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domingo, 19 de enero de 2014

La Casa De La Cupletista, La Mirada De Una Estrella

Cuando uno ve espectáculos tan redondos como La Casa De La Cupletista se plantea la siguiente reflexión ¿Que es el cuplé? desde mi punto de vista, una minúscula obra de teatro, a veces cómica, a veces trágica, pero siempre dificílísima de interpretar, porque el cuplé es muy bello, pero también muy traicionero. Su aparente sencillez y su sutil ( a veces no tanto) frivolidad, mal entendidas y  mal ejecutadas, pueden resultar un desastre para la cupletista y para el espectador, que siente que aquello no le llega, que no tiene gracia, y que la buena señora que tiene enfrente, voluntad pone mucha, pero salero tiene mas bien poco. A lo que yo iba, es que es un género en el que se le ve mucho el plumero a la artista, aquí no hay engaño, y solo las buenas de verdad, pasan la dificil prueba del cuplé. El cuplé se debe interpretar de forma intimista, muy cerquita del respetable, haciendo gracia, siendo pícara pero sin llegar a molestar a nadie, interactuando con el público,  siendo actriz ya que hay que saber interpretar muy bien lo que se está cantando.... Y  si lo anteriormente expuesto no fuera bastante, encima hay que cantar bien, cierto es que para cantar cuplé no es necesario ser Montserrat Caballé, pero si se debe tener una voz bonita, educada y lo mas importante y que es la esencia del género, muchísima musicalidad. Por todos estos motivos, el cuplé me encanta, siempre se le ha considerado el hermano mas pequeño e insignificante de la música escénica, se le ha vilipendiado, insultado y despreciado creo yo que mas por una cuestión de puritanismo de su época que ha traspasado el tiempo, y que a día de hoy por suerte, creo yo que ya se ha superado, gracias a la labor de muchas cupletistas, que con todo su amor dignificaron y dignifican tan difícil género.
Estrella Blanco forma parte de estas cupletistas, de raza, que adora el género y sabe lo que se hace, así que sin pensármelo dos veces nos fuimos al Teatro Del Arte a ver su espectáculo La Casa De La Cupletista, llevamos a cinco amigos menos aficionados que nosotros al mal llamado género ínfimo por aquello de hacer afición, y con la seguridad de que lo que iban a ver les iba a gustar, ya que el espectáculo yo ya lo había visto y sabía que merece la pena muy mucho. Ayer por la noche nos fuimos a Lavapiés para disfrutar de una sesión entre bohemia y cupletera, y por supuesto la cosa no defraudó. Voy al lío que me enrollo mas que las persianas.





La Casa De La Cupletista, es una sensible propuesta teatral, de pequeño formato en su presencia y de altísimo nivel en todos los palos que toca. La premisa es dificílisima, el espectador entra literalmente en casa de Frivolina, una estrella del género en sus horas bajas, y después de la sorpresa inicial de la habitante del recinto, nos toma de la mano, nos enseña su hogar y sobre todo nos desnuda su alma con mucha gracia, cierto patetismo, muchísima ternura y lo mas importante grandes dosis de humanidad. Estrella Blanco ante todo lo que es, es artista, indiscutible, enorme, con mucha personalidad y mucha sabiduría en estas lides. Hace con el público lo que le de la gana, y eso amiguitos muy pocos lo consiguen. Esta Frivolina que interpreta, el público se la lleva a casa para siempre, nunca mas la olvidará y en sus contradicciones estriba la grandeza del personaje. Es capaz de llevarnos de la risa a la lágrima en cuestión de minutos, porque detrás de todos los cuplés que interpreta está ese inmenso personaje que es Frivolina. Su interpretación de Nena nos dejó con el corazón encogido, y el espectador siente hasta cierto pudor ante la cercanía con la que se disfruta de la interpretación, ver a Estrella-Frivolina llorando por una amor perdido, va as allá de una interpretación teatral, es tan de verdad que apabulla, y el espectador olvida que lo que está viendo es teatro, SE LO CREE, y esa es la esencia de esta producción, todo es verdad, hay magia y sobre todo hay TEATRO, así con mayúsculas y de altísimo nivel.





