Por motivos obvios, el blog lleva parado desde marzo, ya que la situación en la que estamos inmersos ha imposibilitado cualquier atisbo de disfrutar de un espectáculo en directo, y la verdad es que nadie sabe cuando volveremos a hacerlo.
La música, la danza, el teatro, la lírica, etc. están concebidos para ser disfrutados en directo, pero en tiempos extraordinarios se asumen medidas extraordinarias, y para que os voy a engañar, mi eterna compañera durante esta cuarentena ya sextentena, en el caso de que la palabreja exista, ha sido la música en las múltiples vertientes que la tecnología nos permite en estos tiempos cibernéticos y globalizados. El arte siempre está ahí para hacernos el día a día un poco menos negro y para ponernos las pilas cuando la moral decae. Y ahora es cuando me toca romper una lanza por el mundo de las artes, posiblemente el más arrasado de todos los sectores laborales, en el que el apagón es total, y el apoyo insuficiente por parte de los estamentos, y también por parte del ciudadano de a pie, que normalmente ajeno al mundo de la cultura como industria, desdeña los problemas del sector, mientras cínicamente se pasa el confinamiento viendo series o películas y escuchando música, no es consciente del terrible momento que está pasando el sector cultural. Para paliar de alguna manera la sequía laboral del sector muchos artistas se van buscando el sustento agudizando el ingenio y aprovechando las tecnologías para dar clases, charlas, ofrecer su trabajo on line, y todo aquello que se tercie, para lo primero, que sepamos que siguen ahí, y por supuesto intentar llevar a cabo su oficio, de forma más que loable, y con un esfuerzo titánico.
He visto varios espectáculos en streaming, así como grabaciones que se han puesto a disposición de los espectadores de forma completamente gratuita, pero no era yo capaz de ver donde estaba el concepto industria en tan generosas ofertas, hasta que hace unos días me llegó información sobre una nueva plataforma que se va a dedicar a ofrecer espectáculos vía streaming, pagando un precio más que razonable por la entrada, y enseguida me interesé por el proyecto. Showline que así se llama la plataforma tuvo su flamante estreno el pasado sábado, con un concierto ofrecido por la soprano Mayca Teba, al que me apunté sin dilación, lo primero para apoyar una nueva forma de entender la industria de la cultura, y lo segundo, porque tenía muchísimas ganas de poder hacer de nuevo una crítica, ya que el mono de darle a la tecla era mucho, así que sin saber muy bien que me iba a encontrar encendí mi ordenador, dispuesto a disfrutar de buena música, la solvencia de Teba no es ninguna novedad para mi, y más que intrigado por el programa que se iba a ofrecer, y por supuesto la forma en la que se transmitiría el concierto. Esta crítica será diferente, y posiblemente única en la historia del blog, y está afrontada desde la ilusión por volver tímidamente por mis fueros, y desde el firme convencimiento del apoyo a las artes que este blog lleva a gala desde su creación, espero que pronto los teatros del mundo abran sus telones y volvamos a vibrar como si esta pesadilla, no hubiese sido nada más que eso, un mal sueño, en el que todavía estamos inmersos, pero del que estoy seguro que vamos a salir.
El concierto del pasado sábado, contó con Mayca Teba como figura principal, acompañada al piano por el maestro José Luis Aldea, tuvo una duración de una hora, y se contó con un ecléctico repertorio en el que se cantó zarzuela, ópera, musicales, algún tango que otro, así como un recuerdo para la Alfonsina inmortalizada por Mercedes Sosa. Acertadísimo pues el programa, muy agradable, ligero y entretenido, algo que me parece imprescindible para un concierto de estas características, que se me antoja dificilísimo para el artista dado que la interactuación con el público está claramente limitada. Hay que decir que entre pieza y pieza, se conectaba con los espectadores que hablaban con la artista así como también aplaudían las piezas interpretadas, algo que dotó de cierta calidez a la atmósfera, que fue muy de agradecer. La sensación fue la de una velada intimista entre amigos, en la que Mayca Teba se entregó de forma impecable, sirviendo una noche entrañable y cargada de sensibilidad.
Teba posee una voz de soprano de fácil agudo, nada pesante, con bonito timbre, y que afronta todas las piezas con una expresividad muy conseguida, sabiendo dotar a cada tema del estilo exacto que requiere. Cargada de gracejo zarzuelero estuvieron la Canción de la Paloma de Barbieri, así como el Chotis del Elisedo de Chueca, en el más puro estilo de rompe y rasga que caracteriza a las divas de la lírica española. Posteriormente nos ofreció una Habanera de Carmen bien controlada en lo musical, correcta en los graves y cargada de empaque, y con esta pieza finalizó el primer bloque dedicado a la lírica. Continuó el concierto con un bloque dedicado a la música estadounidense con don temas de West Side Story de Bernstein, I feel Pretty y Somewhere, siendo la primera un prodigio de ligereza tal y como la pieza requiere, y resultando la segunda una de las mejores intervenciones de la velada, realmente conmovedora en su ejecución, y cargada de expresividad en su totalidad. Posteriormente pasamos a un vibrante I Got Rhythm de Gershwin, que sirvió para aligerar un poco el tono melancólico dejado por Somewhere, y un Moonriver de Mancini, que me supo a gloria, de ecos más líricos a los habituales, y perfectamente encajado por nuestra cantante. El cambio de tercio lo puso Por una cabeza, tango inmortalizado por Gardel que Mayca Teba hizo suyo sin problemas, y continuó con la que posiblemente sea mi canción favorita de todas cuantas se han escrito, Alfonsina y el mar, de Ariel Ramírez, que me conmovió en su ejecución como casi siempre me suele ocurrir cuando se canta bien, como fue el caso. El concierto finalizó con La Tarántula de Gerónimo Giménez y su Tempranica, perfecta de tono e intención. Como propina se cantaron las Guajiras de La Revoltosa, que resultaron acertadísimas para finalizar la velada, que conjugó a la perfección lo sentimental con lo ligero, y la calidez con lo romántico.
Teba cercana y distendida supo meterse al público en el bolsillo consiguiendo una atmósfera muy agradable y que durante un rato hizo que un hilito de esperanza, sobre el futuro de nuestras artes y nuestros artistas, se abriera ante mi, entre todo este erial en el que nos encontramos, y en el que nuestra casa es nuestro refugio y nuestra salvación.
En estos momentos cualquier intento de acercar la belleza y la cultura es de agradecer, y sobre todo hay que valorarlo como un esfuerzo y una declaración de principios ante nuestros artistas, que saben crecerse en las adversidades, demostrando un amor incondicional hacia su profesión, y sobre todo pensar que el arte siempre va a estar ahí, ni el maldito bicho nos lo va a quitar, ni la situación económica. Sin el mundo del arte estaríamos absolutamente perdidos, debemos aferrarnos a él con toda nuestra fuerza, y sobre todo debemos apoyar a nuestros artistas.
No sé cuando volveré a escribir en el blog, no depende de mí, así que hasta el deseado momento en el que un servidor se siente en su platea habitual a disfrutar, emocionarse, y vibrar con lo que nuestros artistas nos ofrecen, me despido de vosotros, con dos deseos. El primero muchísima salud para vosotros, y el segundo que nunca perdáis la esperanza, lo peor ya lo hemos pasado... lo mejor está por venir, no me cabe la menor duda.
¡Nos vemos en el teatro!