrellas de la noche con gran justicia. De Leon, es posiblemente el cantante español con mas proyección del momento, algo que no me sorprende en absoluto. El brillo y la fuerza que su voz destila es tremenda, y la perfecta colocación de todas las notas tienen como resultado un trabajo de gran impacto y realmente espectacular. Si por algo destacó fue por el fraseo tan hermoso con el que llevó a cabo la famosa Endecha con la que finaliza el primer acto, que realmente fue de grabación, los larguísimos y atronadores agudos durante todo el espectáculo, y el magnífico dúo del ultraje a Casilda, de gran expresividad y de gran intensidad verista.

Ángel Ódena, barítono, como Peribáñez. 
Peribáñez conlleva unas dificultades canoras realmente terroríficas y Ódena llega al papel sin ningún problema, cantó con gran inteligencia y matizadísimo, especialmente en su brindis de entrada, el dúo de amor con Casilda y el complicado número final a modo de racconto, que fue cantado con mucha gallardía. Ódena sirvió un canto noble y de gran empaque durante toda la función, con un timbre mas que respetable y sin ningún problema con la tremenda orquestación que La Villana tiene. Reconozco que me ganó desde que cantó el brindis y que es uno de mis momentos favoritos de la partitura. Del mismo modo el espectacular Dúo con David que llegó a unas cotas de intensidad realmente estratosféricas.

Nicola Beller Carbone, soprano, como Casilda.
La soprano germano-española, no acabó de rematar la función por algunos problemas especialmente en las zonas grave y central, donde el volumen fue escaso, y cierto brillo metálico en la parte aguda, que si bien no molesta en exceso, si que afea un poco el sonido, estuvo también ligeramente destemplada en su famosa romanza que me pareció que le viene incómoda. Como contrapunto positivo hay que decir que sin duda tiene mucho gusto cantando, siendo el fraseo exquisito, y la voz es muy bonita, matices metálicos aparte. El personaje de Casilda requiere de una lírica de centro potente y gran volumen, y ahí estuvieron los caballos de batalla de Beller Carbone, que cumple pero se queda escasa.

El Coro Titular del Teatro de La Zarzuela dirigido por Antonio Fauró, se movió en los parámetros habituales de calidad, dotando de gran empaque y empaste a todas sus intervenciones, especialmente en el concertante del acto segundo de grandes complicaciones musicales. Escénicamente se encuentran excesivamente estáticos, algo que no es culpa de ellos como mas adelante explicaré.

Miguel Ángel Gómez Martínez dirigió la OCM con gran tino, aunque he de decir que el trabajo todavía no está del todo pulido y eché de menos un sonido menos disperso y mas compacto, tratándose de un estreno lo que planteo es entendible. Gómez Martínez llevó a cabo una representación de tiempos mas que estimables, controlados volúmenes y una efectista lectura que da mucho sabor teatral a la partitura. Hubo algunos problemas en los concertantes especialmente en el del segundo acto, donde el sonido en escena no parece muy compacto, dando la sensación que cada intérprete va un poco por libre, perdiendo homogeneidad el conjunto. Esto último que planteo supongo que sea una cuestión de representaciones. En general me gustó mucho el trabajo de Gómez Martínez con la orquesta, que brilló muchísimo en el cuadro segundo del segundo acto, con grandes dosis de espectacularidad, tal y como la partitura requiere.




Vayamos ahora con la propuesta escénica.
Natalia Menéndez firma la producción con varios problemas, especialmente de movimiento escénico, y  de intensidad dramática. Encontré muy poco cuidado el trabajo actoral quedándose la obra coja en ese sentido, y de un estatismo excesivo durante todo el espectáculo. Hay cierto aparatoso aire de Grand Opéra que no acaba de funcionar y que da un tono apolillado a la función que me chirrió bastante. El espectáculo a nivel estético si es cierto que funciona con unos cuadros de gran belleza, pero que encontré un tanto vacuos. La lectura me pareció superficial en líneas generales, y con problemas para rellenar los momentos musicales, algo que con unas acciones claras inidicadas a los artistas sin ninguna duda no hubiese sucedido. No es entendible que en 2017 el protagonista de la función se arrodille en el escenario se pare toda acción sobre las tablas y se espere a que el maestro de la entrada para cantar, como recurso ya no funciona. Son mus destacables las bellísimas luces de  Juan Gómez-Cornejo, y encontré poco inspirados los figurines de María Araujo excesivamente convencionales y especialmente poco adecuados en el caso de Casilda, que no definen a un personaje austero y poco dado a sensualidades, me faltó el recio espíritu castellano que su personaje destila y que es primordial para el entendimiento de su carácter. Me gustaría hacer mención al magnífico trabajo del equipo de sastrería de La Zarzuela, absolutamente imprescindible en producciones de esta envergadura. El espectáculo se ve con agrado y la propuesta no molesta, pero un poco mas de riesgo no hubiese venido nada mal. En líneas generales me pareció poco inspirado y un tanto descafeinado.