El elenco amén de la soberbia Estrella Blanco lo completan Ana Santos Olmo como la  fiel doncella de Frivolina, un personaje maravilloso, que es el sustento emocional de este juguete roto, al que adora, comprende y sabe consolar cuando lo necesita. Ana Santos está estupenda , realizando una creación impecable de un papel muy difícil y que ella dota de gran sensibilidad, siendo el contrapunto perfecto al torbellino que es Frivolina, y que cuando nadie la ve....también se desmelena, muy bien por cierto marcándose un tango mas que decente. Para finalizar el Elenco está Joan Salas, dando vida a Federico, el peculiar pianista de Frivolina que también vive en esta casa. Salas no es solo el acompañante al piano de la artista sino un actorazo como la copa de un pino que nos da muchas sorpresas durante la función. Toca el piano estupendamente, pero también consigue realizar una creación mayúscula de un personaje absolutamente delicioso, inquietante y graciosísimo.




Una de las grandes bazas del espectáculo es la soberbia dirección por parte de Didier Otaola, que consigue un espectáculo redondo, de atmósferas muy conseguidas, y que dota a la propuesta escénica de una magia que convierte la función en una experiencia sensorial de altura para el espectador. El respetable forma arte y parte de esta Casa De La Cupletista, se deja llevar y desde el minuto uno se involucra en lo que ocurre. Eso amén de la labor de los artistas, es también labor de la dirección. El espectáculo sorprende por su novedoso formato, y reconozco que me hubiese encantado estar presente en el proceso creativo de esta filigrana, perfectamente armada que es La Casa De La Cupletista. Estoy absolutamente convencido de que todos los componentes de la función han disfrutado muchísimo creándola, y eso se nota. El entusiasmo, el amor y el talento con el que esta maravilla se ha puesto en pie, traspasa mas allá de la cuarta pared, y esa es la grandeza de la producción, ruptura total de convencionalismos, y participación absoluta del público desde el minuto uno. Sin duda un trabajo muy estimable y muy bien realizado.




Solo puedo decir que el espectáculo hay que verlo, no hay vuelta de hoja. Frivolina de frívola no tiene nada, va mucho mas allá de la cupletista. Frivolina es una mujer con mas cornás que El Cordobés, un gran retrato humano conmovedor, poético y mágico que no deja indiferente a nadie. Podría decir muchas cosas de la producción pero prefiero que lo disfrutéis en persona, disfrutad de la mirada de Frivolina, esa mirada que te traspasa, que te canta las cosas al oído y te las cuenta directamente. Limpia mirada sin maldad, con mucha inocencia y sobre todo con mucha honestidad. La honestidad que dan los artistas que tienen la seguridad que su arte les transmite. En algunos momentos suena La Traviata de fondo, estoy seguro de que esto no es casual, Frivolina tiene mucho de Violetta, mujer de trágica vida, pero que por su trabajo siempre debe tener la sonrisa puesta. He de reconocer que en algún momento una lagrimilla asomaba en mis ojos, y os aseguro que no era el único. Si os queréis reír, emocionar y sobre todo disfrutar de una estupenda velada de cuplé y teatro id a ver La Casa De La Cupletista, no defrauda a nadie. Nosotros que eramos siete en total salimos encantados, y una cosa muy importante, todo el público era gente joven, algo que me encanta. El cuplé debe conocerlo mi generación, esta Casa De La Cupletista renueva el género y lo acerca a un público que habitualmente no iría a ver un espectáculo de cuplé, por tanto se trata de un valor añadido. Cuanto amor hacia el cuplé se desprende de este espectáculo, y como se agradece por parte del aficionado


   
Añado uno de los teasers del espectáculo para que vayáis abriendo boca, el que corresponde a esta temporada, está en el lateral derecho del blog.


    


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