De todas las tragedias de Shakespeare, mi favorita es Macbeth, creo que ya ha salido a colación mi adoración ante este soberbio texto de El Bardo, que me fascina por su oscurantismo, crudeza, y absoluto conocimiento de la naturaleza del ser humano. De todas las obras del repertorio de Shakespeare, es la mas extremada, la mas violenta y en mi opinión la mas catártica para el espectador. Macbeth no deja indiferente a nadie. Su texto es duro, muy duro, su acción muy agresiva, y la fusión de lo sobrenatural con lo cotidiano, apabullan. Lady Macbeth es uno de los mas grandes papeles femeninos jamás escritos, y la belleza dentro de la brutalidad de sus versos me impresionan profundamente.
Ante esto os podéis imaginar que se me hacía la boca agua ante la adaptación que se está representando en estos momentos en el María Guerrero, un reparto de campanillas, con mi adorada Carmen Machi, y el siempre solvente Javier Gutiérrez, y la supuesta garantía que ofrecen los Teatros Nacionales en cuanto a producción se refiere, me hacían esta propuesta muy atractiva, no iba yo muy convencido con el asunto de la adaptación, este Macbeth ambientado en Galicia, donde la lucha de poder se basa en la Presidencia de La Xunta, me chirriaba un poco, pero como uno es espectador desprejuiciado, fuí con buen ánimo, dispuesto a disfrutar de emociones fuertes e interpretaciones poderosas. La cosa funciona a medias como luego explicare, todo por culpa de la nefasta adaptación, innecesaria y desafortunadísima, que solo se salva por la solvencia de sus intérpretes.
El elenco es bastante amplio y en lineas generales muy correcto.
Chema Adeva da vida a Duarte ( Duncan de la versión original) también hace de chófer de Macbeth, personaje que no fui capaz de ubicar en el original, Sixto y una de las brujas, que en este caso son meigas, como mandan los cánones gallegos. Su interpretación de Duarte es mayúscula, con ciertos ecos de Manuel Fraga Iribarne, Adeva carga de matices este anciano cacique, que practica el nepotismo a diestro y siniestro y que da un poquito de grima. Destaco también su monólogo como chófer en el que estuvo realmente brillante. Jesús Barranco, crea un convincente Banquo, de gran naturalidad, con aspecto de gris burócrata, de principios inquebrantables y gran dignidad hasta las últimas consecuencias. Realmente ofrece un trabajo muy cuidado, cargado de pequeñas pinceladitas que aumentan la credibilidad del personaje, parece que está de paso, y efectivamente así es, su destino es pasar por la vida de su némesis, el tan aficionado a los cuchillos Macbeth. También hace de mayordomo de Macbeth, que sigue el destino de su amo hasta el final. Brilla especialmente en este papel, dando unas escenas finales prodigiosas. Laura Galán es la Presentadora-Narradora de este Macbeth tan conceptual, que necesita de aclarar al público donde se están desarrollando las diferentes acciones, canta una canción muy inquietante que gira ante la belleza de lo feo y la fealdad de la belleza, que es una especie de declaración de principios sobre la propuesta escénica. Además de este rol representa cuatro papeles mas, incluyendo a Florencio (hijo de Banquo) y a una estupenda Señora Vázquez, invitada a la esperpéntica fiesta que dan Los Mácbez para celebrar la investidura del personaje que da título a la obra. Este papel breve pero muy bien perfilado le va como anillo al dedo, es una mezcla entre maruja y prócer del partido del que todos los componentes de la función son afiliados ( y que yo con ojo avizor, vislumbré como el PP, je, je, je ) está soberbia en su intervención, muy graciosa y muy natural. Galán se lo curra de lo lindo con su variedad de papeles, y en todos está correcta. Rulo Pardo da vida a Méndez ( Macduff en el original ) lo encontré francamente desafortunado, intentando dotar de un acento gallego a su papel y quedándose mas cerca del catalán que de lo que pretende, está sombrón, monocorde y muy aburrido en todas sus intervenciones, llegando a resultar irritante en algunos momentos, quizás precisamente eso es lo que se pretendía desde la dirección de actores, pero el resultado no funciona, y lastra un poco el desarrollo de la función, resulta muy poco convincente en dos momentos muy comprometidos, el descubrimiento del cadaver de Duarte-Duncan, y cuando recibe la noticia del asesinato de todos los miembros de su familia, falta intensidad y sobre todo falta verdad. Rebeca Montero da vida a Marcelina ( Malcolm en el original) está absolutamente soberbia en su papel, sobria, intimidante y muy enérgica. Da vida también a Rosa, la maltratada doncella de la Sra. Mácbez, una de las Meigas y la Sra Méndez. Su transición de Sra. Méndez a Marcelina después de su asesinato es mayúscula, realiza un trabajo estupendo con un cambio de rol cara al público, resuelto de una forma muy acertada. Encontré muy interesante en general el trabajo