En resumen, una propuesta de altísimos vuelos musicales, con peros en lo escénico, pero que sin duda va a gustar dado el elevado nivel musical de la obra y la enorme calidad de la partitura. Me parece imprescindible que todo aficionado a nuestro género lírico vea La Villana dado que es practicamente imposible verla en otros ámbitos a no ser en el Teatro de La Zarzuela, ya que las indudables complicaciones que la obra plantea, a nivel privado son imposibles de abarcar.

Quisera agradecer la inestimable ayuda de mi querido amigo Félix Portales para las labores de documentación, tan necesarias a la hora de realizar una crítica.



*Si alguien considera que alguna de las imágenes utilizadas en este blog, está protegida por copyright, ruego me lo comunique para retirarlas a la mayor brevedad posible. 








miércoles, 25 de enero de 2017

Mi Última Noche Con Sara, La Montiel Siempre Es Un Placer

Ayer se estrenó en el Rialto Mi última noche con Sara, merecidísimo tributo a una de las artistas españolas mas importantes de todos los tiempos, Sara Montiel. Soy muy fan de Sara, pero mucho mucho. Desde pequeñito que me fascina, su belleza de cariátide, su distante sensualidad, y su particular personalidad, que eran sus señas de identidad, y aquello por lo que Sara es y será única.
La verdad es que para mi era imprescindible asistir a Mi última noche con Sara, y desde que supe de esta producción estaba deseando que llegara a Madrid para poder disfrutar de las mejores creaciones de Saritísima, y sobre todo ver como se las ingeniaban para ensamblarlas en un argumento.
Tuve la suerte de poder asistir a una emotiva velada en la que un abarrotado Rialto dejó bien claro que Sara sigue interesando y sigue fascinando. Eva Manjón da a vida a nuestra estrella, y me conmovió por su entrega y por lo mucho que significa esta producción para ella como luego explicó en el speech que dio al finalizar la función.


María Antonia Alejandra Vicenta Elpidia Isidora Abad Fernández, o lo que es lo mismo Sara Montiel, es uno de los mitos patrios por excelencia. La carismática Sara ha sido posiblemente la estrella mas grande que dio este país en el S.XX y la mas conocida a nivel internacional en su época. El fenómeno Sara es digno de estudio, ya que sin ser una gran actriz, ni una cantante de sobradas facultades (Sara iba mas allá de todo eso), su belleza sin parangón y carismática personalidad la convirtieron en la mujer mas famosa de España durante décadas y una de las artistas mas particulares del panorama de la época. Sara fue una mujer hecha a si misma que desde lo mas humilde de su pueblo natal Campo de Criptana, llegó a lo mas alto, consiguiendo que una mujer practicamente analfabeta en un principio, llegara a codearse con los intelectuales mas importantes del momento, y que además cayeran rendidos a su pies. Sara se superó a si misma a todos los niveles y consiguió llegar a lo mas alto a base de tesón, trabajo y una carácter indómito que a día de hoy sigue siendo legendario. La leyenda de Sara empezó tras el impresionante estreno de El Último Cuplé, pero la verdad es que ya había estado en Hollywood antes de realizar esa película, que había tenido una fecunda carrera cinematográfica en México, y que su nombre si bien no era aquello en lo que después se convirtió, si que era muy popular. La que en un principio parecía ser una película mas, con ajustadísimo presupuesto y que nadie daba un duro por ella, cambió su vida de un día para otro lanzándola a lo mas alto y manteniéndose en cartel mas de un año. Todo un hito para la época y para hoy en día, ya que es considerada una de las películas mas taquilleras de la historia de nuestro cine.
Después de El Último Cuplé, Sara se convirtió en la estrella mejor pagada del mundo con La Violetera... el resto es historia.
Sara es la artista española que mas canciones ha grabado, nada menos que 700, y su fama llegó a países tan difíciles de alcanzar en aquella época como eran Rusia y Rumanía, donde sigue siendo un mito a la misma altura que en España.
El secreto de Sara yo creo que estaba en su erotismo nada disimulado y muy atrevido para la época, donde tras una hierática apariencia se dibuja un volcán interno continuamente a punto de entrar en erupción. Además contaba con su peculiar voz, aterciopelada de susurrante sensualidad, que ya está incrustada en el imaginario popular y que sin duda ha dado una serie de temas que son historia de nuestro país. A ello, por supuesto, hay que añadir su tumultuosa vida personal que acompañó a los españolitos hasta poco antes de su muerte. Sara manejaba a la prensa como quería y sabía perfectamente el papel que debían representar en su vida, porque eso si, Sara de tonta nunca tuvo un pelo, y a todo lo arriba comentado es necesario destacar que tenía una cabeza muy bien amueblada algo que fue primordial para que llegara a donde llegó y de la forma en que lo hizo.
Nuestra estrella mas importante falleció en 2013 teniendo un multitudinario funeral, algo que estoy seguro que era exactamente lo que ella quería, irse como lo que fue en vida, una grande entre las grandes.



Mi última noche con Sara, es un homenaje a dicha artista creado por la propia protagonista de la función Eva Manjón, en el que un afamado productor llamado Julián Amezcua  recuerda la última noche que pasó con Sara Montiel como amante suyo. Bajo esta premisa se nos van contando pinceladas de la vida de nuestra estrella, se interpretan las creaciones musicales mas emblemáticas de la Montiel, y se acerca su figura mostrándola en su faceta mas humana y mas íntima, mas allá de la imagen pública que todos tenemos de la diva.
En la función están perfectamente integrados los temas musicales en la acción dramática, y nos recuerda un poco el estilo del cine que Sara hizo, siempre de tintes melodramáticos. La obra está planteada desde el mas absoluto de los respetos y con una visión muy cálida del personaje donde se deja bien claro que Sara nunca se dejó deslumbrar por los figurones y que ella era mas afín a la gente llana, con la que siempre se llevó estupendamente. Encontré las historia un poco redundante, ya que el conflicto parece alargarse en exceso en algunos momentos, pero si es cierto que ante la calidad de la propuesta no importa demasiado que la trama no esté del todo redondeada, porque todo lo que rodea al espectáculo está tan mimado que nos dejamos llevar por la figura de Sara sin remisión. Y también es cierto que la función va en progresión ascendente llegando a cotas estupendas en el último tercio del espectáculo.


Mi última noche con Sara, lo forman tres actores, Eva Manjón, Rodrigo Poisón y Jesús Lara, siendo el elenco muy equilibrado y perfectamente elegido, resultando cada actor perfecto para cada uno de los roles de los que consta la función.

Jesús Lara, como Curro:
Lara me sorprendió muy gratamente en un papel creado para aligerar el conflicto principal dando el contrapunto cómico en el texto, aunque su personaje tiene un conflicto importante, muy bien llevado en la función. Lara ofrece un personaje cargado de ternura y muy humano que llega al público de forma muy directa. La figura del homosexual asistente de la artista, confidente y amigo, es muy cara a nuestras grandes figuras patrias, y Lara borda el papel con mucha gracia, y ninguna estridencia, resultando su trabajo en el punto justo de sazón para que nos quedemos con el desde su primera escena. Me parece un artista muy completo y que utiliza sus recursos con gran sabiduría. Curro es un bombón que nuestro actor aprovecha al máximo con momentos de gran lucimiento y un atinado toque almodovariano que me resultó muy agradable. Lara brilla mucho, y lo que es mas importante sabe cuando debe hacerlo en un difícil papel que en otro actor sería una mera caricatura, superficial y que se quedaría en el amaneramiento, sin embargo aquí se dota de mucha entidad y psicología al personaje, resultando delicioso y muy efectivo en conjunto.