de Montero, transmitiendo frialdad y pulcritud a partes iguales.Carmen Machi como Sra. Mácbez ( Lady Macbeth en el original) absolutamente increible, sin lugar a dudas la mejor del reparto, ofrece momentos de gran intensidad dramática y su primer monólogo, uno de mis favoritos de Shakespeare, da miedo mucho miedo. Crea una Lady Mácbeth completamente despiadada, vulgar matrona, de gustos muy primarios y con una insana relación con su igualmente adorable esposo. La transición a la locura y la famosa escena de la mancha de sangre, es soberbia, roza el patetismo y consigue que casi nos de pena el precio tan caro que paga por su desmedida ambición. Ver a Machi es un festival de audacia, esfuerzo y una interpretación que parece que le sale de las tripas. No hay ni un pero, su forma de decir los versos hipnotizan, y espanta ante las brutalidades que dice de la forma mas natural. Sobresaliente para Machi y uno de los grandes sustentos de la función. Javier Gutiérrez da vida al Sr. Mácbez ( Macbeth en el original) Gutiérrez ha optado por un Macbeth menos pueril de lo que habitualmente se suele representar, es muy agresivo y aunque duda en su primer crimen, enseguida le pilla el gusto a esto de la sangre. Su creación es la de un convincente trepa, político profesional, que tiene mucho mundo interior, y que el refleja muy bien en el gesto. Es un gran trabajo, de gran calado y profundo estudio psicológico del personaje, el final de la función es un recital de buen hacer sobre el escenario, dando momentos muy intensos, y que deja al espectador helado en su butaca. Otro sobresaliente para Gutiérrez, actor que ya he visto en varias ocasiones, y que se caracteriza por lo introspectivo de sus interpretaciones. Me gusta mucho, lo reconozco y sin lugar a dudas se deja la piel sobre el escenario.
Vayamos con la propuesta escénica. Andrés Lima ha optado por una acertada visión de impactantes imágenes, violencia muy gráfica y estética feísta-decadente. Todo se desarrolla en un agobiante cubo de color blanco en el que solo hay tres asépticas sillas de plástico, las luces son fundamentales, dotando de unas atmósferas muy conseguidas a cada momento. El principio de la función desconcierta por su crudeza, y recreación en la belleza de lo feo, las tres Meigas, de libidinoso carácter producen mucha inquietud y sus dos apariciones son muy poderosas. El espectáculo tiene una linea muy clara, válida y coherente, ambientado en la actualidad, sin que resulte chirriante en ningún momento. Lima consigue incomodar al espectador con lo que presencia, incluso lo provoca y como revulsivo funciona a la perfección. La dirección actoral es muy efectiva, dotando de mucho empaque a la mayoría de las interpretaciones, y con unos juegos escénicos muy bien resueltos. Sin duda su labor es extraordinaria, y su visión de Macbeth es fabulosa y muy acorde con las tendencias actuales en cuanto al teatro de vanguardia se refiere.
Vayamos ahora con el gran fallo de la producción, y que hace que no sea un espectáculo redondo. La desafortunadísima adaptación de Juan Cavestany. No hay por donde pillarla, chirría continuamente, rozando la parodia, no se si es intencionado o no, pero en caso de serlo no funciona, porque la obra no tiene ninguna gracia. Ver a Mácbez ofreciendo percebes y Ribeiro a diestro y siniestro, y diciendo perlas como " la Plaza Del Obradoiro ha sido tomada" es un espectáculo que solo se salva por el enorme trabajo de los actores. Para mas inri de las tres profecías de las Meigas solo se cumplen dos, ya que una vez derrocado Mácbez, la que asciende al deseado puesto de Presidente de La Xunta, es Marcelina, por tanto el hijo de Banquo no llega a ser lo que las brujas profetizaron. Plantear el conflicto en base a un cargo político y no a un cargo dinástico es un error de dramaturgia muy grande, ya que todo se convierte en un sinsentido, y la fuerza que posee el original, se desvanece, hablando en plata diría que es muy poco el muerto para tanto luto. No es lo mismo matar por un trono que por un cargo político, la carga épica se desvanece y va naufragando hasta hundirse del todo según avanza la acción. Repito, labor de altura la de los actores que consiguen llevar a buen puerto tamaño despropósito. La producción tal y como se presenta, con el texto original sería una genialidad, la adaptación parece que va llenando de parches una rueda que no tiene ni un solo pinchazo, es decir algo completamente innecesario.
En resumen, una propuesta recomendable por su elevada calidad artística, profundamente lastrada por un texto que no tiene salvación ninguna. Puristas recalcitrantes abstenerse, y espectadores desprejuicidados sed muy conscientes de lo que vais a ver, interpretaciones mayúsculas, un impactante montaje, y una extraña versión de Macbeth, que hace aguas por todos lados.
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