Rodrigo Poisón, como Jualián Amezcua:
Poisón infunde de mucho carácter a un personaje complicado, y que es un reflejo muy claro de lo que eran los hombres en aquella época. No nos cae simpático por motivos obvios ya que su machismo, condescendencia con las mujeres, y chantajes emocionales con los que atormenta a Sara nos resultan molestos. Defender un papel así no es fácil, y entendemos su evolución con un recorrido muy interesante a lo largo de la función, que culmina en su última escena donde nos cuenta las cosas de las que se arrepiente. En sus escenas mas tensas con Sara llega sin problema a los estados de animo que su personaje requiere y ofrece momentos de gran intensidad, aportando mucha solidez actoral y solvencia, en un papel de complicada psicología que no nos chirría en ningún momento.

Eva Manjón, como Sara Montiel.
Manjón tiene un toro bravo por delante que resuelve con gran dignidad y valentía. Muchas cosas son a destacar de su trabajo, el primero el impoluto estudio vocal de Sara, cuyo particular estilo se componía de unos portamentos muy característicos, una tesitura muy grave que podríamos calificar de contralto y una sensualidad susurrante que hicieron que sus discos fueran éxitos de ventas inmediatos. Todo esto que cuento, Manjón lo da con una entrega encomiable y una admiración absoluta hacia la figura de Sara, destaco especialmente la interpretación de "Es mi hombre" logradísima y cuyos gestos me hacía ver a Sara tal cual era. Bien es cierto que el color de voz es diferente, pero a nivel técnico el trabajo es descomunal y se debe reconocer.
Actoralmente está mas que correcta, aunque un pelín hierática, no se yo si intencionado o no, ya que no tengo muy claro si esa contradictoria "cálida-frialdad" que Sara tenía, en las distancias cortas la mantenía o no. Es una apuesta y me parece válida, ya que a fin de cuentas el teatro no es la realidad, y posiblemente, esa imagen de Sara a todos no es mas familiar. Se marca un tango como mandan los "saritismos" con un estudiado desplante idéntico al de la artista homenajeada, y una coreografía perfectamente ejecutada que hizo las delicias del público.
La entrega y el esfuerzo de Eva Manjón son inconmensurables en una durísima obra para ella, que no deja el escenario ni un momento, actuando, cantando y bailando. Pero si hay algo por lo que su trabajo merece ser destacado además de lo arriba expuesto, es por la entrega total con la que aborda el papel, y el enorme amor que destila en su creación. Manjón pone absolutamente todo lo que tiene (y que no es poco) al servicio de Sara Montiel, dejándose la piel en el escenario.



Vayamos ahora con la propuesta escénica.
Podemos calificar la producción de formato medio, y con momentos de gran empaque en lo visual, muy cuidada a todos los niveles, siendo el resultado a nivel estético muy sugestivo y eficiente. David Planell dirige a sus actores en unos parámetros naturalistas y con un cuidado estudio de la psicología de cada uno, sabe donde enfatizar y deja muy claros los objetivos de cada rol. Siendo los tres personajes muy diferentes y contrapunto perfecto para equilibrar el texto. Todavía hay algunos problemas con el ritmo, pero es normal ya que se trataba de un estreno, poco a poco la obra irá tomando fluidez,  a este nivel son las primeras escenas las que deben ser un poquito mas trabajadas, pero estoy seguro de que se va a conseguir sin el mas mínimo problema. 
Encontré muy atinados la adaptación musical y los arreglos de Juanjo Molina, siendo perfectos, y recreando al milímetro el estilo musical de la época, tengamos en cuenta que la acción se desarrolla a principio de los años 60, y Sara pasó por muchos estilos diferentes dependiendo del momento que le tocaba vivir. Por tanto el trabajo de Planell resulta impoluto desde todo ángulo. También me gustaría destacar la bonita canción Samba Para Sara, de nueva creación y compuesta por Roger Álvarez Isturiz, que ensambla la letra de las canciones mas famosas de Sara, logrando emocionar al respetable de forma muy notoria.
La obra además de un logrado espacio escénico de Miguel Padilla y se apoya en unas bellas y justificadas proyecciones que suman mucho a la producción, no resultando gratuitas, como tan habitualmente ocurre con dicho recurso.
Debo hacer dos menciones especiales, la primera a las magnificas luces de Nacho Arjona, que dotan de mucha magia a ciertos momentos del espectáculo, y los imponentes figurines de Mariela López, bellísimos y perfectamente en consonancia con el estilo de Sara Montiel.



En resumen un espectáculo altamente recomendable, que sin ninguna duda funciona y acierta a todos los niveles, siendo el resultado del mismo muy interesante, y lo que es mas importante muy emotivo.
Hay funciones que se nota que se han hecho con el corazón, Mi última noche con Sara, sin duda es una de ellas. Yo no me la perdería, ¡avisados estáis!.




*Si alguien considera que alguna de las imágenes utilizadas en este blog, está protegida por copyright, ruego me lo comunique para retirarlas a la mayor brevedad posible. 

martes, 24 de enero de 2017

Caperucita Roja El Musical, Gran Revisión De Un Clásico

Si, voy a hablar de Caperucita Roja, ya se que da la sensación que el tema está muy manido, pero la verdad es que los cuentos clásicos tienen tanta chicha que a mi me parecen una fuente inagotable de ideas, que pasadas por el conveniente tamiz pueden dar mucho de si para todo tipo de espectador sin quedarse en el mero y dulzón espectáculo para niños de mas que vista y archi-repetida propuesta.
El año pasado me quedé con ganas de ver un musical infantil de gran éxito y que tuvo una crítica estupenda. Se trataba de Hansel y Gretel, que felizmente ha vuelto a nuestra cartelera y que en cuanto pueda iré a ver. La misma productora ha puesto en pie esta temporada Caperucita Roja, se está llevando a cabo en el Nuevo Teatro Alcalá y reconozco que me picaba la curiosidad. No suelo hacer crítica de teatro infantil, pero veo bastante, ya que tengo unos sobrinos que disfrutan mucho en el teatro, y reconozco que debería hacerlas, entre otras cosas porque hoy en día nuestros escenarios están pasando una profunda crisis, y las matinales infantiles son el sustento de muchos actores que de otra manera no tendrían trabajo. Así que queridos lectores míos, tenéis que llevar a vuestro hijos, nietos y sobrinos al teatro, nuestros artistas os lo agradecerán y vuestros niños también, ya que el día de mañana serán con muchas probabilidades aficionados a este veneno que es el arte de Talía, y les dará tantas satisfacciones que seguro que hará que su vida sea mucho mas feliz.



Caperucita Roja El Musical, con dramaturgia de Sara Pérez y música y letra de Felipe Forastiere, es una inteligentísima adaptación del cuento clásico con varias cosas a destacar. La primera es el enfoque de la función, huyendo de lo ñoño y con guiños al público adulto que entra sin problema en el espectáculo ya que el tono y la visión del cuento que en esta función se ha tomado tiene diferentes capas de lectura la mar de sabrosas, y muy adecuadas para cada franja de edad.
La adapatación está muy influenciada por dos fuentes, Into The Woods, el celebrado musical de Stephen Sondheim y la famosa película de Neil Jordan en Compañía de Lobos, revisión freudiana por antonomasia de Caperucita y título de culto del cine de los años 80. Sara Pérez lleva a cabo un trabajo redondo, perfectamente coherente y con una resolución final atípica y sorprendente que nos desvelaré por motivos obvios. Me sorprendió muchísimo y para bien la adaptación, es un soplo de aíre fresco que no toma a los niños por tontos que se toma muy en serio el material original y sin duda busca dignificar el teatro infantil apostando por la calidad.
Musicalmente la obra también tiene interés, coqueteando con melodías atonales, y de dificultad vocal, no estamos hablando de una partitura sencilla, sino bien trabajada y ciertamente bien pensada. Me gustó especialmente todo el cuadro de las adivinanzas, siendo el de la col, el lobo y la cabra  uno de los mejores números de la función y resultando sorprendentemente bien resuelto a nivel muscial.



La obra consta de tres actores, que trabajan a base de bien durante todo el espectáculo. Paula Arévalo como Caperucita Roja, Iñigo Asiaín como el Lobo Feroz, y Tatan Selles como (cito textualmente) todos los demás.
Cada uno en los suyo brilla de forma convincente, aunque dadas las características del espectáculo, el lucimiento de los componentes masculinos es mayor. Encontré a Paula Arévalo un poco baja de tono, no molesta, pero si es cierto que eché de menos algo mas de energía. Vocalmente correctísima e imprime a su personaje del carácter necesario. Aquí no estamos ante una niña tonta que no se entera de nada, peca de confiada, pero es bastante suspicaz y disfruta poniendo en solfa a los adultos. Iñigo Asiaín se luce muchísimo tanto vocal como actoralmente, en un entregadísimo trabajo que me pareció muy interesante a todos los niveles, siendo muy atinado el enfoque del personaje, inquietante, seductor, un poco chuleta, con gran personalidad y a la vez cómico cuando así lo requiere el texto. Asiaín forma una gran pareja con Tatan Selles donde la química escénica entre ellos dos es muy notoria. Tatan Selles me fascinó con su trabajo, de una energía tremenda, y controlando los tiempos teatrales de forma prodigiosa. Selles sabe perfectamente que hacer en cada momento y como hacerlo, y su trabajo deslumbra en cada uno de los personajes que lleva a cabo. Destaco sus mutis que son oro puro, y la entrega que su creación destila. Me encantan los actores que todo lo adaptan al personaje con organicidad y sin que nada nos chirríe, algo que sin duda nuestro actor consigue, siendo el resultado final redondo y sin fisuras.
Nos encontramos en líneas generales con un elenco muy equilibrado y muy bien elegido, resultando delicioso en su conjunto y de solvencia mas que sobrada.



Sara Pérez también firma la producción, y la verdad es que acierta, apostando por una cuidada dirección de actores, a los que se nota que ha dejado hacer, algo que enriquece mucho el espectáculo, ya que intuyo que el trabajo ha sido consensuado, para que la comodidad en escena de los integrantes del elenco sea un atractivo mas para la función. Esta libertad de trabajo ofrece unos toques muy personales y refrescantes que se vislumbran como aporte de los actores.
Pérez sabe lo que quiere y el tono que quiere dar a cada momento, no cargando las tintas en ninguno de los momentos mas truculentos de la historia ( que como todo cuento clásico los tiene), y consiguiendo un magnífico equilibrio entre lo cómico, lo serio, y lo oscuro, ya que en esta Caperucita, como dice el programa se pasa un poco de "miedito del bueno". Ese toque ligeramente oscuro es uno de los mayores aciertos de la producción, y que la hace tan asequible tanto para adultos como para pequeños.
Me gustó mucho el concepto del espectáculo, el mimo con el que está tratado y sobre todo lo cuidado de la propuesta, que si bien escenicamente es sencilla, tiene momentos muy conseguidos, y que apuesta con gran acierto por un conceptual bosque como escenografía principal, dejando la puerta abierta al lirismo en algunos momentos con una luna sobre un árbol deliciosamente romántica.



En resumen un espectáculo muy sorprendente, novedoso y sin duda recomendable. Caperucita Roja El Musical, es una propuesta sencilla, honesta y que dignifica el teatro infantil, gracias a lo cuidado de la adaptación, el estupendo trabajo actoral y al enfoque tan acertado que se le da a una historia conocida por todos, en este caso con una visión renovada y nada meliflua, algo que se agradece ante el habitualmente almibarado teatro infantil. Caperucita Roja El Musical se toma muy en serio a los niños, los respeta y no duda de su inteligencia. Así que ya sabéis, si queréis que vuestros hijos se lo pasen bien y piensen un poquito... esta es vuestra obra.
Como nota aclaratoria decir que las fotos no se corresponden en su mayoría al elenco que esta crítica ocupa.




*Si alguien considera que alguna de las imágenes utilizadas en este blog, está protegida por copyright, ruego me lo comunique para retirarlas a la mayor brevedad posible. 

lunes, 23 de enero de 2017

Mayumaná Rumba!, Dando Estopa a Romeo y Julieta

Tenía mucha curiosidad por el nuevo espectáculo de Mayumaná, subtitulado como Rumba! y que se acaba de estrenar en el Rialto.
Esta producción supone una notable diferencia con todos los espectáculo llevado a cabo en nuestro país por la formación israelí, y es la inclusión de canciones, en este caso del grupo español Estopa, y el hecho de que el espectáculo tenga un argumento hilado. Este formato tan novedoso para Mayumaná en España no es nuevo para la compañía y ya ha sido puesto en pie en otros países con otras formaciones musicales como protagonistas, y parece ser que ha funcionado con mucho éxito, por tanto era lógico que mas tarde o mas temprano llegase a nuestro país, ya que Mayumaná por estos lares tiene mucho nombre y lo que es mas importante el favor del público, que siempre responde de forma positiva ante sus espectáculos, y que abarrota los teatros donde se encuentran trabajando.
Sigo a Mayumaná desde que  comenzaron hace 20 años, no voy a decir que sea fan del fenómeno, pero si que los conozco bastante bien, y tanto su estilo como sus espectáculos me resultan muy familiares.
Justo en el momento en el que uno pensaba que la formula se encontraba algo agotada nos sorprenden con un espectáculo de formato diferente, aunque la base sea el toque Mayumaná, y que ha conseguido que mi interés se haya reanudado para ver como se ejecuta este salto hacia adelante a todos los niveles que supone Rumba!.
El pasado jueves 19 tuve la suerte de asistir al estreno oficial de este espectáculo, resultando una velada muy glamourosa, y lo que es mas importante muy exitosa, para un espectáculo que estoy seguro que va a funcionar muy bien en taquilla.




Mayumaná Rumba! es una dulcificación de la historia de Romeo y Julieta, con notables cambios para que el tono ligero de la función no se pierda, y que realmente el espíritu de entretenimiento de Mayumaná prevalezca dejando la tragedia para otra ocasión, y perlando la obra shakesperiana de un ambiente festivo donde las dos familias rivales son los dueños de dos bares situados uno enfrente del otro , y muy aficionadas al "flamenquito". Para facilitar la comprensión de la historia se ha utilizado la figura de un narrador que va comentando lo que ocurre en escena, y que es el nexo de unión ante los temas de Estopa, sorprendentemente bien ensamblados e integrados en la acción, siendo el resultado muy dinámico, fluído y con una dramaturgia sencilla pero efectiva.



Vayamos con el elenco:

La obra se sustenta con 11 integrantes que dominan a la perfección todas las disciplinas que se tocan en el espectáculo, y que realmente sorprende e impacta por lo completos que son estos magníficos artistas y por la entrega tan brutal que conlleva una función de estas características.

Todos se mueven en unos parámetros de excelencia mas que notable, y nadie chirría en el conjunto, perfectamente sincronizado en las difíciles coreografías, sin ningún problema en los momentos de percusión tan afines a Mayumaná y con un sentido de la musicalidad en las intervenciones cantadas realmente digno de elogio, dado que en ningún momento, o practicamente en ninguno se trata solo de cantar, y es sabido que cantar y bailar es de las cosas mas difíciles que el mundo del teatro ha parido. Pues a esto hay que añadir que se canta, se baila y se tocan instrumentos, creo que esto define perfectamente la dificultad que entraña la función.
Mención especial para Miguel Angel Belotto, dentro el conjunto, en su inspirada creación del que posible sea el tema mas conocido de Estopa, el celebérrimo "Por la raja de tu falda" en el que brilla muchísimo, con gracejo y gran expresividad en lo corporal, siendo uno de los números mas lucidos de todo el espectáculo.

Marcos Martínez es el narrador de la historia, pero no se queda en un mero espectador ajeno a la acción, sino que es arte y parte de lo que ocurre en escena. Canta, imita sonidos, toca varios instrumentos, rapea y encima domina al respetable a su antojo. No se puede pedir mas en un trabajo que brilla mucho y que llega al público sin ningún problema. Quizás debería estar un poquito mas matizado en los parlamentos hablados, pero tratándose de un estreno supongo que se irá solventando a medida que pasan las funciones.

María Ordóñez, es Miriam, nuestra Julieta particular. 
Ordóñez ya me gustó mucho como Pánfila en El Eunuco, y en Rumba!, la verdad es que no defrauda. Completísima en todas las facetas, sirvió una estupenda función, en la que su magnífica presencia física cuadra a la perfección con su técnica y tono corporal. En lo vocal recuerda mucho a Luz Casal en algunos momentos, y resulta perfecta para el papel que le ha tocado en suerte. Que nadie se espere a una damisela en apuros, porque no se la va a encontrar. Miriam tiene carácter aunque sabe ser tierna cuando quiere, cañera o graciosa, dependiendo del momento que está transcurriendo en escena.
María Ordóñez tiene mucho que decir en nuestro panorama teatral, no me cabe la mas mínima duda, y espero con ganas verla en un espectáculo completamente musical, ya que ni Rumba! ni El Eunuco se pueden considerar musicales en el sentido estricto de la palabra.

Javier Guerra, como Javier, es decir Romeo.
Guerra sirvió una sensible creación, y que resulta el contrapunto perfecto a una  María Ordoñez con mas carácter. De bonita voz atenorada y movimientos muy elegantes. Quizás sea Guerra el mas cantante de todo el elenco, y así lo demuestra en sus brillantes intervenciones. Escenicamente está ligeramente envarado, pero no molesta, un poco mas de soltura a base de funciones y asunto resuelto. Hace una pareja deliciosa con María Ordóñez y el vínculo entre ambos está bastante bien trabajado, aunque todavía quedan algunas cosillas por rematar, que dada la complejidad de la producción y tratándose de un estreno es comprensible que no se hayan desarrollado del todo.
En líneas generales cumple sin problema, y las da todas con aparente facilidad, siendo el resultado estimable y destacable en igual medida.



La producción viene firmada por Boaz Berman y Geri Berman supongo que como creadores, y el director asociado es el integrante de Yllana, David Ottone. Boaz Berman es junto con Estopa el encargado de los inspirados arreglos musicales de los temas del grupo mencionado.
El espectáculo (que ha tenido un proceso de ensayos de nada menos que seis meses) se sustenta en varios pilares para que el resultado final sea sorprendente, dinámico y electrizante a partes iguales.
Las increíbles coreografías que van desde el gesto pequeño con el que empieza el espectáculo hasta los números mas desmelenados como el anteriormente citado "Por la raja de tu falda". Los ensordecedores sonidos de percusión que trufan todo el espectáculo, y el habitualmente sorprendente uso de objetos comunes como instrumentos musicales. Estos ingredientes se mezclan en una coctelera de gran sabiduría teatral e indudable espectacularidad que levanta al público de su asiento dado lo adrenalítico del show.
Todas los números conllevan una gran dificultad y complejidad a nivel escénico y en líneas generales están ejecutados sin problemas, aunque algunos todavía no están del todo pulidos y hay cierta suciedad en los movimientos, algo solventable según se vaya asentando el espectáculo a nivel espacial.
Solo hay dos peros destacables, ciertos problemas con el sonido especialmente en los momentos de conjunto, y que dado el tipo de música ensordecedora, batucada incluída, que el espectáculo tiene, es comprensible que ocurra. Y un excesivamente largo final, que busca la complicidad del público de forma un tanto forzada, y que a mi personalmente me pareció que riza el rizo sin aportar nada que no hayamos visto antes.
No quisiera acabar la crítica sin mencionar las atmosféricas luces de mi admirado Juanjo Llorens, que como siempre realiza un trabajo impecable, y los inspiradísimos figurines de Juan Ortega, funcionales y que definen muy bien a los personajes.



En resumen nos encontramos ante una agradable propuesta, de energía arrolladora, que lleva al público al delirio y que sin duda hará las delicias de los aficionados tanto de Mayumaná como de Estopa. La función tiene un marcado concepto de show, al mas puro estilo estadounidense, de fluído ritmo, duración media y que se pasa en un suspiro. Sin duda este Mayumaná Rumba! es un entretenimiento de primer nivel, y que conlleva un trabajo artístico de unas dificultades mas que considerables. Intuyo que va a ser un gran éxito de público, tiene todos los ingredientes para serlo, no me cabe la mas mínima duda.

 


*Si alguien considera que alguna de las imágenes utilizadas en este blog, está protegida por copyright, ruego me lo comunique para retirarlas a la mayor brevedad posible.